Una supuesta vuelta de tuerca a las comedias románticas que, en el fondo, es un canto al consumismo y a las relaciones de pareja como fin último en la vida de cualquier mujer occidental de más de 30 y menos de 40.
«Mejor…Solteras» o la idealización romántica de la soltería como forma de consumo
Pese a que el trailer nos intenta vender esta adaptación de la novela «How to be Single» de Liz Tuccillo, como una versión femenina de las películas de tíos saliendo a pillar y a emborracharse o, si se prefiere, como la versión femenina del universo de Judd Apatow, lo cierto es que el resultado no podría estar más alejado de la realidad. De hecho estamos ante la clásica rom-com de la temporada en la que, para que se note que estamos acorde con los tiempos, y que no somos unos carcas que los fines de semana nos quedamos en casa viendo La Sexta Noche, metemos unos cuantos chistes de pollas o de follar y a Rebel Wilson intentando ser la caricatura femenina de John Belushi, desaprovechando así, de paso a una de las mejores actrices cómicas de su generación.
La realidad es que el largometraje visto como mera forma de entretenimiento es hasta cierto punto pasable. No tienes nada que hacer ese jueves, así que te vas al cine, la ves y luego te vuelves a casa a hacer la cena. Es un filme que se reduce a un mero producto de consumo, que oye no está mal. Pero lo cierto es que, cuando analizas la pretendida vuelta de tuerca que se pretende dar con el subtexto de la película al genero femenino por antonomasia, en realidad lloras o te quedas en un facepalm perpetuo. Y eso ya sí que está mal. Y es que ese es el problema de «Mejor…solteras«. No puedes pretender venderte como lo que no eres, porque es entonces cuando se te ven las carencias y las costuras por donde se te escapa el relleno. Esta comedia vive del estereotipo femenino pero en realidad pretende decirte que no, que oye que nosotras en realidad no somos así, que hay vida más allá de la pareja.
Ahonda en el estereotipo fingiendo salirse de él
Así Rebel Wilson, interpreta el papel de chica liberal que se dedica a tirarse a todo lo que se menea y a vivir cada día como sí fuera el último, Leslie Mann como la mujer que ha renunciado a formar una familia por su carrera pero que realmente lo que anhela es formar una familia, Alison Brie (tal vez el mejor personaje de todos, aunque en realidad parece formar parte de otra película) una chica incapaz de darse cuenta de su propio potencial para encontrar a alguien debido a sus propias inseguridades, y la verdadera protagonista de la película: Dakota Johnson que, cansada de no haber estado nunca sola, decide romper con su novio formal para encontrarse a sí misma. Y aquí radica el principal problema de este trabajo dirigido por Christian Ditter que, pese a realizar varios planos de manera muy solvente y entretenida, no puede más que caer de bruces en la trampa de la película.
En base a los estereotipos marcados se nos presentan cuatro maneras diferentes de vivir la soltería femenina, a cada cuál peor, pero es que viendo cómo funcionan las parejas-tipo norteamericanas, según su cine, es que dan ganas de salir corriendo y apuntarse a una colonia de hippies nudistas en Dinamarca. El fin último de la norteamericana en edad fértil es encontrar un hombre que la fertilice, para poder ser felices criando americanitos que comerán hamburguesas, jugarán a fútbol americano o serán animadoras, irán al baile de graduación con Peggy o John, la dejarán en la Universidad para poderse ir de fiesta al Tomorrowland y liarse con europeos/as y al volver a USA entrar de nuevo en el ciclo. La pretendida radicalidad de la propuesta se muestra en el supuesto manifiesto pro soltería que en realidad no es más que el paréntesis de libertad entre relaciones. Paréntesis en el que chicas como la Alice que interpreta Dakota Johnson puede descubrir que clase de chicos le gustan realmente, a que DJ puede ir a ver ese sábado noche con su amiga la fiestera o a irse de excursión un domingo sin pedirle permiso a su novio. Esa es la liberación de la soltería, pasar una tarde viendo pelis malas o yendo a un cursillo de macramé. Y eso demuestra que, en realidad, tener pareja o estar soltero en USA, según sus ficciones, es un puto rollo.
En busca de la voz que muestre «lo nuevo femenino» desde el mainstream
Y es que parece que el género no está sabiendo evolucionar de acorde a los nuevos tiempos y se suele quedar en apariencia de modernidad más que en la esencia. Se ha perdido el instinto y la capacidad de sorprender y aportar nuevas visiones de los femenino y de lo masculino que fue, hasta cierto punto, lo que hizo que la mujer pudiese ir cambiando de roles durante el período que va de finales de los 80 a los primeros 2000 gracias a este género. Y es ahora, cuando los tiempos exigen nuevas formas de feminidad y de masculinidad que las comedias románticas nos saben encontrar el camino y pierden su finalidad como vehículo para la catarsis femenina. Hay mucha más imaginación y readaptación de roles en películas como «Singles», «Reality Bites», «Cuando Harry Encontró a Sally» o incluso las comedias adolescentes de John Hughes que en esta nueva hornada de comedias dedicadas a lo femenino. Falta una voz que, del mismo modo que Apatow lo consiguió con lo masculino, sea capaz desde el mainstream, de arriesgar y mostrar nuevas posibilidades de lo femenino, desde su género cinematográfico por antonomasia.
Frases destacadas
- Alice: «No es una ruptura, es un descanso»
- Robin: «Yo ya sé quién soy»
- Robin: «Ya sé que separarse es un asco, pero ¿sabes que es peor? Desperdiciar una noche en Nueva York»
- Robin: «Si Tom te escribe espera al menos cuatro horas para responder»