Enésimo filme de animación japonesa que trata de manera sentimental y emotiva una trágica relación entre colegiales que, pese a su falta de originalidad, funciona
El éxito internacional de un fenómeno como «Your Name» de Makoto Shinkai ha tenido sus consecuencias a la hora de exportar películas anime al extranjero. Porque no nos engañemos, las películas que abordan la relación amorosa de adolescentes en el instituto se han tratado desde hace décadas. Ahí está por ejemplo el clásico de Studio Ghibli «Puedo escuchar el mar» (Tomomi Mochizuki, 1993). No obstante, el taquillazo que supuso la romántica historia de fantasía que dio la vuelta al mundo generando dinero allí por donde pasara, ha impulsado cierta tendencia de tratar de repetir esos datos con filmes que a priori puedan resultar similares. No es que la industria japonesa apueste por ello ahora, sino que las distribuidoras buscan encontrar en este subgénero una baza para atraer a aquellos espectadores ocasionales que aun no están fidelizados con los estrenos de animación japonesa. Ejemplo de ello fue la muy reivindicable «A Silent Voice» de Naoko Yamada. Y ahora, se sigue con la misma estela con «Quiero comerme tu páncreas» de Shin’ichirô Ushijima . Cabe destacar por su parte, que estas dos últimas, abandonan el apartado meramente fantasioso (salvo para materializar alguna metáfora visual), para adentrarse en un espectro mucho más psicológico y emocional.
Adentrándose en la psicología de los personajes
La gran apuesta de este filme basado en una novela de Yoru Sumino reside en presentarnos dos personajes los cuales cada uno simboliza una enfermedad. Mientras Sakura, es una joven divertida y sociable que asume su enfermedad y su inmediata muerte, Haruki es un chico reservado, callado y encerrado en si mismo. Su falta de empatía y de habilidades sociales le llevarán a comportarse de manera irritante y desagradable con su compañera de clase, quien utilizará esta incomodidad del joven para acercarse aun más a él. De esta manera, lo que realmente trata de desarrollar la cinta no es tanto cómo afecta la enfermedad mortal en ella, sino como puede llegar a abrise las capacidades emotivas de él. Lo cual, a su vez, retroalimenta a Sakura, quien utiliza sus últimas días de vida enfocándolos siempre desde la positividad.
Así pues, la trama de desarrollará en dos grandes bloques, uno totalmente cómico, donde nos divertiremos con las continuas insinuaciones de ella y el mal trago que suponen para él, y otro mucho más dramático, arco el cual englobará los sintomáticos derroteros de estos anime románticos que buscan acongojar hasta la extenuación al espectador. Un recurso que en otras ocasiones se antojaría discutible, pero que en esta cirscuntancia logra su objetivo ya que ha conseguido sumergirnos en la historia y empatizar con sus distintos personajes. A su vez, la fluidez de su animación unido a un diseño sencillo y estilizado del dibujo, nos dejan una cinta estimable, de obligado visionario para los acérrimos al género y disfrutable para quien se acerque por primera vez.
Frases destacadas:
- «Quiero comerme tu páncreas»
Tráiler de «Quiero comerme tu páncreas»: