Mar. Mar 19th, 2024

Una película-secuela que nos retrotrae la historia dos mellizos huérfanos, Olvido y León .

Xavier Bermúdez traslada la historia de un drama social en el que se tocan temas como el suicidio y el síndrome de Down sin paternalismos de ningún tipo. El filme nos recuerda lo que puede ser una sólida relación fraternal gracias a unas sobresalientes interpretaciones de Marta Larralde y Guillem Jiménez. La química entre ambos se hace inevitablemente veraz en la gran pantalla. La película «Olvido y León« (2020) sorprende por su historia y unos parajes naturales únicos siguiendo los pasos de dos hermanos huérfanos. Esta continuación nos narra la vida de aquellos personajes que abandonamos en la anterior película «León y Olvido» (2004). Olvido se va a casar con un hombre ya situado y con poder adquisitivo mientras que León deberá encontrar a una pareja (más por una imposición social que por propia voluntad) para que le cuide en el futuro. Ya que él no puede depende de su hermana ya que ella ha forjado su futuro al contraer matrimonio.

Una cálida acogida siempre es bienvenida

Debemos analizar este nuevo trabajo como eje sustancial de un díptico sobre el conflicto vital de dos hermanos mellizos. Una vida en la que la privacidad se convierte en una ventana abierta a nuevas posibilidades. Desarrollándose momentos de veracidad inherente en el personaje de León (gracias a la versatilidad de Guillem Jiménez como actor y su vis cómica) que harán llorar y reír a más de uno; como en esa escena con Elenita rechazándole o cuando León le compra un helado para poder recuperar su amor. Y la difícil tarea de Olvido tras verse en el paro junto a su hermano y mantenerse a flote frente a un estilo de vida con numerosas deudas. Su oportunidad llegará con la promesa de su casero, la boda.

Vibrantes situaciones se dan en la historia de «Olvido y León». Pequeña en sus formas pero grande en su mensaje, un mensaje universal: la búsqueda del amor.

Como una relación de hermanos

Olvido se muestra mucho más cariñosa con Guillem respecto a la primera, se muestra interesada por sus gustos amorosos, por un futuro incierto, ya que ella ha estado luchando contra sus demonios personales todo este tiempo. Parece que ninguno de los dos ha encontrado un trabajo estable y su situación económica es bastante precaria. Como sencillamente se muestra en la secuencia en la que Olvido atiende una llamada nocturna para hacer una sustitución ante las quejas de su hermano. El punto de encuentro de los dos personajes es tener que compartir baños, pero es justo aquí donde radica la eficiencia de esa química que ambos actores desprenden. Esta secuencia del baño no tiene desperdicio alguno.

No es baladí que esta nueva propuesta represente la cara opuesta de la moneda. La antroponímia nos habla del significado de los nombres, León en este caso, representando unos valores de fuerza y valentía ante una vida llena de carga social y Olvido que, frente a la disidencia de su hermano, se presenta con cierta cobardía ante problemas cotidianos llegando incluso a cometer actos de suicidio. Y es que si Bergman viera esta película se sentiría alagado por todos los temas que se trataron en una filmografía llena de clasicismo, profundidad insólita sobre la sensibilidad humana y, en especial, reivindicación moral de lo humano a través de sus múltiples obsesiones como cineasta.

El arco evolutivo de ambos personajes es redondo. Finalizado su visionado, llegamos a la conclusión de que estamos ante una mágica continuación emocional entre hermanos que, después de muchos años, se mantiene intacta.

Tráiler «Olvido y León»:

Por Eduardo F. Gómez

Graduado en Comunicación Audiovisual. Contador de historias y amante de los sintes electrónicos a partes iguales. Considero que las sonrisas no deberían de tener límite alguno.

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