Barcelona es la primera ciudad escogida por los estudiantes europeos de Erasmus. Pero Barcelona no aparece entre las primeras 100 universidades del mundo.
¿Cómo podríamos definir Mi loco Erasmus?
No es una pregunta hipotética, realmente me lo estoy preguntando. ¿Cómo puedo definir esta película para que la gente pueda aproximarse a qué está a punto de ver cuando se ponga a ver la película?
Lo más fácil, para comenzar, es decir a quién le va a gustar. ¿Te mola Go, Ibiza, go? Entonces ya de inicio te digo que esto te va a gustar. Porque los que están detrás son los Pioneros del S.XXI, es decir, los que hacen Go, Ibiza, Go. Y porque el que está delante de la cámara es Didac Alcalaz, el presentador de este… espacio. Sin embargo, si no te gusta Go, Ibiza, Go (como es mi caso) también puede que te guste la película.
Vaya, creo que esto no ha solucionado muy bien la cuestión. Trataré de explicarlo mejor.
Mi loco Erasmus es un falso docmuental que habla sobre la creación, la degeneración y la obsesión. Pero lo hace desde el punto de vista, extraño y depravado (todo esto dicho en el mejor sentido posible) del grupo catalán. Así, en la ficción, Didac Alcaraz está creando un documental sobre el Erasmus que usa el famoso intercambio internacional como excusa para hacer un retrato de la ciudad de Barcelona. El tema es excelente para la ocasión porque como el mismo autor dice, Erasmus rápidamente lleva a la gente a pensar en alcohol, en sexo, en jóvenes. Y al fin y al acabo eso es lo que quiere la gente ahora.
Y así comienza. Los primeros diez minutos de película (a excepción del inicio loco de los dibujos de Didac) te está mostrando eso: el documental de los Erasmus en España. Pero pronto se acaba. ¿Por qué? Porque Didac se ha dado cuenta de que la mayor parte de lo que ha grabado no sirve para nada. Porque los estudiantes no son tan interesantes como pensaba y no le han dicho lo que él necesitaba para el documental. Así, poco a poco comenzamos a seguir directamente la vida del extraño personaje detrás del documental, el que se ha gastado todos sus ahorros (y el dinero de otra gente) en hacer nada. El que tiene la idea loco de sustituir todas las voces por la suya propia, poniendo así las palabras que necesitaba que los estudiantes le hubiesen dicho. El que tiene cajas y cajas de camisetas horribles que hizo él y que nadie compró. Y que va usando cada día para luego tirarlas. El que quiere poner dibujos en el documental para transmitir la noche de Barcelona. El colgado de Didac Alcaraz.
La película cuenta una historia cómica (sin duda alguna), pero que no se trata para nada de una comedia al uso. Humor negro, humor surrealista, este denominado post-humor con el que no todo el mundo puede llegar a estar familiarizado y con el que cuesta empatizar. Mezclado en la idea de este personaje que sirve para hacer (por una parte) una crítica del «autor» del bajo presupuesto del que se encuentra tan poblado el audiovisual español, ese autor que piensa que es un genio malentendido y no se da cuenta de que simplemente entre sus manos lo único que tiene es mierda; y también para hacer su pequeña de crítica (delicada y no muy feraz, pero presente y marcada) a la industria mayor.
Didac Alcaraz ha visto Barcelona. Ha visto la noche y por eso la puede dibujar a su perfección, representada como mujeres desnudas que contaminan la vida diaria de los que viven la ciudad. La degeneración de Didac, como autor y artista, se va viendo según avanza la película, algo que muy hábilmente Carlo Padial (el director del falso documental) retrata ya mediante el uso de la imagen. La imagen de la película poco a poco va degenerándose, al igual que el hombre que la protagonista, hasta llegar al punto de cada vez verse peor, más en blanco y negro, con menor calidad. Todo está roto y destruido ya. Desvirtuado.
Y junto a esto, la película tiene excelentes momentos, entre los más destacables la visita de Alcaraz a su abuela o la aparición del gran Miguel Noguera. Habiendo, supuestamente, prestado dinero a Didac para su proyecto, Noguera se presenta un día en el «estudio» de Alcaraz para ver cómo va el documental. La escena que se encuentra alcanza lo dantesco, algo ante lo que el espectador es incapaz de evitar reír, y que se define perfectamente con las palabras de Miguel Noguera más tarde: «Mi dinero ha ido para financiar los delirios de un loco encerrado en su casa.»
Un loco que lleva meses viviendo en base a Ballantine’s y café.
Frases de Mi loco Erasmus:
Didac: Yo tendría que hacer un documental en el teatro. Entonces sí que me hundiría en la mierda.
Didac: Yo mezclo el café con el Ballantine’s y esto me da la noche y el día. Y elimina la ducha.
Miguel Noguera: A ese dinero le han dado una paliza en un sótano y jamás lo volveré a ver.
Nota de Mi loco Erasmus: 7
PD: Mención especial los créditos finales de la película. Sin duda lo mejor. Creados por Carlos Vermut (quien aparece también brevemente en la película) y que definen perfectamente Internet: fotos de gatitos y Comic Sans de colores.
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