Tras ganar en Sitges, llega a nuestras pantallas la radical nueva propuesta de Nicolas Cage.
Es curioso que las últimas películas que nos han llegado de Nicolas Cage sean dos extravagantes y muy locas propuestas de género. Algo sin duda positivo, teniendo en cuenta la cantidad de películas de calidad ínfima que realiza al año, es de agradecer que sean sus propuestas más estimulantes las que podamos disfrutar en pantalla grande. Así nos llega entonces “Mandy” (2018), segunda película del peculiar Panos Cosmatos que desde sus primeros trailers prometía ser una locura de luz, sonido y violencia en la que el bueno de Cage diese rienda suelta a su alocada expresividad. Para más inri, las críticas tras su paso por numerosos festivales, llegando a ganar el premio al mejor director en la pasada edición del festival de Sitges, no hacía más que ponernos los dientes largos.
Locura alucinada
Lo primero que podemos confirmar es que, como parecía obvio, “Mandy” no es una película para todos los públicos. Tras su argumento de cinta ochentera (época en la que se basa la película, por cierto) sobre la venganza de un hombre hacía los asesinos de su esposa, nos encontramos ante un viaje lisérgico en el que Cosmatos usa un pretexto típico para envolver al espectador en un viaje alucinógeno y terrorífico, en el que las fronteras entre lo místico y la locura se difuminan en un universo de rojos neón. Nunca nos queda claro hasta que punto hay algo sobrenatural en la secta que se enfrentará a los protagonistas, o si esos moteros siniestros son demonios salidos del infierno o personas que han traspasado la barrera del salvajismo. Todo esto mezclado por interludios hechos con animación, un exagerado y casi paródico uso de la violencia (ese hacha infernal que se crea nuestro protagonista) hasta llegar a un final de los que dejaran a más de uno totalmente descolocados.
Aunque Cage sea el nombre más destacable del reparto y realice una labor de desfase totalmente medida, algo curioso viendo el descontrol de su actuación en ocasiones pasadas, y sea quien aguante la película en la segunda mitad, el personaje más destacable es el que da nombre a la película, personificado por una Andrea Riseborough magistral, autentica protagonista de toda la primera parte y que llena la pantalla con su sola presencia fantasmagórica. Cosmatos se presenta claramente embelesado por su figura y sabe como conseguir convertirla en el motor de la película tanto a nivel físico como visual. Ahí está esa escena maravillosa que es viaje de LSD al que la somete el personaje de una también estupendo Linus Roache, en un juego maravilloso de dirección, fotografía y edición.
Esplendido envoltorio
Precisamente, la fotografía de Benjamin Loeb, totalmente expresionista, forma un personaje prácticamente tan importante como los ya citados, ayudando a sumergir al espectador en su particular mundo. No solo en el uso de la luz, si no también en la representación visual de esos viajes de ácido, con el uso de desenfoques o el grano en la imagen. También vale la pena hablar de la banda sonora del islandés Jóhann Jóhannsson, última obra que realizo antes de fallecer desgraciadamente hace unos meses. No es su trabajo más original y refinado, y sin embargo, se ajusta como un guante a las imágenes y sirviendo perfectamente en la función de catalizador para el espectador hacía el interior de la película, con algunos temas destacables. Eso sí, se habría agradecido algo más de imaginación en las secuencias propiamente de acción de la película, aquellas que incluyen peleas entre Cage y sus enemigos, ya que están resueltas de manera algo torpe en comparación con el estilizado trabajo realizado en términos generales.
Nos encontramos ante una película que sin duda hará las delicias de quien disfrute de un cine diferente y algo extremo, de propuestas originales de terror o simplemente de esas películas de las que uno piensa que podría disfrutar estando colocado. Cosmatos de momento se muestra como un autor desatado del que esperaremos ansiosos próximas propuestas, y puestos a pedir, que Nicolas Cage siga apostando por un cine diferente y de calidad como esta “Mandy”.
Frases de la película
- «¿Qués vas a cazar?.» «Frikis de Jesús.»
- «Es el mal absoluto.»
- «¡Era mi camiseta preferida!»