Destacamos en vuestra sección favorita Sesión Doble el increible, tierno y emocionante documental Searching for Sugar Man de Malik Bendjelloul que aspira en breve a una estatuilla dorada.
Sinopsis Searching for Sugar Man:
A finales de los años 60, un músico fue descubierto en un bar de Detroit por dos célebres productores que quedaron prendados de sus melodías conmovedoras y de sus letras proféticas. Grabaron un disco que ellos creían que situaría al artista como uno de los más grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó. De hecho, el cantante desapareció en la oscuridad en medio de rumores sobre su horripilante suicidio encima del escenario. Mientras la figura del artista se perdía en el olvido, una grabación pirata llegó a la Sudáfrica del Apartheid y durante las dos siguientes décadas Rodríguez se fue convirtiendo en un fenómeno. Dos fans sudafricanos se empeñan ahora en averiguar qué pasó realmente con su héroe. Su investigación los ha llevado hasta la historia más extraordinaria que cualquiera de las existentes sobre el mito del artista conocido como «Rodríguez».
Argumento:
Diego Montes: Escribía Bolaño en Los detectives salvajes que en la vida “hay momentos para recitar poesía y hay momentos para boxear”. Y de eso trata Searching for Sugarman. De cuando uno se da cuenta de que juntar una palabra al lado de otra y acompañarla con el rasgueo de una guitarra le abre las puertas de los aterciopelados despachos de las discográficas. Pero también, como contrapartida, de cuando toca apretar los dientes y poner una caja sobre otra o un clavo y después otro o simplemente desatascar una tubería porque al fin y al cabo no has tenido tanta suerte como Bob Dylan, o no eres tan bueno, o no has sabido montártelo de folkie rebelde con conciencia social. Y aquí es donde este impresionante documental remite a la catártica experiencia de Anvil! solo que en este caso la atractiva estética del perdedor es sustituida por la felicidad resignada de un personaje llamado Cristo que, valga la comparación divina, supo reinventarse tras una suerte de resurrección silenciosa que no pretendía nada más que la consecución de una vida digna.
Alfredo Manteca: Los largometrajes que tienen como argumento las investigaciones periodísticas suelen ser siempre grandes películas, ahí tenemos claros ejemplos Todos los hombres del presidente o Defense of the realm. Pero va más allá y no sólo es la búsqueda de un periodista por aclarar la verdad sobre una figura desaparecida, quién se quedó con los royalties que generó, ya lo dice claramente en un momento dado “hay que seguir la pista del dinero”, también es emocionante ver como un auténtico seguidor del cantante “Rodríguez” intenta llegar a saber qué pasó aquella noche sobre el escenario para que se suicidara en directo. Searching for Sugarman es el mejor documental que hemos visto este año, por su originalidad argumental, y su gran giro que te deja con la boca abierta y hace que te resientes en la butaca porque arranca de nuevo a los 35 minutos de metraje, sorprendiendo gratamente al espectador. El argumento no puede tener más suspense, es emocionante y tierno.
Personaje:
Diego Montes: Cristo Rodríguez en sus dos vertientes. La del cantautor de culto desaparecido en extrañas circunstancias durante su miserable juventud, una especie de miembro del club de los veintisiete cuya leyenda aun se traspasa entre generaciones, y, por supuesto, la del padre que ha sacado a su familia adelante con esfuerzo denodado alcanzando la redención porque, como bien dice en una de sus letras, “me dijeron que todo el mundo tiene que pagar sus deudas, pero yo les expliqué que ya las había saldado de sobra”.
Alfredo Manteca: Me encantó el personaje de Sugar, ese fan irrendente, que no ceja en su empeño de buscar la verdad de los hechos, que deja todo por perseguir un sueño y acaba montando una tienda de discos. Me emocioné al ver como se excitaba a medida que avanzaba la investigación. Eso lleva a que el espectador se sienta identificado por completo con él, porque quién no es fan de algún cantante o grupo musical. Todos los somos. De hecho al salir del documental me hice fan de Rodríguez. Sugar me contagió por completo su espíritu.
Secuencia:
Diego Montes: De entre todos los momentos fascinantes que tiene el documental, dan mucho que pensar las escenas en las que los investigadores musicales sudafricanos hablan de el disco Cold Fact como su banda sonora por encima de Elvis o los Rolling Stones. Y más concretamente estas palabras que dan idea del calado que tuvo Rodriguez en el país africano en un momento convulso y de cambio para una sociedad que no quería seguir anclada en la más profunda segregación: “Toda revolución necesita un himno. El mensaje iba en contra de lo establecido. En el primer rechazo al apartheid tuvo mucho que ver Rodriguez”.
Alfredo Manteca: Voy a destacar algo que no solemos hacer, me quedo con la secuencia de los títulos de crédito de apertura del film. Lo considero toda una declaración de intenciones y te prepara para lo que vas a visionar. Es simple pero a la vez complejo. Se trata de una panorámica circular donde podemos apreciar que hay una fotografía reconstruida del skyline de la ciudad de Detroit. A medida que va girando la cámara vamos viendo distintas perspectivas del hecho hasta que el realizador te lleva a un punto donde tu como espectador obtienes una visión de conjunto y global. Eso es lo que le pasa a este documental, las piezas te las va dando poco a poco hasta que obtienes la verdad de lo que pasó y te quedas con una visión global.
Plano:
Diego Montes: Rodríguez no está muerto. Ni se prendió fuego ni se pegó un tiro encima del escenario al constatar su fracaso en un concierto. Aparece frente al espectador con la humildad de un obrero de la construcción que toca la guitarra en sus ratos libres. Se nos muestra puro, ya no es un ente etéreo, es una realidad demoledora, como si un fantasma volviese a convertir en materia lo que ya considerábamos espíritu.
Alfredo Manteca: Me quedo sin duda con el plano de Rodríguez subido en el escenario en Sudáfrica sin poder cantar porque el estadio se viene abajo. Posee tal fuerza e intensidad que sales del cine totalmente conmovido por lo que acabas de ver. Simboliza el triunfo de la esperanza, de que siempre llega la recompensa por el trabajo bien hecho.
Lo mejor:
Diego Montes: El ejercicio impecable de búsqueda que plantea el director. Resulta meritorio dar a conocer un músico prácticamente ignoto y no solo conseguir que el espectador medio siga la historia con interés, sino también, ahondar en las raíces del apartheid sudafricano, ofrecernos una banda sonora impagable y entregarnos el libreto completo de sus letras a la vez que la gélida Detroit nos muestra sus desoladores parajes.
Alfredo Manteca: Todo el documental, es una joya. Sus múltiples premios: Sundance, Beefeater In-Edit 2012 o Dock of the Bay 2013 son más que merecidos. Esto es más que la historia de un looser. Está bien realizado, nos presenta a un desconocido cantante que es estupendo como persona y como profesional. Son 86 minutos inolvidables. No veía un documental tan potente desde el de Michael Petrucciani, también distribuido por Avalon ¿Quién si no?. Malik Bendjelloul es muy inteligente y usa todo tipo de elementos: imágenes de archivo, fotos inéditas hasta imágenes generadas por ordenador para recrear momentos de la vida del cantante Rodríguez. Así su riqueza de elementos es sólo comparable a la argumental. Por ese motivo, espero que se alce con un Oscar en la próxima ceremonia.
Lo peor:
Diego Montes: Puede que exista un ligero exceso de grandilocuencia alimentado por las declaraciones de algunos líderes de empresas discográficas que erigen a Rodriguez como uno de los cinco mejores músicos de su época.
Alfredo Manteca: Coincido con Diego en que la exaltación de los dueños de las discográficas sea su único pero.
Canción:
Diego Montes: Street boy como poesía al descastado que no quiere entrar en casa. Al lobo solitario que siempre encuentra la noche corta. A la rata callejera que camina con cuervos insomnes de dudosa reputación porque como bien dice la canción “necesita algo de amor y comprensión” pero las frías aceras de la ciudad son lo más parecido que ha encontrado.
Street Boy – Rodriguez
Alfredo Manteca: Establishment Blues es maravillosa como canción y su letra más vigente no puede ser. Ese rasqueo de guitarra acompañado sólo de la voz de Rodríguez le da un tempo profundamente sesenteros a esos acordes, os llevará a la canción protesta de los 60-70, que inclusive parecen sacados de una banda sonora. Es potentísimo el tema.
Establishment Blues – Rodriguez
Politicians using people, they’ve been abusing
The mafia’s getting bigger, like pollution in the river
…
…
Opened the window to listen to the news
But all I heard was the Establishment’s Blues.Los políticos utilizan las personas, a las que han estado abusando
La mafia se está haciendo más grande, como la contaminación en el río
…
…
Abrí la ventana para escuchar las noticias
Pero lo único que oía era la tristeza de los políticos.
Frases destacadas:
Sugar: Probablemente el suicidio más grotesco en la historia del rock.
Steve Rowland: Este tío se merece ser reconocido.
Sugar: Se convirtió en la banda sonora de toda una generación.
Sugar: El mensaje iba en contra de los establecido.
Calificación:
Diego Montes: 9
Alfredo Manteca: 9