Christian Carion y Guillaume Canet vuelven a trabajar juntos por tercera vez. Canet da vida a un padre con un gran sentimiento de culpa que le llevará a realizar cosas irracionales.
Una decisión difícil
Mathys es un niño de siete años, hijo único del matrimonio integrado por Julien Perrin y Marie Blanchard. Por problemas conyugales, la pareja se disuelve. Marie rehace su vida con Grégoire. Mathys no se adapta a la convivencia de la nueva pareja de su madre, por eso le mandan a un campamento. Misteriosamente, el niño y su saco desaparecen, permaneciendo intactas el resto de sus pertenecías. Julien comienza la búsqueda contrarreloj de su hijo, contraviniendo las órdenes de la policía.
En el séptimo arte hay muchas películas centradas en la desaparición de una persona o hijos. En los últimos añoss se ha estrenado la electrizante “Perdida” de David Fincher, quién no recuerda la angustiosa “Desaparecida (Spoorloos)” de George Sluizer, que inclusive realizó una versión americana del mismo protagonizado por Sandra Bullock, Jeff Bridges y Kiefer Sutherland. Aunque el espectador suele pasar un mal rato cuando el secuestrado es un niño pequeño, como en el caso de “Prisioneros” del canadiense Dennis Villeneuve o la totalmente olvidable “Plan de vuelo: Desaparecida” en la que Jodie Foster buscaba a su hija desparecida en pleno vuelo.
En estos ejemplos el paso del tiempo es esencial, y es el que despierta los grandes temores en el respetable, porque es sabido que cuando alguien desaparece, a medida que van pasando los días, las posibilidades de que aparezca muerto son mayores. Sobre el desconocimiento y las sospechas de quién lo pudo hacer es sobre lo que se suelen construir este tipo de películas. A su vez, eso lleva a los personajes encargados de la búsqueda a tomar decisiones difíciles y acabar contraviniendo el código penal y civil. Podríamos decir que Julien Perrin se amolda perfectamente al esquema tipo de personaje de este subgénero.
Todo por mi hijo
Los primeros cuarenta minutos del filme están construidos sobre la estructura del trío, de tal forma que Mathys y Grégoire se convierten en el tercero en discordia, así es como los problemas de índole conyugal y falimiar adquieren una gran relevancia en el desarrollo de la trama principal. Tras la llamada de teléfono de la compañera de Julien, la deriva del largometraje se vuelve totalmente disparatada, la verosimilitud desaparece, y en lugar de un thriller tenemos una película de acción. Es justo en este momento cuando Christian Carion pierde definitivamente el norte de su relato. Intenta jugar en la liga de Villenueve, pero se nota que le viene muy grande. La resolución del filme es tan precipitada como inverosímil. Es una pena, porque es un director que sabe crear tramas de alto voltaje, nos ha demostrado que conoce los mecanismos del suspense, sirva como ejemplo ese gran largometraje que es “El caso Farewell”. Cuesta entender el éxito que ha tenido este largometraje al otro lado de los Pirineos. En “Perdido” tenemos la versión más edulcorada y comercial de Carrion, que se limita a rodar con suma profesionalidad pero nos brinda un filme sin alma, ni intensidad.
Frases destacadas:
- Madre: “Sólo falta su saco. Sus cosas estaban”
- Madre: “Esto es muy surrealista. Estoy segura que se ha fugado.”
- Madre: “Tu hijo a veces es difícil”
- Gregori: “Siempre que estamos los tres juntos pasa lo mismo.”
- Madre: “Yo no necesito esto. Me voy a volver loca.”