Mar. Mar 19th, 2024

Thomas Vinterberg vuelve a reunirse con Mads Mikkelsen en una combinación ganadora que funciona de lujo. La historia posee una moraleja final con la que salir eufóricamente embriagado de la sala una vez finalizada la proyección. Absténganse de beber durante la película.

Aclamado reencuentro artístico

La premisa de «Otra ronda« sigue las consecuencias de un experimento social al que se adscriben cuatro profesores de mediana edad cuando toman como punto de partida el postulado de un filósofo noruego: Skårderud.

Los cuatro profesores son: Martin (Mads Mikkelsen), Tommy (Thomas Bo Larsen), Nikolaj (Magnus Millang) y Peter (Lars Ranthe). Dicho experimento consiste en llegar a cierta tasa de alcohol en sangre (0,05%) y mantenerla hasta las ocho de la tarde (como Hemingway) para poder despertarse aún ebrio. Los tres primeros ya coincidieron en «La caza« (Thomas Vinterberg, 2012) pero aquí los cuatro (ganadores de la Concha de Plata en el pasado festival de San Sebastián) están de sobresaliente.

Personajes redondos y creíbles desde el minuto uno. A pesar de que la atención se centre principalmente en Martin y Nikolaj, sabemos que Tommy es «la oveja negra» del grupo. Tommy es el único al que le descubren con botellas en el cuarto deportivo del pabellón, es el más auto-destructivo y el más tendente a los intentos de suicidio. Testarudo con sus amigos, con los niños a los que no llama por sus nombres o apellidos sino por motes que él mismo ha decidido poner. Poco a poco, la trama va evolucionando hasta llegar a momentos tan absurdos como los del supermercado o la pesca en el embarcadero. Este gran autor nos plantea situaciones bien logradas, sostenidas por un humor negro irreverente e icónicas imágenes que incluyen a políticos internacionales con tal grado embriaguez, discursos ridículos pero eficaces en un ejercicio práctico de montaje en el que más de un espectador morirá de la risa.

También cabe mencionar que el panfleto fue escrito por Tobias Lindholm (RSecuestro) en una combinación rica y llena de segundas lecturas que no dejará indiferente a nadie. En especial a la audiencia de los países escandinavos.

Un problema casi invisible en la sociedad actual

«Otra ronda» también explora la invisibilidad de este grave problema sociosanitario. Vinterberg juega con la delgada línea que separa a un alcohólico de una persona que consume alcohol como causa justificable por el hecho de desarrollo la tesis de un escrito sociológico. La cámara de Vinterberg evita responder a todas las preguntas de la audiencia pero deja en perspectiva un final abierto (con el eufórico baile de Mikkelsen) digno para salir de la sala con buen sabor de boca.

Si bien no hay una conclusión definitiva, el final es otro ejemplo más de lo exacerbado, de las no-consecuencias, del «beber sin preocuparse por un mañana». Más allá de la infelicidad que Martin sufría al inicio, de cómo ha logrado cerrar un conflicto familiar que parecía abocado al fracaso matrimonial lo que interesa aquí no es cerrar ese arco argumental sino dignificar el caso de la drogodependencia legal más  sufrida por celebridades de la talla de Franklin D. Roosevelt o Winston Churchill. Por eso, la secuencia del montaje con políticos ebrios no tiene desperdicio alguno. El título original del filme es «Druk« que se podría traducir por consumo excesivo de alcohol. La moraleja del autor danés es dejar los problemas personales a un lado, vivir sin consecuencias. Adaptarse o morir. Decide usted mismo pero recuerde atenerse a las consecuencias.

Frases destacadas:

  • Martin: «Nosotros decidimos cuando queremos beber. Un alcoholico no puede evitarlo»

Tráiler «Otra ronda»

Por Eduardo F. Gómez

Graduado en Comunicación Audiovisual. Contador de historias y amante de los sintes electrónicos a partes iguales. Considero que las sonrisas no deberían de tener límite alguno.

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