“Reencontrar el amor” de Lisa Azuelo es una cinta romántica que arriesga en mínimos y que cuenta con François Cluzet y Sophie Marceau como principales ganchos.
El cine francés de los últimos cinco años nos ha ofrecido una serie de comedias, más o menos solventes y divertidas, que retratan diversas situaciones cotidianas en las cuales se relata la vida de unos protagonistas en el preciso instante de acontecer en ellos un cambio vital que les hace replantearse el sentido de sus relaciones personales y de su misión en el mundo. Así sucedía en “Intocable” (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011), una película de enorme éxito que contiene algunas reflexiones interesantes.
“Reencontrar el amor” va por la misma senda y cumple el mismo objetivo, solo que aquí ese cambio se produce no en la amistad, sino en el amor, y los planteamientos formarles y temáticos de la cinta evalúan la premisa de una vida que se ve trastocada cuando se intuye o se siente que se ha encontrado al amor verdadero.
¿Qué ocurre cuando estás casado y sientes que la mujer de tu vida no es tu esposa?
En el enunciado anterior está el conflicto vital que se representa en la cinta, y precisamente ese mismo conflicto, ya de por si bastante interesante, no llega a cuajar del todo puesto que se le presta demasiada atención al personaje masculino protagonista, dando por sentado que el personaje femenino, tiene menos conflictos al aceptar la relación que se le plantea por delante. Está claro que el hombre está casado y la mujer está soltera, pero se echa de menos, en la caracterización de ella, un impedimento personal que escenifique acertadamente la imposibilidad de llevar ese amor a cabo. En resumidas cuentas; es absurdo que una historia de amor esté condicionada por la visión masculina del asunto y que la visión femenina simplemente se limite a los deseos de estar o no con un hombre que está casado.
Mayor profundidad en los personajes de la película, así como un sentido completo y llamativo de los conflictos expresados en la trama, conseguirían que uno, más allá de la historia de amor, se pudiese sentir totalmente implicado en la trama que se está contando. Desgraciadamente eso no sucede y la historia se limita a navegar por varios lugares comunes del cine romántico y dramático que hemos visto una y mil veces.
Originalidad en los recursos imaginativos de los personajes.
No obstante la cinta es llevadera por un curioso recurso que sus guionistas utilizan; extender la historia de amor (que no está sucediendo) a la mente y la imaginación de los protagonistas. Así por tanto la cinta se sale un poco de sus rígidos planteamientos y nos presenta unas escenas donde los personajes sueñan e imaginan con la vida que tendrían si la historia de amor que desean poner en práctica se llevase a la realidad.
Esa parte idílica o soñadora de la cinta, representada en escena con una elegancia visual y estética que a veces llega a apabullar, eleva la cinta a momentos mágicos que suben el listón de una película bastante vulgar.
¡Más madera… más riesgo!
“Reencontrar el amor” por tanto, es una película que da poco y tampoco pide mucho. Es una de esas cintas que habitualmente llenan las salas los fines de semana con personas de edad media y avanzada cuyo gusto cinematográfico consiste básicamente en observar una historia correcta y sencilla, llena de pequeños sobresaltos emocionales y lacrimógenos. Opción totalmente respetable tanto de los directores como del público pero demasiado acomodada para un cine francés que, en general, se presenta año tras año bastante acartonado y aburrido.
Frase destacada de “Reencontrar el amor”
- Pierre: «Lo mejor para no terminar una relación de amor, es no empezarla«