Mar. Mar 19th, 2024

Tras dos años en el limbo, «Redención», lo «nuevo» de Antoine Fuqua, llega a nuestras pantallas: Un largometraje digno de aspirar al título de mejor drama deportivo de los últimos años.

Ese enigma llamado distribución

Las estrategias y mecanismos del negocio de la distribución cinematográfica en nuestro país, en muchas ocasiones, continúan siendo un gran misterio que parece estar muy lejos de ser resuelto. Prueba de ello es el, cada vez más alto, número de producciones de primera categoría que quedan fuera del circuito comercial de salas pese a contar con nombres reputados que pudiesen respaldar un más que probable éxito en público y taquilla. Obras de calidad más que demostrable como “Warrior” (Gavin O’Connor, 2011) la retorcida “Killer Joe” (2011) de William Friedkin, la genialidad distópica heredera de la saga “Matrix” “Equilibrium” (Kurt Wimmer, 2002) o “John Wick” (Chad Stahelski, Dacid Leitch, 2014) —aquí titulada “Otro día para matar” para su incomprensible estreno directo en televisión— son sólo unos cuantos ejemplos de una lista tan extensa como incomprensible.

SOUTHPAW

“Southpaw” —rebautizada como “Redención” en el enésimo ejercicio absurdo de traducción y adaptación de títulos—, el nuevo trabajo de Antoine Fuqua, había permanecido en el limbo engrosando este repertorio de cintas inéditas en la gran pantalla durante los últimos dos años, privándonos así de una vibrante historia de ascenso y caída con trasfondo pugilístico tan intensa, emocionante y absorbente como cabría esperar de cualquier trabajo firmado por su responsable. Porque el señor Fuqua, a día de hoy, continúa sin decepcionar lo más mínimo desde que encumbrase su carrera con su tercer y mejor filme hasta la fecha  “Día de entrenamiento” (“Training Day”) en 2001.

Huelga decir que “Redención” no aporta ni inventa nada que no hayamos visto con anterioridad dentro del subgénero del drama deportivo boxístico. Clásicos imperecederos como “Requiem por un campeón” (“Requiem for a heavyweight”, Ralph Nelson, 1962), “Toro Salvaje” (“Raging Bull”, Martin Scorsese, 1980) o incluso la longeva saga iniciada por “Rocky” en el 76 ya han sentado suficiente precedente en cuanto a lo que cabría esperar de una producción de estas características. A pesar a ello, “Redención” consigue aportar frescura y sorprender, demostrando que que este tipo de largometrajes encuentran su centro de gravedad más allá del espectáculo deportivo y la intensidad de sus combates, concentrando la potencia de su pegada sobre unos personajes ricos, bien construidos y con conflictos potentes y atractivos.

Un drama emocionante

Tanto Fuqua como el guionista Kurt Sutter, conscientes de la importancia de esto, sacrifican, presentando con mimo a su protagonista, un primer acto un tanto errático y con exceso de metraje que, pese a hacerse ligeramente cuesta arriba, hace funcionar el resto del relato con una fuerza arrolladora. Por si fuera poco, la elección de un portentoso Jake Gyllenhaal —a quien, parece, la película se le llega a quedar pequeña— para dar vida a un ya de por si redondo sobre el papel Billy Hope, termina por dar a “Redención” el empaque que le faltaba para optar al título de mejor drama deportivo de los últimos años gracias a una interpretación brillante, con una cantidad de matices abrumadora, y que funciona a la perfección tanto en los momentos más almibarados como en los más amargos y vehementes.

SOUTHPAW

“Redención” cumple con todos y cada uno de los requisitos que toda cinta congénere debería reunir. Es emocionante, magnética, llega a tocar la fibra sensible y, a su vez, libera una violencia latente incontrolable en un cóctel compuesto por dos tercios de un Gylenhaal, de nuevo, en estado de gracia, y un tercio de un Antoine Fuqua dando forma al conjunto con una realización tan contundente como un directo a la mandíbula que nos regala uno de los combates más espectaculares e intensos que hayamos podido disfrutar en una obra de ficción. A pesar de su falta de innovación, no hay duda de que la larga espera de dos años para poder disfrutar de “Redención” como su director la concibió ha merecido muchísimo la pena.

Videocrítica

Por Víctor López G.

Sociópata altamente funcional. Ex-gordo. Ex-ESCAC. Superhéroe a tiempo parcial y cinéfilo a tiempo completo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.