Me veo obligado a advertir que Sin tregua no es la película independiente y con trasfondo moralista (o todo lo contrario) y pseudo-intelectual que uno pudiera esperar teniendo en cuenta que Avalon está detrás de su distribución en España. El último filme de David Ayer es pura acción, la adrenalina se dispara con cada persecución o con cada tiroteo. Está vacía, sí, pero es una película tan intensa y va tan al grano que apenas uno se da cuenta de la inexistencia de contenido.
Rodada con cámara en mano, subrayando así un estilo autoral que no termina de brillar (si los personajes llevan cámaras en la mano para justificar los encuadres subjetivos no queda demasiado bien encuadrar de la forma clásica cuando a uno le da la gana) Pero estas son pequeñas miniedades causadas por el carácter artesanal del filme -probablemente el presupuesto sea irrisorio (y si no es así, está mal producida)-.
Sin Tregua se apoya únicamente en la acción que se desata cada una de las jornadas que acompañamos a dos agentes de Los Ángeles, Taylor (Jake Gyllenhaal) y Zavala (Michael Peña). Ambos actores están muy metidos en su papel, el tipo de Donnie Darko casi cae mal por lo machote y lo machista y también por lo entusiasmado que está hacia su trabajo. Aunque también es cierto que a mitad de la película consigue que se escape cierta empatía hacia su personaje cuando aparece Anna Kendrick y le acaricia el carácter.
Pero la complejidad de los personajes es lo de menos, apenas tienen, lo importante aquí es la angustia con la que se retratan las diferentes llamadas a las que estos policías tienen que acudir. La visceralidad con la que se cuentan ciertas cosas no es muy común en el thriller policial. Es cierto que hay momentos en los que el envoltorio del filme se asemeje a un capítulo largo de COPS, pero es un espejismo. La tensión de Sin Tregua insensibilizará al respetable y cuando las balas comiencen a dispararse darán igual las consecuencias.
A esta película se le podrá tachar, sin embargo, de anodina o idiota. Los tipos malos, una banda de latinos que quieren dominar el barrio, son ridículos. ¿El motivo? Sus poses, su forma de hablar intercalando un fuck cada dos palabras… Pero los protagonistas, con sus bromas pesadas en la comisaría, con sus peleas de gallitos… tampoco andan lejos de esa idiotez. Por lo tanto hay un empate entre mentes planas. Lo dicho, que no vayáis a ver algo complejo… Id a sentaros a la butaca dispuestos a presenciar dos horas de acción endiablada.
Calificación: 7
Taylor: Aquí todos somos una familia.
Zavala: ¡No eres detective joder! ¿Qué crees que estás haciendo?
Taylor: Somos polis, todos quieren matarnos.
Taylor: A la de tres vacía el cargador y ¡corre!