Cinta que aborda con veracidad y humor la tragicomedia de la vida treintañera
Cosechando buenas críticas en su estreno dentro de la sección Nuevos Directores del pasado Festival de San Sebastián, llega a las salas comerciales «María (y los demás)», el primer largometraje de Nely Reguera, profesora de la ESCAC que ya había trabajo en cintas sobre el universo femenino como «Blog» (2010) de Elena Trapé.
La tragicomedia de la vida
María, una joven de 35 años a la que da vida una espléndida Bárbara Lennie, vive con su padre al que debe cuidar la dieta tras superar una grave enfermedad. En su interacción con él, nos sumergimos en su relación paternal, la vigilancia que se ve obligada a imponer y la preocupación que guarda por éste. Seguidamente, conocemos su vida laboral. Comprendemos enseguida sus aspiraciones, la frustración constante y el anhelo de quien desea y necesita triunfar en aquello que le llene. También exploramos su amistad, la importancia que guardan sus amigas y la existencia de una pareja que quizás ni se merezca el calificativo de tal. Así pues, en los primeros minutos del metraje, descubrimos a María, a la que hace referencia el título, y a todo lo que le rodea, los demás, los cuales hacen su aparición al completo ante la llegada de los hermanos, cuñadas y futura madastra de ésta. Un caos que se escapa del poder de su protagonista y que le obliga a deambular por las contrariedades de la vida sin acabar de definirse una idea propia de lo que realmente desea hacer con su propia existencia.
En ese contexto, Reguera decide hacer una exploración muy veraz de este desconcierto. María sobrelleva como puede diferentes adversidades,y aunque a veces pueda llegar a minar su moral, el enfoque de la directora es siempre desde la comicidad. El filme busca con ahínco esa fatalidad cómica de la vida, el rodeo que se realiza por el abismo del ridículo. Un humor que se entiende con optimismo ante la incapacidad de alcanzar unas metas imposibles desde el estancamiento en el que se encuentra y del que ignora como salir. Un estado del que tan solo es capaz de evadirse desde la ensoñación, delirios de grandeza quizás ya merecidos y que nos ayudan a visualizar mejor la disección psicológica del personaje que se explora.
Encararse y luchar
Las técnicas narrativas de la directora ayudan al espectador como hemos comentado a comprender las motivaciones de su personaje. Un acierto que nos ayuda a empatizar con una mujer que necesita tomar las riendas de su propia vida. Vivimos un acercamiento a las relaciones familiares, laborables, sociales y amorosas que desde el humor nos refleja la amarga realidad. La cineasta novel confecciona un entorno muy veraz y unas reacciones coherentes en su protagonista. Todo ello nos deja nos deja un debut cargado de fuerza que nos invita a soñar como María en mejorar aquellas cosas de nuestra vida en la que nos sintamos distantes, fuera de lugar o amenazados y pensar en el bienestar propio sin depender de las recompensas emocionales ajenas.
Frases destacadas:
- Hermano: «O sea, papá con novia, ¿qué fuerte no?»
- María: «¡Esa mujer lo va a matar, que le está dando chistorra!»
Tráiler de «María (y los demás):
“Mank”: la reivindicación del guionista
«El arte de volver»
“Amigo” para siempre
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