Mar. Mar 19th, 2024
Fotograma de la película "Mary Shelley"

De producción norteamericana y dirigida por una saudí, así es el frankensteiniano biopic de Mary Shelley

¿Se puede abordar un estilo literario pasado en un medio artístico posterior como es el cinematográfico? Una pregunta con variables respuestas pero que a la hora de cuestionar esta «Mary Shelley» sería clara y llanamente no. O al menos no de esta manera. Que Frankenstein o el moderno Prometeo sea una novela romántica que contenga las pasiones más elavadas de su propia autora en los excelsos monólogos de su potagonista, no justifica el trato que hace Haifaa Al-Mansour (recordada por su ópera prima «Wadja, la bicicleta verde») de su personaje principal. La cineasta saudí convierte la adolescencia de Mary, desde los 16 hasta los 18 años, lapso de tiempo en su vida que abarca desde su primer encuentro con el poeta Percy Shelley hasta la publicación de su Frankenstein, de tal forma que parece que estamos visionando una telenovela al uso aunque contando con la bella factura de cualquier producción británica. Y es que el hecho de contar con una actriz principal estadounidense y una cineasta saudí para contar una historia indistinguiblemente británica resulta una almagama más propia del Doctor Frankenstein que de una cinta seria. Y no por la imposibilidad del proyecto en sí sino por la falta de destreza al llevarlo a cabo. Es por ello que lo que debería haber cobrado vida se pierde en un seguido de defectos que restan fluidez y naturalidad a lo narrado.

La concepción de la novela

La película se antoja precipitada en sus primeros compases. Su prólogo se caracteriza por la imposición arquetípica de los personajes. Un padre intelectual que desprecia la literatura fantástica y de terror, una madrastra que no pierde la ocasión de faltar al respeto a la madre de la protagonista y una joven que busca cualquier momento para perderse en la lectura. La cinta avanza desde sus inicios con monólogos propios de la literatura romántica, excediéndose en demasía y sin cohesión con carácter de biopic del que hace gala el largometraje. La relación que inicia con Percy Shelley así como los problemas matrimoniales de éste y su posterior compromiso van de lo empalagoso a lo inverosímil, dejando para su epílogo unas reacciones del todo absurdas que no guardan el más mínimo sentido con la evolución de la pareja durante el resto del metraje. Tampoco ayuda el exageradísimo rol que adapta Lord Byron, más propio de una comedia absurda que de una aproximación a la realidad. No obstante, donde sí remonta la cinta es en la concepción psicológica de Frankenstein. Si bien no se inmiscuye en profundidad y tan solo abarca ciertas generalidades, es interesante sentir la obsesión que guarda Mary con la electricidad a partir de un show visto en la gran ciudad así como su interés en revivir a los muertos a raíz del trauma de la pérdida de su bebé así como de su madre diez días después de su nacimiento. También se agrede la reconstrucción de aquellos días en la finca de Lord Byron donde surge la idea que llevaría a Mary Shelley al estrellato de las letras británicas así como la dificultad que tuvo para poder publicarlo por la simple condición de ser mujer.

Frases destacadas:

  • «Si vuelves a ver al señor Shelley perderás mi afecto paterno»
  • «Yo te estoy dando unas libertades las cuales me estás prohibiendo»

Tráiler de «Mary Shelley»:

 

 

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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