Con veinticinco abriles y cinco películas a sus espaldas, Xavier Dolan se erige como una de las grandes figuras del panorama cinematográfico mundial.
Las características del cine de autor
Mediante la proyección de 24 fotogramas por segundo los cineastas consiguen que algo inerte obtenga movimiento, una cierta vida fugaz. Pero sólo los grandes maestros consiguen llegar a transmitir emociones eligiendo adecuadamente el formato, el sonido, la música o el diseño de producción para transformar las palabras en fotogramas, y que posean un significado preciso y concreto, sin dejar ningún aspecto al azar. Consiguen levantar un guion sólido donde los personajes funcionan y tienen un desarrollo coherente a la personalidad descrita. Es un cine al margen de los grandes estudios, rara es la vez en la que se convierten en blockbuster, pero lo que tenemos claro es que es arte en movimiento, de ahí la famosa acepción “séptimo arte”, que tan a menudo se aplica inmerecidamente a simples películas. Por eso, a esos directores los catalogamos de autores, y este joven cineasta canadiense es uno de ellos por méritos propios.
El amor como motor del drama
Es muy interesante seguir atentamente la trayectoria de uno de estos cineastas porque de ese modo uno aprecia cómo crece título a título. Dolan a lo largo de su filmografía nos ha hablado de la cara y la cruz del amor desde distintas ópticas, como por ejemplo “Yo maté a mí madre”, “Los amores imaginarios” o “Laurence Anyways”. El conflicto es el motor de la dramaturgia, algo que este autor canadiense tiene perfectamente claro y por eso casi siempre nos retrata personas que acaban siendo heridas por el amor. En “Mommy” ha elegido un caso muy especial dentro del drama: el amor de madre, un amor que a veces se puede convertir en patológico y que ha sido fuente de grandes tragedias desde los inicios de la interpretación, como la de Edipo: la presencia de deseos amorosos y hostiles entre una madre e hijo.
Para ilustrar esa asfixiante relación Dolan juega con el formato. Esto ya lo había realizado de manera aislada con “Tom at the farm” donde quedaba patente sus ganas de innovar, es más, podemos decir que con ese filme sentó las bases de la narrativa de “Mommy”. En aquel caso jugaba con los formatos (encuadre 1:1) para convertir la granja en un ambiente opresivo en momentos concretos del metraje. Aquí se convierte en un santo y seña para retratarnos la relación tóxica entre esa madre e hijo tan peculiares. Diane Després, a la que todos conocen como ‘Die’, es una viuda que debe hacerse cargo de su problemático hijo de 15 años que sufre un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Viven en un Canadá alternativo, donde se rigen por leyes distintas, concretamente la llamada “ley S-14” otorga la posibilidad a los padres de encerrar a sus hijos en instituciones psiquiátricas a petición propia en caso de maltrato (físico o psicológico) por parte de sus vástagos. Steve, su hijo, se haya internado en un colegio especializado en ese tipo de desórdenes mentales. Tras provocar un incendio será expulsado. Eso lleva a que Die y Steve se tengan que esforzar por encajar y llevar su obligada convivencia lo mejor posible. Pero será su vecina Kyla, una profesora especializada en niños problemáticos, la que intente que madre e hijo encuentren un nuevo equilibrio en su particular relación.
Un reparto excelente al servicio de Dolan
Otra característica del cine de autor es que estos directores siempre suelen confiar en un grupo concreto de actores, en este caso son Antoine-Olivier Pilon, con el que había trabajado en “Laurence Anyways” y en el videoclip “College Boy”, y que en “Mommy” da vida a Steve, el joven de carácter complejo. Suzanne Clément nos vuelve a dar una nueva muestra de su virtuosismo como actriz al dar vida a Kyla, la vecina. Y completando este singular trío tenemos a su actriz fetiche Anne Dorval, que da vida a esa madre herida. Si buceamos en el subtexto de la película Dolan lo que nos ofrece con los personajes de Kyla y Die es una pareja lésbica, de esta manera Steve tiene dos madres, que por distintas motivaciones luchan por sacar a delante a este particular hijo. Una vez más, Dolan nos demuestra que es un magnífico director de actores y hace con ellos lo que quiere, los exprime para darnos diversos momentos sumamente brillantes, donde todos se lucen declamando esos diálogos de vértigo. Componen magistralmente a tres personajes heridos cada uno a su modo, pero lo curioso es que Dolan los retrata desde sus sentimientos y sus sueños, dejando que la tragedia fluya como una solución de continuidad a lo largo del metraje.
La emoción como leit-motiv
En la pasada edición del Festival de Cannes el jurado le otorgó a esta película su gran premio, y muy merecido. No es una obra maestra pero es posiblemente su mejor película hasta la fecha, porque a pesar de su enorme talento sus cuatro obras previas tienen ciertas imperfecciones, que en “Mommy” ha sabido limar, creando un largometraje certero que posee una hora final que os transmitirá mil y una emociones; eso es el cine. Curiosamente, dentro de su marco referencial el espectador podrá encontrar a Alan Ball, conocido en nuestro país por ser el creador de la mítica serie “Dos metros bajo tierra”. Dolan construye una gran secuencia llena de elipsis al más puro estilo Ball, para ser más concretos al final del citado show televisivo donde la canción “Breathe Me” de Sia nos guiaba en uno de los momentos más emotivos del mundo catódico. En este caso, Dolan arropado por NOIA hace un certero el uso de las transiciones y las elipsis para construir uno de los momentos más conmovedores de “Mommy”.
Frases destacadas de “Mommy”
- Directora del centro: “¿Ha considerado la ley S-14?”
- Directora del centro: “Amar a una persona no la salva. El amor aquí no cuenta”
- Steve: “¿No puedo hacerme una paja en paz?”
- Die: “Se más oportuno con tus pajas y nos llevaremos bien”
- Steve: “No soy racista, es un negrata”
- Steve: “Seremos un equipo, me controlaré y cuidaré de ti”
- Kyla: “¡Y devuélveme el collar o te aplasto la cabeza! ¿Me has entendido?”
- Die: “No sé qué más hacer. Me va a petar la cabeza”
- Steve: “Menudas habilidades sociales”
- Canción: “Nadie cambia. Nos disfrazamos de otros y ya está”
- Die: “Siempre están ahí los americanos, donde hay beneficios”
- Steve: “Soy libre”
- Die: “¿Alguna vez podré descansar?”
- Steve: “Eres mi prioridad. Yo siempre estaré aquí para ti”
- Die: “Yo cada vez te querré más y tu cada día me querrás menos. Es ley de vida”