Bong Joon Ho se corona con una de las películas más estimulantes y reflexivas de su carrera. Una sátira cruda y desvergonzada de la lucha de clases como pocas veces se ha visto.
Adentrarse en la filmografía de Bong Joon Ho es adentrarse en una mente llena de ideas poderosas, planteamientos retorcidos y personajes grises con los que uno puede llegar a empatizar, identificarse y conocerlos lo suficiente como para juzgarlos. «Memories of Murder (Crónica de un asesino en serie)» es un debut que todavía se recuerda con pasión, «The Host» es una poderosa revisión del género kaiju, «Mother» es un grito desesperado de una madre capaz de todo por su hijo, «Snowpiercer: Rompenieves» es una extraña distopía donde los desvalidos se hacen sitio a golpes y «Okja» es un canto al derecho a la vida de los animales. Todas sus películas tienen algo que merece la pena y «Parásitos» no es la excepción. Y no sólo eso, sino que estamos ante un film que ha ido recogiendo halagos allá por donde se ha visto y no debería sorprendernos, porque es excepcional en todos los aspectos.
Tanto Gi Taek (Kang-ho Song) como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo (Choi Woo Shik), empieza a dar clases particulares en casa de Park (Sun-kyun Lee), las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles.
Estafa como puedas
Es difícil adentrarse en «Parásitos» sin desvelar gran cosa de la trama, ya que prácticamente desde que comienza el segundo acto todo se complica más y más. Pero antes de todo eso, el guion dedica el tiempo justo a que conozcamos a la familia protagonista, que vive en condiciones infrahumanas (cuatro personas en un sótano con una única ventana que da a un callejón) pero al mismo tiempo tienen talento y habilidades destacables. No sabemos si es por su carácter, por su mala suerte o por la crisis que azota al país, pero no consiguen prosperar. Tal vez nunca hayan sabido cómo. Esta familia consigue poco a poco ganarse la confianza y empatía del espectador, ya que Joon Ho emprende la peligrosa tarea de tomarse con humor varias de las situaciones precarias que les toca vivir, como encontrar wi-fi gratis o aprovechar la fumigación en la calle para fumigar su propia casa. Pero lo cierto es que lo consigue con creces, permitiéndonos conectar con ellos a la primera de cambio.
Además, el espectacular trabajo actoral de los cuatro es realmente loable y se desvela como uno de los más espectaculares del año y sin demasiados alardes, especialmente el de Kang-ho Song, quien da vida al cabeza de familia y consigue decir mucho con muy poco. Pero ocurre lo mismo con los más jóvenes del reparto, Woo-sik Choi es quien sirve como narrador principal de la historia y además se ocupa de hacer avanzar la historia durante sus primeros compases, So-dam Park es la hermana resolutiva y calculadora, compensa perfectamente la ingenuidad de su hermano. Yeo-jeong Jo y Sun-kyun Lee interpretan al matrimonio adinerado del que la familia Kim quiere aprovecharse y ambos están a la altura de las circunstancias, consiguiendo generar en el espectador un equilibrio perfecto entre la rabia y la simpatía.
Hombre rico, hombre pobre
Como ya he mentado al principio, esta particular historia, a pesar de contar con una poderosa y evidente reflexión sobre la lucha de clases y la enorme brecha entre ricos y pobres, también goza de un ritmo endiablado y un desarrollo ejemplar. Desde que se nos presenta a la familia Park hasta el primer gran giro, la bola de nieve no para de hacerse más grande. Quizás sea un tanto disparatada para los más escépticos, pero casa perfectamente con el tono que se nos ha presentado desde el principio. Todo eso no hace sino potenciar el amargo final de «Parásitos«, que va muy en sintonía con las resoluciones que hemos podido ver en obras anteriores del director.
Es imperativo darle una oportunidad a «Parásitos«, quizás una de las experiencias más estimulantes que uno podrá ver en cines este año. Es rotunda, es asombrosa y nos acompañará en la memoria durante mucho tiempo.
Frases destacadas:
- Ki-taek: «Si hubiese una carrera de falsificación de documentos en Oxford, tu hermana sería sin duda la primera de la clase.«
- Yeon-kyo: «Nuestro hijo es artista por naturaleza. Ningún profesor de dibujo le ha seguido el ritmo más de un mes.«
- Ki-taek: «Si tuviese todo esto sería más amable.«
- Ki-woo: «A mí esto no me parece un delito, papá.«