Este documental, en forma de road movie, se establece como documento imprescindible de unos días en los que pudimos cambiar el mundo.
Èrika Sánchez, directora y guionista, junto a Roger Danés de este documental es un mujer a la que le gusta tanto reflexionar sobre el oficio del cine como dedicarse a él en cuerpo y alma. Si no es impensable que alguien pase tres años de su vida con una dedicación casi exclusiva a acompañar a Arcadi Oliveres, uno de los economistas de referencia dentro de todo el movimiento altermundista y anticapitalista, y que sirvió para que el movimiento 15M tuviera un apoyo intelectual sólido detrás. Pero es que el cine para ella es un oficio que requiere pasión y dedicación, pero sobre todo reflexión. De ahí nace la idea de este documental. Una película que recoge tres años en la vida de este activista, en casi dos horas, en lo que es una de las mayores tareas de montaje audiovisual al servicio de una idea: explicar quién es Arcadi Oliveres, por qué hace lo que hace y sobre todo, mostrarnos su coherencia entre el ser humano que es y sus ideas. Ideas con las que cada uno podrá estar de acuerdo o no, pero que, una vez visto el documental será imposible tildarlo de incoherente con lo que promulga.
Una road movie que ficcionaliza la realidad.
Tanto Èrika, como Xavier Esteban, el montador, tenían muy claro que la única manera de contar esta historia era alejarse del documental clásico en forma de crónica periodística en la que se exponen los hechos de una manera fría y aséptica. Para ello, y aprovechando el encargo que les hace la ONG Justícia i Pau de grabar una serie de conferencias de Arcadi en el que ven que este hombre es alguien más que un mero conferenciante, deciden acompañarlo para filmar su cotidianidad. Así viendo que es un hombre que está en un tránsito perpetuo entre charla y charla, entre movimiento social y movimiento social, entre activismo y proyecto vital deciden que la mejor manera de representar este documental es mediante la lógica discursiva propia de una road movie. Su idea es presentarnos la vida de Arcadi Oliveres en ese formato narrativo para que tengamos presente su idea de hombre que siempre avanza, que nunca para pese a la multitud de problemas e imprevistos que puedan surgir en su camino. Dentro de esta lógica de ficcionalizar la realidad, aportando una lógica propia del género de ficción a lo que es un retrato real y verídico, pero sobre todo fiel del personaje de Arcadi, Èrika acaba creando un documento propio. Algo que trascenderá las fronteras del momento en que se inscribe su trabajo para ser una de las piezas claves que usaran, espero, los historiadores de dentro de 30, 40 o 50 años para entender qué fue el 15M, la Spanish Revolution y la ocupación de las plazas más importantes de España por un grupo de jóvenes y no tan jóvenes que tenían el deseo de cambiar, mejorar o proponer alternativas a un sistema que no funciona.
El 15M ya tiene su documental, pero pese a inscribirse en ese momento histórico trasciende sus fronteras.
Mientras se producía la grabación de ese documental se produjo el 15M, y tanto Arcadi Oliveres como Èrika y su equipo de grabación se vieron inmersos sin quererlo en toda esa vorágine. Es ahí cuando descubrieron la magnitud de todo lo que estaba sucediendo y decidieron situar el documental dentro de ese periodo histórico. Ir más allá significaría una pérdida de perspectiva histórica y de reflexión de lo que en esos momentos se estaba viviendo que haría del documental una pieza demasiado larga y que se perdería en la vorágine de ideas, manifiestos, reflexiones y críticas. Es por eso que el documental cesa cuando cesa el movimiento visible del 15M. Y esa decisión lo que permite es que, unos años después reflexionemos sobre ese periodo y descubramos a la figura de Arcadi, como alguien que está ahí de forma coherente siguiendo toda su trayectoria personal. Una trayectoria que Èrika muestra de manera apuntada, siguiendo esa lógica de road movie para situarnos de manera histórica ante la figura del economista. Además vemos en el documental, de manera muy inteligente y para nada discursiva, que todas las reflexiones sociales y económicas que apunta ese movimiento, son necesarias con una figura de autoridad que dé solvencia y aporte reflexión intelectual, más allá de las proclmas. Pero también nos damos cuenta de que Arcadi no es un miembro del 15M. Arcadi es un miembro de los movimientos sociales incapaz de negarse a aportar su granito de arena a un movimiento que confluye con sus ideales. Y eso es lo que Mai es tan Fosc muestra de maravilla. Mediante esa idea de tránsito y movimiento, Èrika nos enseña que Arcadi ya estaba antes y que estará después, trascendiendo el espacio-tiempo del 15M y yendo más allá, como se está viendo en Cataluña con su idea del Procés Constituient.
Pese a su juventud, Èrika Sánchez es uno de los nuevos talentos a descubrir.
Pese a tener experiencia en otros proyectos junto a Xavi Esteban, como El Espectáculo (2013) podríamos decir que éste es su primer largometraje. Presentado en un festival como el BccN, que apuesta por obras en Creative Commons, como muestra de que hay un camino alternativo al del copyright tradicional, es este un largometraje en el que Èrika demuestra una profunda capacidad de reflexión y de que no hace falta tener las ideas claras, sino saber que preguntas hacerse para entender el cine. Èrika lo entiende como un trabajo constante en el que la realidad social no es una parte de la realidad, sino que es la Realidad, en mayúsculas ya que esta no puede compartimentarse en partes. En este Mai no es tan Fosc, demuestra que tiene el talento suficiente para experimentar con los formatos, no por la mera experimentación sino como vehículo necesario para contar una historia de la mejor manera posible, historias que intercaladas entre sí son las que definen y crean la Historia, aunque a veces no lo veamos. Es por eso que esta obra, que este biopic documental, a caballo entre la ficción (por su lógica narrativa) y el documental (por lo que cuenta) es una excelente carta de presentación de una joven realizadora, sin olvidar el trabajo de su equipo, encabezado por la figura de Xavi Esteban; que van a aportar muchos trabajos en el futuro, sobre los que se podrá teorizar, sobre los que se podrá construir un discurso y sobre los que se podrá discutir largo y tendido, porque el cine es, para ellos sobre todo, reflexión, discusión y aportación de ideas.