Borja Cobeaga decide centrarse en el día a día de las negociaciones entre ETA y el Gobierno en una «comedía bajonera».
El humor en la solemnidad
Borja Cobeaga es una persona profundamente motivada por el lado cómico de la vida. Cualquier situación, cualquier circunstancia, por solemne que sea, es contemplada de forma ridícula una vez despojada del rito que le de solemnidad. Así, es fácil imaginar el absurdo que puede rodear cualquier evento. Algo que Cobeaga mostró de manera sublime en la divertidamente dolorosa «Pagafantas» (2009) o en la más alocada, pero menos acertada «No Controles« (2011). «Negociador« es un paso más hacia la búsqueda de este humor tan particular pero alejándose de la comedia pura y dura de sus anteriores filmes. En esta nueva película Cobeaga intenta entrar en el humor mediante un tono de seriedad que le propone el tema tratado. La comedia surge de las incomodidades, de los pequeños momentos cotidianos, de los malentendidos y las casualidades, de los puntos en común entre dos posturas tan alejadas como ETA y el Gobiernos, del provincialismo propio de España frente a la sofisticación europea (personalizada en el personaje del mediador internacional James interpretado por Jons Päppila) y de los momentos de soledad y aburrimiento que se pasan en las noches de hotel.
Quotidiana Delirantis
Y es que no le hace falta más a Cobeaga que la premisa de mostrar los momentos muertos de las supuestas negociaciones entre un negociador del Gobierno (magistralmente interpretado por Ramón Barea) y ETA (uno de los cuales está interpretado por un contenido Carlos Areces y un serio Josean Bengoetxea) para enseñarnos el lado pequeño de las cosas. Desde la cotidianidad de los guardaespaldas de los cargos hasta el etarra haciendo footing (¿en serio alguien se ha imaginado cómo debe ser el día a día de un etarra o de cualquier terrorista en sus momentos de espera?). Es ahí en estos espacios en los que «Negociador« se muestra como un fresco humorístico de una sociedad que vamos superando poco a poco pero que sigue impregnada en nuestro ADN. Pero el largometraje se atreve a profundizar en el lado dramático que siempre sugiere el realizador donostiarra en todas sus obras y que tan bien ha sugerido en sus cortometrajes. Este lado dramático mostrado sobre todo en la soledad del negociador, un hombre de avanzada edad que parece que no tiene a nadie más que a los hombres de su partido (ese comer solo en la sociedad gastronómica o bajar al restaurante con la única compañía de su guardaespaldas) y que muestra de manera fílmica de una forma muy similar a una película social como es «Mai no es tan Fosc«, de la que calca planos de una manera circunstancial cuando ambas muestran la idea de viaje en solitario por carreteras nocturnas y la idea de pagar un peaje como precio que se ha de pagar, por intentar hacer lo que se considera justo y de la que a priori costaría encontrar puntos en común. Y es ahí en la fusión de estos dos elementos, el drama (por llamarlo de alguna forma porque no es bien bien un drama) y lo cotidiano, lo normal, lo diario, que parte de imaginarse a Obama que no sabe cambiar la melodía del móvil o a Rajoy quedándose sin papel de váter en la Moncloa.
Y «Negociador» funciona, vaya que si funciona. Y tal vez podríamos encontrarnos en el punto de inflexión que marque la filmografía futura de Borja Cobeaga, la que le haga trascender la idea de cineasta exclusivamente centrado en la comedia y entrar en un cine más apto para otro tipo de público sin que pierda su esencia. Porque este filme sigue siendo puro Cobeaga, se mueve en las coordenadas temáticas de todo su cine, pero de una manera mucho más contenida, mucho más implícita y sobre todo mucho más «bajonera» ya que las capas de humor sobre las que esta se oculta en su cine, han quedado bastante más diluidas que en sus películas anteriores.
Frases destacadas de «Negociador»
- Jokin: «Basta un momento para olvidar pero hace falta toda una vida para perdonar«.
- Manu: «Si por ir arrugado le confunden a uno con un etarra«.
- Sophie: «Es importante que quede registrado todo lo que se dice«.
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