El director y guionista Rowan Joffé nos trae un thriller que no acaba de cuajar protagonizado por una Nicole Kidman ciertamente desorientada y poco creíble.
Basada en la novela de Steve J. Watson “Before I Go To Sleep”, el segundo largometraje de Rowan Joffé (“Brighton Rock”) llega a nuestras pantallas, de la mano de DeAPlaneta, el próximo 13 de febrero. La traducción del título, “No confíes en nadie”, ya resulta poco acertada puesto que nos desvela un factor clave de la cinta. Empiezas el filme con la mosca detrás de la oreja esperando lo que sabes va a pasar. Las adaptaciones de libros que cosechan tantos éxitos como el de Watson, vendido en más de 42 países, son miradas con lupa y casi siempre decepcionan a los lectores por las “cirugías” que se les practica para captar la atención de los espectadores.
Christine vive condicionada por la amnesia que sufre. Cada mañana despierta pensando que tiene 25 años y grandes decisiones que tomar, todo ello fruto de un terrible accidente. Pero, después, vuelve a la realidad bajo la atenta mirada de su marido Ben que le recuerda, a través de fotografías y documentos, quién es y qué es lo que le pasó. El doctor Nash entra en escena, de una forma un tanto surrealista según lo cuenta, para intentar, mediante un diario visual, devolver a Christine parte de sus recuerdos de una manera desinteresada.
Telefilme de sobremesa
Hasta aquí podríamos decir que es una historia con gancho, un relato que podría intrigarte, asustarte, inquietarte y así es durante los diez primeros minutos en los que el director te atrapa para luego soltarte de golpe. “No confíes en nadie” se convierte en un telefilme de esos que pones para dormitar tras una copiosa comida por lo soporífero y predecible que resulta.
Los ingredientes son buenos, pero, apenas se explotan. Vemos giros inesperados sin apenas tiempo para poder reposar dicha información, falta fuerza, convicción, hay potencial pero no se pule. Quizás, la música del compositor británico ganador de un Emmy, Ed Shearmur, sea una de las pocas cosas que sí funcionan ayudando a crear un mínimo de tensión en este thriller. El resto de aspectos técnicos pasan sin más.
En el plano actoral se salvan el siempre solvente Colin Firth que nos vende su personaje con gran atino logrando convencer en todo momento, y el breve papel de Mark Strong quien debería haber reclamado más minutos en pantalla ya que su aportación mejora el metraje. Nicole Kidman lo intenta, pero no trasmite, hasta el simpático personaje de “Buscando a Nemo”, Dory, lo hace mejor que ella, una pena teniendo en cuenta que todos sabemos que puede dar mucho más de sí.
Mero entretenimiento
En sus escasos 92 minutos no desarrolla otros puntos que podrían haber completado y enriquecido la trama, véase el caso de cómo es la relación de esta extraña pareja, la imposibilidad de la convivencia, cómo afecta este problema a ambos… se añora un plano más psicológico que nos llevé a entender el por qué del accidente así como otros acontecimientos que se suceden.
No estamos, por supuesto, ante la primera obra que trata la amnesia, todos recordaremos la magistral “Memento” de Cristopher Nolan o “50 primeras citas” (Peter Segal) en un plano más cómico, romántico. “No confíes en nadie” se queda como una triste sucesora del trabajo de Nolan que bien tratada habría sido para recordar. Argumentos basados en enfermedades, problemas cotidianos, dolencias… que tienen facilidad para conectar con el angustiado público que puede verse, el día menos pensado, en ese lugar pero que se quedan en mero entretenimiento, así es este largometraje que parece pasará sin pena ni gloria por las salas, aunque nunca se sabe ya que sus actores resultan un reclamo para un gran número de público.
Frases destacadas de “No confíes en nadie”
- Christine: “Ojalá no tuviera miedo a todas horas”
- Christine: “No recuerdo una mierda, pero, a parte de eso, estoy bien”
- Ben: “No quiero seguir siendo Ben”
- Ben: “Olvídate de Ben, Ben te ha olvidado a ti”