La película del francés Thierry Poiraud es una metáfora sobre el paso a la madurez que vende más idea que obra.
Idea demasiado obvia
Y es que, cuando el macguffin de la película se resuelve en el título, mucho debes hacer durante los 90 minutos de metraje para mantener el interés y la atención. Y «No crezcas o Morirás» no consigue ir más allá de la premisa inicial. Un grupo de adolescentes que está internado en un centro de menores en una isla en mitad del Atlántico llamada Northlands, descubre por accidente que una extraña epidemia ha convertido a todos los adultos en una especie de zombies. La enfermedad, que se manifiesta una vez se ha pasado de la adolescencia a la adultez (situación que se resuelve en la película con el fantabuloso mecanismo de convertir al adolescente en zombie cuando el guión lo necesita) marca el destino de los chavales que saben que su tiempo es finito, por lo que intentarán escapar de su imposible situación.
Y esa es la película. Bajo una premisa de terror indie, y con una muy lograda dirección de fotografía (el típico tópico cuando no se sabe que más decir acerca de una película, pero que en esta caso es la que dota de interés a todo el concepto visual de la película) que hace que la isla de Tenerife, donde se ha filmado, tenga el ambiente y la atmósfera necesaria para el tema de la película. Un tema que de tan obvio, pierde el interés a los cinco minutos, algo a lo que ayuda que los personajes protagonistas sean más planos que la pantalla del cine que los proyecta. Seis estereotipos que beben del ya clásico esquema adolescente de El Club de los Cinco, y que al final acaban entrando de lleno en un mumblecore con ciertos interludios, cada 15 minutos, de algo que intenta ser sorprendente y se queda en un susto tópico o en una velada propuesta moral ante la necesidad de tomar una decisión: ¿Tenemos que matar a ese señor que podría ser nuestro padre, esa figura paterna que, como niños conflictivos y criados en un centro social, es una figura ausente y por lo tanto el complejo edípico o de elektra o el síndrome de Peter Pan ya lo hemos desarrollado en nuestro fuero interno y ahora tenemos que visibilizarlo para que la metáfora sea obvia para el espectador? ¿Tenemos que matar al viejo que alguna vez seremos nosotros, porque la vejez y la madurez es renunciar a la potencialidad extrema que supone ser un adolescente y que muere una vez ya hemos tomado la primera decisión?
«No crezcas o Morirás» falla en prácticamente todas las resoluciones a las propuestas planteadas
Y es cierto que los temas son lo suficientemente interesantes y con enjundia como para poder plantear más de una película sobre el tema. «It», «Cuenta Conmigo», las comedias adolescentes de John Hughes o la carrera de Judd Apatow afrontan directamente esos temas y los resuelven en cuatro contextos diferentes de manera mucho más inteligente y creativa que esta «No Crezcas o Morirás». La película acaba haciéndose redundante una vez suceden las primeras muertes y la situación se plantea. Diversas soluciones de guión se nos antojan demasiado chapuceras y por que sí, dando la impresión de que los personajes mueren a conveniencia no de la historia si no del no saber que hacer con ellos. Parece que a Poiraud la parte del medio de la película le sobra y no sabe como hacer para que los personajes vayan de A a B, si no es por a aparición de Deus ex Machina que provoca que los personajes se muevan. Los flashbacks de la película podrían estar bien si sirvieran para algo, más allá de completar al personaje de manera demasiado obvia en vez de usar de una buena escritura de guión que haga irrelevante ese recurso o por una buena dirección de actores que aporte profundidad en la actuación. Lamentablemente la película se pierde en las partes principales de la misma y no sabe encontrar el tono adecuado en ninguna de las partes que quiere tocar. Al final parece que tengamos una readaptación a la inversa de «¿Quién Puede Matar a un Niño?» de Ibáñez Serrador, pero a la que se le ha quitado la carga de simbolismo y se le ha dejado, simplemente, el mecanismo.
Frases Destacadas
- Bastian: «Dios mío, yo maté a mi hermana, murió por mi culpa»
- Pearl: «¿Te vas a acostar con él?»
- Shawn: «Mi padre tiene un barco, bueno un yate. Y vive en una mansión»