Spielberg y sus ex socios de la Dreamworks se embarcan en realizar una romántica historia épica que tiene como telón de fondo Japón, para batir todos los records de taquillas habidos y por haber. Este largometraje comienza con una frase lapidaria que busca pasar a los anales de la cinefilia: «mi historia, es una historia para que no sea contada». Con la misma epicidad con la que comenzaba la voz en off de Meryl Streep en aquellas «Memorias de África»: «yo tenía una granja en África».
La diferencia entre ambas son obvias y concretas. A saber, el personaje de Isak Dinesen era más contundente, con mayor fuerza, era una mujer con convicciones y muy luchadora, tanto por sus derechos como por sus intereses (bien sean pecuniarios o del cuore). Esta japonesa no sólo es una mujer vejada sino que además se siente orgullosa de estarlo. Cuando llega a ser libre, le entra el síndrome de Estocolmo, y añora con volver a las andadas.
Lo que más me impresiona es que Spielberg para realizar un relato que habla de la defensa a ultranza de la tradición, adapta un relato homónimo «Memorias de una Geisha» del autor norteamericano Arthur Golden, que es la versión yankee de Corin Tellado y masculina.
Obviamente todo esta rodado con unos decorados, fotografía y música espléndidos, vamos que van a por todas en la próxima carrera del día cinco de marzo, noche en la que se celebrará la entrega de Oscars. Todo el reparto en general está espléndido, desde Ken («El último samurai») Watanabe que interpreta al Presidente, ojo no de Japón sino de una empresa que realizan quimonos, pasando por Gong Li, musa del director Zhang Yimou y vista recientemente en nuestras carteleras en 2046, dando vida a la pérfida geisha Hatsumomo o a Zang Yiyi, vista el año pasado en la espléndida «Casa de las dagas voladoras» y que en esta historia da vida a la pobre meretriz en cuestión.
Esta película obviamente se la recomiendo a todos aquellos amantes de la cultura japonesa, de los cuadros impresionistas y de los románticos melozones de lagrima fácil. Si de verdad quieren ver una película romántica e inteligente les recomiendo que vean «El jardinero fiel«
Hay un dicho español, que como todos los dichos son sabios «no hay peor enemigo que el de tu oficio». En esta película, modestamente he entendido que es así. Las p5t1 se acuchillan, pegan, insultan, ponen la zancadilla. Pero eso si, dentro de una música preciosista, imagenes sublimes y un vestuario que ya,ya.
Las mujeres han aprendido a sobrevivir en las situaciones mas adversas y esta película es un claro ejemplo.
Speilberg nos mostraba esta misma cara, en otra situación extrema, en un campo de concentración nazi. Aquí tambien se daba la paradoja de ser los propios judios quienes sometian (capos) a sus compatriotas para sobrevivir ellos.
En resumen: la pelí me ha gustado mucho, es un cuento de hadas a lo yanquilandia, pero situada en japón.