Mar. Mar 19th, 2024

Cinta que nos relata el distanciamiento de una juventud progresista ante el tradicionalismo hindú

Logrando el FRIPESCI dentro de “Un certain regard” de Cannes en el 2015, nos llega “Masaan”, la cinta india de Neeraj Ghaywan que busca ofrecer una visión desde los ojos de la juventud del modo de hacer en Benarés fragmentando el relato en dos historias marcadas por una huida personal. De nuevo una película que llega a nuestras carteleras desde el país asiático con tal de denunciar las injusticias sociales allí vividas aunque en esta ocasión valiéndose algo menos de escenas artificiosas que lastran cualquier rastro de credibilidad de un discurso necesario pero mal formulado como se puede apreciar en la recién estrenada “La estación de las mujeres”. También goza de un tono más sereno al contrario que la vista en el mes de julio “7 diosas”. Del mismo modo, delata la falta de libertad de la mujer pero, agrandando su espectro respecto a los dos filmes mencionados, abre su objetivo con tal de mostrar un panorama joven que se siente desencantado por el destino que les aguarda sumergidos en una cultura que castra cualquiera de sus inquietudes cayendo ante sus hombros el peso moral de la condena social.

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Las castas, los estamentos

Como ya pudimos vislumbrar en la también india “Tribunal”, resulta complicado hallar la justicia en un país donde el mismo poder judicial sirve tanto de brazo represor del gobierno como fuente inexpugnable de corrupción. En esta ocasión sentimos la insensatez de quien prohíbe las relaciones sexuales, y al mismo tiempo, la amenaza y el chantaje de un estamento funcionarial sin escrúpulos que busca parasitar en los resquicios del sistema con tal de lograr sus objetivos. Algo que llega a provocar un temor que puede lleve a la muerte, una vergüenza ligada al sentido del honor y un nihilismo existencial que abruma a la joven protagonista llamada Devi. Una ironía la de su nombre, traducible como diosa, al ser una persona atormentada por el peso de la superstición y las costumbres de una comunidad que no alcanza a comprender y que se antoja del todo inconexa con su fuerte personalidad.

Por el otro lado, vivimos una historia de amor entre dos jóvenes de distintas castas. Un sentimiento que representa unas ideas progresistas difícilmente asumibles por las familias de ambos. Un curioso contraste que se refleja con acierto en el montaje protagonizado por las conversaciones telefónicas que mantienen ambos, mostrando con acierto un espacio en el que el novio del estamento más bajo vive rodeado de podredumbre achacada a su clase. Un amor que fluye en el recorrer de un motocicleta que representa a una modernidad moviéndose por los cada vez más obsoletos parajes de la tradición.

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Las formas

Si bien como hemos mantenido hace unos párrafos, el tono del filme es mucho más relajado y armonioso que en los anteriormente mentados, encontramos elementos discordantes que no acaban de lograr la perfección en sus formas. Los montajes musicales a modo de elipsis se aprecian trillados, carentes de fuerza, reforzados por los tópicos. Tampoco ayuda la previsibilidad de la subtrama a la que dan vida el padre de Devi y el niño que tiene en propiedad, forzando el clímax reflexivo del anciano traductor y restando fluidez a la evolución psicológica de los personajes de la cinta.

 

Frases destacadas:

  • Policia: “Si le pasa algo a él, ella es cómplice de suicidio”.
  • “¿Te casarías conmigo?”
  • Devi: “Las ciudades pequeñas son mezquinas”.

 

Tráiler de “Masaan”:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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