Mar. Mar 19th, 2024
Jennifer Lawrence en madre de Darren Aranofsky

Darren Aronofky nos presenta una home-invasion con moraleja ecologista que buscar sumergir al especectador en sus excesos

Resulta complejo afrontar una película como «madre!» de manera objetiva. La polarización que produjo en las reacciones de la crítica tras su estreno en Venecia son comprensibles una vez se visiona un filme de estas características. Y es que el director de «Cisne negro» (2010) nos presenta en este su nuevo proyecto una cinta en cierta medida ambiciosa cuya recepción puede variar dependiendo del espectador. Cargada de infinidad de primeros planos, Aronofsky se desvincula de la banda sonora angustiosa de filmes como «Requiem por un sueño» (2000), para inmiscuirse en el thriller psicológico buscando el agobio a partir de la sobresaturación granulada de las imágenes. Un experimento sorprendente viniendo de Hollywood y contando con un reparto cargado de estrellas como Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris y Michelle Pfeiffer. Y es que lo que en un principio se podría entender como una home-invasion movie de manual, desvirtúa en un sifín de excesos salvajes y desenfrenados.

Jugando al límite

Abriendose en su primeras secuencias de manera algo conservadora, la película logra presentar a los personajes con acierto y cercanía. A partir de la proximidad de la cámara, comprendemos la vida solitaria de una joven que vive en una gran casa en mitad de la naturaleza con un marido que casi le podría doblar la edad. Cierta calma con alguna que otra rencilla interna sin exteriorizar que empieza a tambalearse tras la llegada de un extraño. La cinta juega en estas primeras secuencias a incomodar a su protagonista con las impertinencias de las visitas, la dejadez del marido y la gracia con la que contrasta estos comportamientos con las reacciones comprensibles de la joven. Un humor este último que puede dejar fuera algún espectador, pero que logra divertir a otros. Y mientras se fragua esta pugna de poder entre la propietaria de una casa que está reconstruyendo con la irrupción de estos odiosos invitados, la película juega sus bazas más salvajes. Pero lo consigue hacer bien al lograr confluencia con su ritmo. En cuanto irrumpe algún elemento que puede arquear la ceja del público por su exageración, la película se acelera, incluye alguna escena de acción vibrante y aun más inesperada, reafirmándose en su carácter inverosímil e invitando al espectador a unirse a ese divertimento. Una locura que se ensanchece a medida que pasan los minutos para dejarnos una experiencia abrumadora hacia sus sencuencias finales. Un abandono de la sensatez que se torna pura metáfora bíblica para revolcarse en sus propios excesos irrefrenables haciendo las delicias de parte del público y dejando fuera totalmente a otros. Aunque no quede muy claro si esto primero es la intención de su autor.

La madre Tierra

No obstante, la cinta de Aronofsky no parece querer derrochar su imaginería visual sobresaturando la pantalla por puros conceptos narrativos y genéricos, sino que busca elaborar cierta metáfora ecologista, misántropa y apóstata hacia su final para dotar de sentido a esta obra tan violenta y radical. Inundada por su propia angustia y sus gritos impotentes, esta madre, que contrariamente a lo visto en los thriller pcisológicos de este calibre no tiene miedo a la soledad sino a la multitud, simboliza el papel que juega la Tierra y el desprecio que sufre por parte del hombre. Una moraleja algo simple y cogida con pinzas, y que tampoco resulta necesaria para justificar el jolgorio salvaje de una cinta desenfrenada que se puede disfrutar de manera trepidante a golpe de estímulo visual. Eso sí, la violencia de la (in)civilización humana personificada en la muchedumbre nos deja una idea muy desencantada del ser humano como miembro de un colectivo capaz de dañar y llevarse todo aquello que no es suyo (véase como el hombre explota la naturaleza del planeta continuamente frente a la pasividad de una Tierra incapaz de imperdirlo). La artista contemporánea Marina Abramovic protagonizó una perfomance hace unos años en las que los visitantes de su exposición podían hacer con ella lo que quisieran. Tenían diversas herramientas, unas para provocar placer, otras para el dolor y la humillación. Al final de su experimento sintió con rabia e impotencia como estos seres humanos aprovecharon la situación para decantarse por lo segundo, dejando ver como el mal se crece ante quien nada puede hacer para detenerlo. En este aspecto, es lógico que escribiera una carta felicitando a Aronofsky por saber plasmar eso en su nueva película.

Frases destacadas de «madre!»:

  • «No hacen caso»
  • «Diles que se vayan»
  • «Quieren conocerlo»

Tráiler de «madre!»:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

Un comentario en ««madre!» una home-invasion que se va de madre»
  1. Luis tu crítica muy intensa tanto que me ha dejado la boca abierta, no quiero tanta intensidad en estos momentos de mi vida, así que aparco esta película para ocasiones mas propicias

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