Mar. Mar 19th, 2024

Riz Ahmed vuelve a deslumbrar interpretando a un artista azotado por una enfermedad repentina que le impedirá desarrollar su carrera musical.

Objetivo: no encasillarse

El actor británico de ascendencia pakistaní Riz Ahmed ha conseguido, a golpe de talento, lo que muchos otros actores no caucásicos llevan reivindicando desde hace años, conseguir papeles que no tengan relación con su condición étnica. En una industria donde el racismo institucional sigue prevaleciendo, pocos de ellos logran que se les respete como los profesionales que son a base de mucho esfuerzo y ofreciendo interpretaciones estelares. Y Ahmed es uno de ellos. Como todos, el actor empezó en el cine haciendo papeles asociados a su etnia, como “Camino a Gantanamo” (Michael Winterbottom y Mat Whitecross, 2006), “Four Lions” (Chris Morris, 2010) o la miniserie “The night of” (Steven Zaillian y Richard Price, 2016). Pero pronto su físico pasó a un segundo plano en blockbusters como “Rogue one: Una historia de Star Wars” (Gareth Edwards, 2016) o “Venom” (Ruben Fleischer, 2018) y en películas de culto como “Nightcrawler” (Dan Gilroy, 2014) o “Sound of Metal” (Darius Marder, 2019), por la que obtuvo la que esperemos sea la primera de muchas nominaciones al Oscar como mejor actor protagonista.

Su nuevo filme, “Mogul Mowgli”, ópera prima del realizador estadounidense Bassam Tariq –que acaba de ser fichado por Disney para encargarse del reinicio de Blade-, comparte ciertas analogías con el filme de Marder. Y es que Ahmed vuelve a meterse en la piel de un artista –batería en el filme de Marder, rapero en el de Tariq- al que le diagnostican una enfermedad –sordera en “Sound of metal”, distrofia muscular por una enfermedad autoinmune en este caso- que le impide desarrollar su carrera musical. Y hasta aquí todo paralelismo plausible, puesto que, a pesar de que el personaje que interpreta Ahmed en ambas cintas afronta las desavenencias de forma similar, el actor construye 2 personajes completamente diferentes haciendo muestra de su portento actoral. Tampoco la dirección de Marder y Tariq se asemejan. Si bien Marder apostaba por una estética y tono más convencional experimentando más en la parte sonora, Tariq se atreve con una realización más arriesgada aunque con resultados desiguales. El realizador se suma a la moda del 4:3 como herramienta visual para dar la sensación de opresión y desasosiego con una puesta en escena que no siempre encaja con el formato –pero que cuando acierta, es muy disfrutable-. Las elipsis en el primer acto no están utilizadas con destreza lastrando el principio de la película y los episodios oníricos son demasiado reiterativos, monótonos y visualmente alambicado. Sin embargo, la tesis del filme queda maravillosamente plasmada gracias a un guion plagado de conversaciones potentes y muy bien dirigidas sobre una estructura narrativa más que solvente.

No olvides de donde vienes

En “Mogul Mowgli”, la historia de carrera musical frustrada por la enfermedad es solo el vehículo para sumergirnos en un filme sobre la identidad cultural y como, los hijos de inmigrantes, se tienen que enfrentar a la difícil dicotomía de adaptarse a una cultura diferente a la de sus antepasados, y que incluso les atrae por haber crecido en ella, frente a unos progenitores empeñados en recordarles sus raíces. Una generación a la que le es difícil encontrar su punto de referencia, su hogar. Para la sociedad en la que han crecido siguen siendo ajenos por ser de otra raza y sus padres, cerrándose en sus tradiciones, representan esa otra cultura a la que no quieren pertenecer. Zed, el rapero al que da vida Ahmed, se siente más perteneciente a la cultura urbana propia de los afroamericanos, quienes crearon el hip hop como sello de identidad y de protesta frente a una sociedad hostil con su cultura y su raza, que a la pakistaní de la que es heredero. Pero, en el fondo, es en esa cultura donde encuentra las herramientas para expresarse y reivindicar los derechos del pueblo al que pertenece. Un embrollo cultural que trae de cabeza a un Zed completamente perdido y que, gracias a la enfermedad que padece, le permitirá parar a reflexionar y volver a sus orígenes para poder encontrarse a sí mismo. Tariq sabe sacar jugo a la historia que nos propone para arrojar algo de luz sobre este paradigma cultural que tiene atrapada a toda una generación. Un nivel por encima del maniqueo trato del racismo que suele tener el cine, generalmente el rodado por caucásicos ajenos a ello, que le equipara a series tan interesantes como “Queridos blancos” (Justin Simien, 2017-presente) o, ya dentro de otros géneros, las cintas de Jordan Peele “Dejame salir” (2017) y “Nosotros” (2019).

No dejéis pasar la oportunidad de disfrutar de la solvente e interesante ópera prima de Bassam Tariq ya en Filmin.

Frases destacadas:

  • Primo de Zed: “Los hombres ya no se pueden defender.”
  • Zed: J Dilla hizo una gira con una máquina de diálisis.
  • Zed: No soy una puta ONG para víctimas de los tatuajes.

Trailer de “Mogul Mowgli”:

 

 

 

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

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