Una expedición al Polo Norte es el punto de partida de un largometraje con un magnífico guión y una pareja protagonista excepcional.
Un viaje en busca del Polo Norte
“Nadie quiere la noche” trata la historia de Josephine Peary (Juliette Binoche), una mujer perteneciente a la alta sociedad estadounidense. Josephine se quiere reunir con su marido Robert para poder descubrir juntos el Polo Norte. Sin embargo, todos y en especial Bram (Gabriel Byrne), intentan impedir que realice el viaje. Ella sigue adelante con sus planes y en el camino se encuentra con Allaka (Rinko Kikuchi), quien va a cambiar para siempre sus ideas sobre el mundo que conocía.
El objetivo de Josephine es reunirse con su marido, a quien hace mucho que no ve. Esta cuestión de la búsqueda de un ser querido es algo que se ha visto con frecuencia en el cine. Unos ejemplos de esto son la española “Rastros de Sándalo” (María Ripoll, 2014) o la turca “El Padre (The Cut)” (Fatih Akin, 2015).
Una cinta “Made in Coixet”
Si nos paramos a repasar un momento la trayectoria de Isabel Coixet podemos apreciar que tiene mucho interés por las historias humanas, así como una gran capacidad para destripar, desmenuzar y mostrar todos los recovecos del mundo de la pareja. La realizadora española ya demostró esta habilidad en su ópera prima “Cosas que nunca te dije” (1996), y en trabajos posteriores como “A los que aman” (1998), o sin ir más lejos en su última película, ”Aprendiendo a conducir” (2015), donde contó con dos formidables actores: Ben Kingsley y Patricia Clarkson.
Además, en “Nadie quiere la noche” Coixet vuelve a insistir en el mito de Don Quijote-Sancho Panza que tan bien funcionó en su último largometraje. Josephine tiene una idea fija de un mundo que pretende llevar hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, la aparición de Allaka lo pone patas arriba, cambiando progresivamente sus ideas. Igualmente Josephine influye en Allaka porque ella la ve como un modelo a seguir, aparte de que descubre cosas que para los ciudadanos del primer mundo son normales pero que para gente que vive en el Polo Norte son una absoluta novedad.
Un dúo protagonista excepcional
Juliette Binoche es uno de esos nombres que no necesitan presentación alguna. Su brillante filmografía habla por sí sola. Una vez más, la intérprete francesa vuelve a realizar un gran trabajo, desarrollando con precisión quirúrgica un personaje complejo y difícil. Igualmente, Rinko Kikuchi, quien ya había trabajado con Coixet en “Mapa de los sonidos de Tokio” (2009), realiza una interpretación a la altura de Binoche, destacando especialmente la química que se desarrolla entre ellas.
Igualmente, Gabriel Byrne es un actor que tampoco precisa de presentaciones, pone su experiencia y profesionalidad a disposición de Coixet. Se trata de un personaje pequeño, secundario, que Coixet evita alargarlo de forma artificial, y que el actor irlandés aprovecha para lucirse, regalándonos una solvente interpretación, a pesar de que tiene una presencia más limitada en el metraje.
Así pues, “Nadie quiere la noche” es una delicia visual e interpretativa, en especial por lo bien contada que está la historia y el gran papel realizado por las dos protagonistas. A pesar de que Coixet apuesta por darle un final algo abrupto a la narración, “Nadie quiere la noche” es una película preciosa que fluye desde el primer momento y que os enganchará hasta el final. Sin duda, es una película que nos permitimos el lujo de recomendaros sin albergar el menor reparo.
Frases destacadas de “Nadie quiere la noche”:
- Josephine: “Es su última oportunidad. Ha perseguido el sueño durante décadas”
- Bram: “No se puede hacer expedición sin perros ni esquimales”
- Josephine: “Bram. Sigo sin entender porque vuelve aquí siempre”
- Josephine: “Acabemos esto”
- Josephine: “Nadie quiere la noche”
- Allaka: “Tu marido forma parte de este mundo”
- Allaka: “Come con persona cuando no está. Duerme con persona cuando no está. Ríe con persona cuando no está. ”