Mar. Mar 19th, 2024

Ya sabeís que en estas fechas la cartelera se llena de castañas, así que no podiamos finalizar el año sin hablar de esas castañitas pilongas que intentan hacerse un hueco ante el descomunal huracan llamado «AVATAR». Además se que os encanta la sesión doble y por ese motivo he enviado a mis dos máss aguerridos compañeros de fatigas a ver dos películas. Con ambos he pasado muy buenos momentos este año que se acaba, y es a ellos a quien quiero dedicar este último post. Ellos son Enrique Dueñas de «Poder Friki» y por otro tenemos a Cantal Ceña que la muy valiente se atrevió con la nueva comedia romántica del actor norteamericano Matthew McConaughey.

«LOS FANTASMAS DE MIS EXNOVIAS«, una comedia romántica del guapísimo Matthew McConaughey, perfecta para un público femenino poco exigente, dispuesto a pasar un buen rato pensando en que la historia que está viendo en la gran pantalla le va a suceder en la vida real. Sí, para eso se hacen este tipo de películas y yo soy una de las que van a verlas incondicionalmente, sobre todo si el protagonista es uno de los actores más guapos del panorama actual. Pero ¿con qué me encontré? Con un film de mínimo interés, completamente previsible y aburrido.

Aunque parece imposible, está basado (igual que el Cuento de Navidad de Disney) en el relato de Dickens en el que tres espíritus se le aparecen de noche al protagonista para mostrarle su pasado, su presente y cómo será su futuro en caso de que no cambie su actitud hacia los demás y hacia sí mismo.

El director de esta joya es Mark Waters. Mucho han cambiado las cosas desde que dirigiera “Ponte en mi lugar” y “Ojalá sea cierto”, que no es que sean grandes trabajos pero por lo menos tienen el aprobado. Y eso que el chico tiene buen ojo, porque ha sido uno de los productores de “500 días juntos”. Una pena que haya terminado así, esperaré impaciente su próximo trabajo para poder decir: me equivoqué con este director.

Por otra parte, el argumento, bastante absurdo, es el siguiente: Connor Mead (Matthew McConaughey) es un fotógrafo de moda, joven, guapo y con mucho éxito entre las mujeres, a las que trata como si fueran de usar y tirar porque no cree en el amor. Pero todo cambiará cuando acuda a la mansión de su difunto tío para asistir a la boda de Paul, su único hermano. Allí se encontrará con Jenny Perotti (Jennifer Garner) la chica con la que ha compartido su infancia y de la primera y única de la que se enamoró hace ya muchos años. La noche previa a la boda, Connor recibe una visita inesperada, la de su difunto tío Wayne (Michael Douglas), millonario, vividor y el “maestro” de Connor en el arte de la seducción. Éste le anuncia que esa misma noche le visitarán tres espíritus: el de sus ligues pasados, el de los presentes y el de los futuros. Y así ocurre. Con cada visita Connor se empieza a plantear si la vida que lleva es la que realmente quiere llevar y se da cuenta de que no le puede dar la espalda al amor.

En fin, qué comentar de esta historia, pues que no tiene mucho sentido mezclar un cuento de Dickens con una comedia romántica. Podría llegar a tener sentido en el caso de que se hiciera bien, pero este no lo es. LOS FANTASMAS DE MIS EXNOVIAS no es un ejemplo del buen hacer. La película no entretiene, no sorprende, no emociona y no te sientes identificado con ningún personaje. Es que le falta de todo…y con todos mis respetos hacia Jennifer Garner, que hasta me ha dado pena verla en este proyecto después de haberla visto en “Juno” o en la premiada serie “Alias”. Sin duda es la mejor de los actores. Y es que  algunos de los componentes del reparto han sido directamente sacados del olvido (y no me extraña que estuvieran en él…), como el que hace de hermano de Connor, Breckin Meyer, que el último papel que le recuerdo fue el de adolescente porrero en “Fuera de onda”. O la que se va a convertir en su mujer en el film, Lacey Chabert, que es la actriz que hacía de hermana pequeña en la pastelosa serie “Cinco en familia”. Una pena, porque ni Michael Douglas salva la papeleta y para colmo, Mathew McConaughey no sale tan guapo como nos tiene acostumbrados. El único personaje que merece la pena (y solamente aparece en tres escenas) es el padre de la novia, el sargento Volkom, interpretado por Robert Forster. Para resumir, que como no creo que tarde mucho en aparecer el DVD, no tengáis prisa y dejadla para una tarde de domingo en la que vuestros planes brillen por su ausencia.

Mientras que Enrique Dueñas y un sevidor fuimos a ver esa precuela de la que ya os hemos comentado algo hablo de…

«SOLOMON KANE» es el primer héroe de “espada y brujería” de la historia de la literatura. Anterior a otras creaciones más famosas de Robert E. Howard, como Kull de Atlantis y Conan de Cimmeria.  Si obviamos los experimentos de Lord Dunsanny y William Morris, se puede afirmar que fantasía heroica nace con el relato de 1929 “Red Shadows”, en el cual un misterioso justiciero puritano viaja hasta África en busca de venganza por la muerte de una niña. Recientemente, Solomon Kane se ha convertido también una producción independiente británica dirigida por Michael J. Bassets (“Deathwatch”) y protagonizada por James Purefoy (Marco Antonio en “Roma”). Su estreno en España está previsto para el 1 de Enero mientras que en Estados Unidos todavía carece de distribución. En la multitud de críticas genéricas que encontraréis por ahí, se mencionarán “Van Helsing” y “El señor de los anillos” como referencias directas de Bassets. Obviamente, quién dice esto no tiene ni puñetera idea.

En los últimos años han aparecido centenares de imitadores de Solomon Kane… de forma que no resulta difícil ver espadachines siniestros cuyo rostro está oculto bajo un sombrero de ala ancha. El anime “Vampiro Hunter D” es quizás el plagio más descarado. Pero merece la pena destacar “Van Helsing” por ser el nombre más mencionado por todos los pseudocríticos de internet. “Abraham Van Helsing” es un profesor ficticio creado por Bram Stoker para su novela Drácula en 1897. Se trata de un hombre cultivado y conocedor de relatos antiguos, que utiliza su cerebro y voluntad como armas supremas. Stephen Sommers en 2004 dirige una epopeya descerebrada cuyo protagonista lleva el mismo apellido. Pero que, en realidad, no tiene nada que ver con él, pues plagia descaradamente la personalidad y aspecto del personaje de Howard.

Por otro lado, la Tierra media de Tolkien (trasladada con acierto por Peter Jackson al cine) es, en la forma, una tierra fascinante repleta de elementos fantásticos tan maravillosos como extraordinarios y, en el fondo, un universo determinista y basado en la voluntad divina. En los mundos oscuros del creador de Conan todo lo sobrenatural es repugnante y maligno, mientras se enfatiza la fortaleza de las decisiones humanas. En realidad las mayores influencias de esta película que tenemos entre manos son “Batman begins” y el cine estilo “sword & sorcery” de los años 80. La aproximación al hombre murciélago de Christopher Notan está presente durante todo el metraje, tanto en la idea de otorgar un “origen” a un personaje clásico como el tratamiento del drama. Por otro lado, hay numerosos momentos que nos recuerdan a “Excalibur”, “Los inmortales”, “Cromwell, rey de los bárbaros” o “El dragón del lago de fuego”.

También se ha criticado el tono general del filme por ser excesivamente “oscuro” y carecer de sentido del humor. Pero hay docenas de grandes historias de aventuras que se toman a sí mismas muy en serio y no son peores por ello. Además, sí que encontraremos pequeñas pildoritas cómicas que alivian un poco la tensión acumulada. Es fácil afirmar por tanto que muchos de los detractores de esta película se dejan llevar por unos prejuicios sencillamente absurdos. Aunque tampoco conviene engañarse. El producto final tiene defectos propios. Y algunos muy gordos. Para empezar, el argumento padece de un tratamiento demasiado cristiano. No llega al nivel de Narnia (puesto que no intenta adoctrinar a la audiencia mediante símbolos y medias verdades), pero sí que abusa de leyendas bíblicas, mensajes eclesiásticos o actitudes marcadamente “puritanas”. Es decir, que si el protagonista del filme no fuera ficticio, habría disfrutado de lo lindo con la proyección.

Todos los elementos fantásticos están personificados por servidores del Diablo, que caminan por la tierra en busca de almas que devorar. Sin embargo, los enemigos del Solomon Kane literario no provienen del infierno sino de eras anteriores: entidades extraterrestres, espectros que regresan en busca de venganza, magia pagana, criaturas mitológicas… ¿dónde está Lucifer aquí? En la mente de un fanático que no comprende los misterios del cosmos, nada más. Por ejemplo, Howard jamás incluyó una bruja en ninguna de sus historias por que sabía de sobra (y hablamos de los años 20) que eso podría parecer alguna clase de justificación al asesinato de miles de mujeres inocentes en el pasado. Bassets (que, curiosamente, se declara ateo) no tiene tanta sensibilidad y nos regala algún momento de delirio ultra-religioso que podría dirigir Osama Bin Laden. ¡¡Tiembla, Harry Potter!!

El otro fallo que merece la pena destacar es la lentitud de la que adolece la segunda mitad del metraje, así como una carencia clarísima de escenas de acción memorables. Esta es la  principal lacra del título y aquella que, probablemente, destacará la mayor parte del público. De hecho, resultan tan evidentes los altibajos de ritmo que sorprende que no se haya intentado solucionar en la sala de montaje. Las peleas de espadas están bien coreografiadas (aunque mayor claridad en los encuadres no vendría mal) y, en ocasiones, gozan de grandes dosis de tensión y violencia gráfica. Pero resultan cortas y escasas. Está claro que para tratarse de una historia de aventuras, faltan enfrentamientos únicos, soluciones visuales nuevas y rivales dignos de nuestro justiciero. Por no decir que la batalla final es MUY decepcionante, tanto en su desarrollo como en su rápida conclusión. Por otro lado la historia, aunque tópica en más de un aspecto, no está mal construida y tampoco hallaremos momentos de gloriosa vergüenza ajena a los que Hollywood nos tiene acostumbrados. Claro que, recordemos, esto no es Hollywood.

“Solomon Kane” parece mucho más cara de lo que es en realidad. Aquí tenemos todo un acierto. Cuarenta millones es claramente “serie b” en la mayor parte de los países, pero aquí se ha exprimido hasta el último céntimo para dar aspecto de superproducción al conjunto. Absolutamente nada hace pensar que estemos ante una producción para televisión o directa a dvd. La fotografía es preciosa. Muchos planos son sorprendentemente evocadores, las localizaciones están bien escogidas y los escenarios han sido construidos con gusto… desde las humildes casas de los campesinos ingleses hasta los monstruosos palacios plagados de brujería. Los efectos especiales son espectaculares y las imágenes generadas por ordenador resultan más que convincentes. La banda sonora, aunque carezca completamente de originalidad, cumple con su cometido. Se trata de otro trabajo de la fábrica de música en cadena “mediaventures”, en esta ocasión efectuado por Klaus Badelt.

Y destacar también la entrega de James Purefoy, que viste su capa negra con una elegancia inigualable. El actor británico dota a cada línea de diálogo de una veracidad encomiable, y sabe bien como dirigir la mirada. También ayudan, como no, su físico fibroso, y su rostro, atractivo a la vez que amenazante. Otra interpretación interesante es la del legendario Max Von Sydow que podremos ver en un par de ocasiones de gran carga dramática. Los primeros cuarenta minutos son brillantes. Desde el impactante prólogo hasta la introducción de los villanos (comandados por una especie de Darth Vader de la Edad Moderna). A partir de ahí sobran buenas ideas pero falta pulsión narrativa.Una odisea de fantasía oscura sobre la redención, en la cual el mayor guerrero de su era debe atravesar un desolado paraje poblado por demonios. La clase de historia que muchos disfrutaremos y que muchos otros no soportarán. Quizás la mayor parte de las críticas sean negativas. Y lo más probable es que estemos ante un fracaso de taquilla. Pero, por lo que a mi respecta, Kane merece quemar vivos a todos esos despreciables vampiros enamoradizos que pueblan nuestras salas… y a sus repulsivas hordas de seguidores, claro.

No nightwind shook the forest deep
Where the shadows of Doom were spread,
And Solomon Kane awoke from sleep
And looked upon the dead.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

10 comentarios en «MÁS CASTAÑAS NAVIDEÑAS»
  1. Primero de todo, feliz año nuevo. Ojalá que este 2010 sigamos compartiendo cine a raudales.
    Me he llevado un chasco con lo de Solomon Kane, porque me habían dicho que estaba bastante bien salvo por el principio. En fin…

  2. CROWLEY: Si lees la crítica descubrirás que la peli tiene sus puntos. Y que, si eres fan del personaje, te gustará. Yo no tengo la misma opinión que la gente de «BLOGDECINE» que habla con una condescendencia verdaderamente asquerosa.

  3. A todos: FELIZ AÑO, en primer lugar. En segundo, mi estimado Mr Crowley yo que usted no iría a ver ninguna de estas dos castañas, hay que ser muy fan para hacerlo.

  4. FELIZ 2010 para todos los amantes del cine. Pues si que hemos empezado el año con castañas (pobre Cantal) aunque por otro lado lo de Cantal es mas suave, por lo menos un alegron para la vista, jajaja.

  5. Ese McConaughey me da muchísima grima. Sobre todo en el anuncio de colonia ese en el que sale últimamente a todas horas en la tele con el pechaco descubierto… ¡¡¡Brrrr!!! ¡Qué repelús!

  6. Mi estimado Quatermass tengo un látigo de siete colas para los becarios 😉 Fuera de broma, feliz año a todos.
    Yo no iría a ver ni una de estas sobre todo pagando. Coincido con mi estimada Julia que este tipejo de apellido impronunciable me estomaga tanto como el pelazo que luce el Michael Douglas. Mi estimada Cinefila espero que Cantal vea buenas pelís este año.

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