Documental demasiado sencillo que narra como un joven Mario Vargas Llosa llega a escribir “La ciudad y los perros”.
Criado en el seno de una familia desestructurada bajo el yugo de un padre autoritario que le mandó a una academia militar en cuanto pudo. Esta es la dura infancia y adolescencia del escritor peruano Mario Vargas Llosa, a la cual le sigue una apasionante etapa de juventud que le llevaría, no sin problemas, a escribir una obra maestra de la literatura como es “La ciudad y los perros” (1963) y convertirse así en uno de los pilares principales de uno de los movimientos artísticos más importantes de la segunda mitad del siglo pasado, el Boom latinoamericano. Una historia tan apasionante no podía pasar desapercibida y exigía con presteza un documental a la altura que lo plasmase. El encargado de llevar a cabo la tarea ha sido el realizador salmantino Chema de la Peña, quien ha logrado mayor éxito con el documental (“De Salamanca a ninguna parte” (2002) o “Un cine como tú en un país como este” (2010)) que con la ficción (“Isi/Disi: Amor a lo bestia” (2004) o “23-F: La pelicula” (2011)). El resultado es un documento descriptivo y correcto pero carente de espíritu ni fuerza que se asemeja demasiado a un boletín del No-Do pero sin la energía típica de su montaje y narración. Una decisión estética que refleja el momento histórico en el que la primera novela del peruano fue publicada, pero que nada tiene que ver con la figura de Vargas Llosa o de su obra.
Un documental carente espíritu
En “Mario y los perros”, se demuestra la fuerte admiración que su realizador tiene por la persona a la que se ensalza, hasta el punto en el que se ve el miedo a poder incorporar algún elemento que sea mínimamente arriesgado que pueda hacer brillar al director que deliberadamente prefiere oscurecerse en un segundo plano, o que distraiga la atención a lo que se narra. Y me refiero a narración como lo puramente locutado. Un texto muy bien escrito desde el punto de vista informativo, pero carente de alma. Como si de la Peña se encontrase frente a la inconmensurable tarea de restaurar la capilla Sixtina y no se viese con la oportunidad de dejar ningún tipo de huella. Todo esto se traduce en una sucesión de imágenes de archivo de bajísima calidad que amalgama junto a grabaciones propias de los huecos que faltan pero que dejarlo en un ratio de 4:3 y ponerlo en blanco y negro no evita que las diferencias salten a la vista y la intención integradora quede humillada. Como esos dinosaurios de museo. Ves claramente de que animal se trata, pero si te acercas la masilla que forma las partes que faltan no quedan muy bonitas. De la Peña intenta llevarnos a una época de la que no tiene material suficiente y que por alguna razón que se escapa a la razón no junta más con las entrevistas tanto al protagonista de esta historia como de otros compañeros y estudiosos del novelista. Pequeñas pinceladas que nos gustaría que fueran más el grueso del documental y no la narración arrastrada que convierte a lo que debería ser una obra cinematográfica en un audiolibro con imágenes.
Sin embargo, que el envoltorio no os cause rechazo a visitar este documento. “Mario y los perros” si que acierta a la hora de transmitir de forma ligera, resumida y didáctica la sorprendente vida de una figura de la literatura tan importante como es Mario Vargas Llosa.
Frases destacadas:
- Narrador: “La lectura y la escritura vuelve a ser la válvula de escape.”
- Narrador: “Mario conoce el lumpen y los bajos fondos de primera mano.”
- Narrador: “Ha volcado con violencia toda la rabia contenida durante su estancia en el colegio militar.”
- Narrador: “Un estilo sorprendente y punzante con una estructura inédita hasta ahora en castellano.”