La última aparición de El Hombre Alto. Esperemos.
Si hay algo realmente complicado a la hora de hablar sobre una saga cinematográfica es intentar enfocarla desde el punto de vista de alguien al que le interesa o sigue esa franquicia en cuestión. Este no ha sido mi caso, ya que salvo la primera entrega de 1979, el resto de secuelas no han pasado por mis manos. «Phantasma: Desolación» es una secuela innecesaria que intenta cerrar atropelladamente la historia iniciada hace casi cuarenta años sin poner demasiado empeño en ello.
El Hombre Alto (Angus Scrimm) sigue viajando de pueblo en pueblo convirtiendo a los muertos en su propio ejército, y continúa usando sus mortales esferas contra cualquiera que se le oponga. Mike (A. Michael Baldwin), que está desarrollando los poderes psíquicos, y Reggie (Reggie Bannister) tratarán de detenerlo.
La quinta entrega de la saga inaugurada por Don Coscarelli, quien aquí ejerce como productor y co-guionista, ha sido concebida como el final del camino para nuestros protagonistas, especialmente para Reggie, ya que casi todo el peso de la historia recae sobre sus hombros. Siguiendo una estructura típica de road movie, Reggie viaja a lo largo y ancho del país intentando acabar de una vez por todas con El Hombre Alto, al mismo tiempo que va dudando de su propia cordura debido de las extrañas visiones que padece. Aunque sería pecar de iluso echarle directamente la culpa a la falta de presupuesto de la cinta que ésta no cumpla con sus intenciones, eso es algo que uno le podría perdonar si gozase de un guion por encima de la media o unas actuaciones elogiables, pero no es así. Ni siquiera esa estética post-apocalíptica consigue despertar nuestro interés según avanzan los minutos.
David Hartman es quien se encuentra detrás de las cámaras en esta ocasión y se nota. Aquí apenas encontraremos rastro del curioso estilo de Don Coscarelli y que hizo que «Phantasma» cosechara tantos seguidores. Su particular forma de estructurar la narración y ese tono lúgubre no se conservan aquí. Hartman dirige una película que es total y absolutamente carne de videoclub, pero en el mal sentido. La historia no aporta prácticamente nada nuevo y los nuevos personajes no interesan. El único que salva un poco la papeleta es Angus Scrimm, quien a pesar de su longevidad sigue imponiendo (incluso después de su muerte) como antagonista gracias a su penetrante mirada y su profunda voz.
Hubiese sido un film más que interesante si Coscarelli hubiese elegido un director más talentoso y con ideas que aportar a la franquicia, quizás optando por un tono más autoconsciente y paródico. La estructura de la película oscila entre la vergüenza ajena y el aburrimiento más absoluto, ya que es una cinta que aporta muy pocos momentos que inviten a la diversión más propia del cine cutre. Las esferas voladoras han perdido toda esa carga inquietante y amenazadora con la que fueron originalmente concebidas, por lo que en aquellas escenas en las que vemos a Reggie enfrentarse a ellas no nos queda otra que soltar un resoplido de indiferencia.
«Phantasma: Desolación» es un film que le deja a uno tal como indica su título, desolado. Quizá Don Coscarelli debería haber abandonado la saga hace tiempo, pero lo que está claro es que los responsables no han sabido cómo reflotarla.
Frases destacadas de «Phantasma: Desolación»:
- Reggie: «Ya no sé lo que es real.»
- Dawn: «Creo que está delirando.»
- El Hombre Alto: «Ni siquiera eres real. Sólo un mal sueño.»
Trailer de «Phantasma: Desolación»: