Julius Avery dirige esta visceral cinta de terror bélico que abraza un espíritu socarrón y festivo que tarda demasiado en llegar.
Si de algo podemos estar orgullosos los fans del cine de terror es que el género parece gozar de muy buena salud. La cartelera recibe con más frecuencia productos de una calidad y personalidad incuestionable («Hereditary«), o revisiones de figuras clásicas que consiguen captar la atención de nuevas generaciones («La noche de Halloween«), pero cada vez es más frecuente toparse con producciones que comparten ideas y premisas propias del cine de serie B pero que lucen un acabado visual mucho más resultón de lo que uno esperaría. «Overlord» posee parte de esas características y, a pesar de prometer ser un auténtico festival gore de soldados norteamericanos liquidando nazis a diestro y siniestro, acaba quedándose a medio camino entre el cine bélico más o menos serio y un festival de casquería sin complejos.
II Guerra Mundial. Antes del Día D, un grupo de paracaidistas estadounidenses cae tras las líneas enemigas para realizar una misión crucial. Pero, a medida que se acercan a su objetivo, empiezan a darse cuenta de que algo más que una simple operación militar está sucediendo en esa aldea ocupada por los nazis.
Boyce, el soldado pacifista
Aunque «Overlord» puede verse como la adaptación apócrifa de la famosa franquicia de videojuegos «Wolfenstein«, la mayor parte de su metraje mantiene los estándares que tendría una cinta bélica a pequeña escala. El centro del desarrollo de los acontecimientos es su pelotón protagonista, encabezado por Boyce (Jovan Adepo), un joven cadete que, como no paran de repetirle sus compañeros, no está hecho para la guerra. El empeño constante de nuestro protagonista por hacer lo que él cree que es lo correcto en vez de cumplir la que les ha sido encomendada misión a toda costa será la fuente de la mayoría de conflictos suceden en el filme. Además, el carácter pacifista de Boyce le hará estar constantemente en conflicto con su superior al mando: el cabo Ford (Wyatt Russell).
A excepción de Boyce, el resto de personajes están más desdibujados de lo que nos quiere hacer creer la cinta, por lo que, salvo un par de excepciones, no llegaremos a sentir empatía por casi ninguno de sus compañeros. A pesar de que Wyatt Russell desprende cierto carisma como soldado aguerrido y parco en palabras, su personaje no goza de los suficientes momentos de socarronería y epicidad que uno desearía. Sucede los contrario con el principal antagonista de esta historia: el miembro de las SS Wafner (Pilou Asbæk); todo un ejemplo de malo malísimo que necesita una película así. Por otra parte, sorprende y alegra a partes iguales ver que el único personaje femenino de la cinta, Chloe (Mathilde Ollivier), evita caer en el tópico de la damisela en apuros, consiguiendo así hacerse con algunos de los mejores momentos de la cinta.
Nazis a mi
A pesar del prometedor inicio de «Overlord«, una espectacular secuencia de altos vuelos cargada de acción y un atmosférico diseño de sonido que consigue meternos de lleno en la atmósfera beligerante que tanto se empeña en conseguir Julius Avery, la cinta sufre ciertas complicaciones a la hora de mantener el ritmo hasta sus últimos y desatados veinte minutos. El empeño de los guionistas por alargar el misterio de lo que ocultan los nazis bajo tierra y al mismo tiempo desarrollar cierta dinámica de grupo entre sus protagonistas, provoca que la falta de experiencia de su director se note más de lo que uno desearía. Por suerte, todo el clímax final deja con tal sensación de catarsis y liberación que será fácil perdonarle sus defectos hasta un buen rato después de haber abandonado la sala.
La nueva producción de J.J. Abrams se muestra como una opción más que válida para los que busquen los que nos promete su cañera campaña promocional gracias a su resultona factura técnica y su desconexión con el universo Cloverfield, el cual parece cada vez más descontrolado.
Frases destacadas de «Overlord»:
- Ford: «Some questions aren’t good answers.»
- Wafner: «Our greatest achievement. With it, we create super-Nazis; A thousand year army and it’s thousand year soldiers.»
- Boyce: «Three months ago, I was cutting grass on my front yard. The mailman shows up with a letter from the army. Now I’m here, and no idea where I’m going to end up.»
- Ford: «Welcome to France, boys.»