Mar. Mar 19th, 2024

Noir argentino que mira al pasado para construir un artificio cinematográfico absorventemente estimulante

«Rojo», cinta argentina multipremiada en el pasado Festival de San Sebastián (director, actor y fotografía), a parte de una experiencia hipnótica y fascinante para el espectador, supone todo un desafío para la crítica. Y es que resulta complejo enfrentarse a una experiencia audiovisual de estas características, una narración que bucea por diferentes géneros cinematográficos, que opta por multitud de formas a la hora de abarcar su contenido y que hace del estímulo constante y variado su forma de entenderse a si misma.

La cinta nos retrotrae a los años setenta, en un contexto de cambio político. El auge de la dictadura se materializa afectando a sus ciudadanos. Lo hace siempre desde un segundo plano, enfocado incluso con cierta comicidad, aludiendo a los lazos de dicho alzamiento militar con Estados Unidos, queriendo aunar tradiciones. También lo hará desde el veto a los periodistas. Pero el filme realmente girará en torno a un hombre de mediana edad, una persona educada, un abogado acomodado, de buena vida. Alguien tranquilo cuya existencia cambiará tras un altercado en un restaurante. Todo ocurrido en un prólogo brillante, cargado de tensión narrativa, utilizando el diálogo como herramiento violenta y de humillación. La vida de nuestro personaje cambiará, no sintiéndose abatido por la culpa sino por la necesidad de esconder sus actos. El filme navega en la sucesión al prólogo en el cine de género, en la recreación del giallo, abusando del impacto cromático y el uso de la música extraiegética creando un ambiente atmosférico que encadila y acaricia al espectador.

El filme se bifurca no obstante en distintos campos abiertos. Véase por un lado el nacimiento del deseo sexual, materializado en la subtrama de su hija adolescente. La violencia exstructurada desde el machismo, la insistencia en cummplimentar los deseos sexuales. También los celos infundados y la violencia colectiva hacia el débil. Por otro lado tenemos la denuncia de la estafa inmobiliaria. El uso del dinero y del abuso de poder para enriquecer a los que más tienen sumergiéndose en los vacíos legales con tal de incrementar sus objetivos. Por último, nos hallaremos ante la investigación policial. Las pesquisas de un detective chileno que es un mero estereotipo. Un personaje creado para agradar al público y para incomodar al personaje principal. Un rol sin verosimilitud alguna que sirve para mostrar los verdaderos sentimientos del protagonista.

La película de Benjamín Naishtat demuestra en última instancia tener muchos francos abiertos. Querer abarcar diferentes realidades sociales, económicas y políticas de la Argentina de los setenta y como este legado ha llegado hasta nuestros días. Lo logra sumiergiéndose en la psique de sus protagonistas, buscando retazos de humanidad, de sentimientos como el deseo, el miedo o la codicia. También enfrentándose a sus objetivos desde distintos ángulos cinematográficos. Demostrando que la realidad humana se puede reflejar de manera artística desde el prisma de la ficción.

Frases destacadas:

  • «Me das lástima»
  • «¿Para qué medio trabaja usted? ¿Cómo se llama?»
  • «Yo no he dicho que ese hombre fuera el hippie»

Tráiler de «Rojo»:

Por Luis Suñer

Graduado en Humanidades, crítico de cine y muerto de hambre en general.

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