Tras colgar el cartel de no hay entradas en la pasada edición de la Muestra SyFy esta semana se estrena la espectacular propuesta “Snowpiercer -Rompenieves”
El 1 de julio del 2014 a las 6 de la mañana da comienzo la lucha del ser humano por resolver el problema del calentamiento global, para ello dispersan en las capas altas de la atmósfera una sustancia experimental llamada CW-7, con el objetivo de conseguir temperaturas más razonables, y obviamente esto se llevará a cabo en contra de la opinión de los movimientos ecologistas. El resultado es que la humanidad se adentrará en una era glacial y se extinguirá la vida sobre la faz de la tierra. Los últimos supervivientes se montaron en un arca llamada “Snowpiercer” que recorre el globo terráqueo en constante movimiento, y cada vez que se pasa por el puente de Yekaterina significa que ha transcurrido un año.
Una representación de la aldea global
Desde Videodromo.es siempre hemos sostenido que el género de la ciencia-ficción es un territorio perfecto para hablar alegóricamente de los problemas de nuestra aldea global. El realizador coreano Bong Joon-ho (“The Host”, 2006) encuentra en la novela gráfica francesa titulada “Le Transperceneige” el vehículo ideal para hablar de toda una serie de temas a cuál más interesante: la pobreza, los recursos naturales, el agua, la inmigración, la alimentación, la concentración del poder, la manipulación de las masas, control de la población, etc.
El microcosmos del tren no deja de ser una representación de cómo funcionan las cosas sobre la faz de la tierra, porque los últimos supervivientes de la Tierra se amontonan en sus vagones. La acción arranca 17 años después del inicio de la glaciación. Por ese motivo ya hay generaciones que han nacido dentro del tren. En lugar de tener un hemisferio pobre (el sur) y un hemisferio rico (el norte), aquí está representado por la clase explotada, que vive en la sección de cola sufriendo hambre y frío, y la clase poderosa, que viaja en los primeros vagones con todo tipo de privilegios y excesos. El arca no deja de ser un ecosistema limitado donde los recursos son limitados y por ese motivo hay que tener un control estricto del número de habitantes.
Héroe a la fuerza
Pero, al igual que pasa en Melilla, no hay concertina que el hombre no sea capaz de superar. El hambre y la escasez de recursos se convierten en la principal motivación para luchar con todo el ingenio del mundo para superar las barreras más duras y más altas que se interpongan entre la pobreza y el bienestar. Llega un punto en que ya no hay nada que perder, bueno sí, la vida, pero como decía el revolucionario Emiliano Zapata: «Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado». Así, surge la figura de Curtis, el arquetípico héroe que luchará por llegar hasta la máquina de este particular tren cambiar el estado de las cosas, al mismo tiempo que acabará descubriendo todos los secretos que se esconden en ella. Y decía arquetípico porque cumple todos los requisitos, para empezar posee un pasado turbio que esconde, pero que obviamente nos será revelado en el momento preciso. Además, tiene su némesis, nos referimos al personaje de Wilford y que espera paciente en la maquina del tren su llegada, pero obviamente no se lo pondrá fácil el recorrido. Curtis se verá empujado a esta aventura por dos personajes, Edgar y Gilliam, y se verá escoltado por esa auténtica máquina de matar que es Grey, el experto drogadicto en abrir puertas Namgoong Minsu y su hija Yona. Y como no puede ser de otra forma, al final deberá enfrentarse a sí mismo, a su pasado, a la responsabilidad de ser el líder de los desamparados y sobre todo a Wildford, que obviamente tiene un as guardado en la manga. Será cuando llegue a la maquina cuando Curtis se encuentre con su verdadero destino, y sólo en ese momento podrá aceptarlo o tirar por otro camino.
“Snowpiercer”: Entre el cómic y el vídeojuego.
No podemos negar la mayor. Es ciertamente inverosímil e insostenible el ecosistema que nos ofrece Bong Joon-ho y el filme no deja de ser de manual. Pero a pesar de que todo pueda sonar a manido, estereotipado y de mensaje fácil, os la recomendamos por diversos motivos. El más obvio, es un largometraje espectacular. La composición de los determinados planos es impecable, jugando con la profundidad de campo o la luz. Eso, por no hablar de las excelentes coreografías de las escenas de acción o lo turbias que pueden llegar a ser algunas secuencias. Se disfruta y es idóneo el estilo retrofuturista que le imprime el realizador coreano a esta coproducción entre Corea del Sur, Reino Unido, EEUU y República Checa. Muchos lo verán cercano al universo de Terry Gilliam, aunque no acabemos de compartir semejante afirmación. Sus raíces hay que buscarlas más en el mundo del cómic y de los vídeojuegos, de hecho la estructura del guión del filme es muy heredera de lo que podéis disfrutar en un juego para vuestra consola favorita, iremos progresando de vagón en vagón como si fuéramos pasando de pantalla. Pero, con todo y con eso, no deja de ser atrayente. Además, es impresionante el reparto encabezado por un Chris Evans, al que cuesta reconocer en un principio, arropado por una galería de actores de la talla de Ed Harris, John Hurt, Jamie Bell o Tilda Swinton, que resuelven sus personajes con gran solvencia.
Frases destacadas de “Snowpiercer-Rompehielos”:
Edgar: “Yo quiero carne”
Curtis: “No debería venerarme así. No soy lo que cree que soy”.
Gilliam: “Soy una sombra de la sombra que fui. Mi momento fue hace décadas”.
Edgar: “Lo que quiero decir es que algún día morirá. Y cuando eso ocurra tendrás que relevarle. Tendrás que dirigir tú el tren”.
Mason: “Esto no es un zapato. Esto son disturbios. Es caos de la talla 43”.
Mason: “El orden es la barrera que evita que muramos congelados”.
Mason: “En este tren de vida, todos debemos permanecer en el puesto asignado. Cada uno debe ocupar su sitio predeterminado”.
Gilliam: “Si controlamos el agua, controlamos la negociación”.
Mason: “¡Feliz puente de Yekaterina, asquerosos ingratos!”
Yona: “Dice que estáis jodidos, chico. Estúpidos de la sección de cola. Hay un túnel justo después del puente de Yekaterina. Uno largo de narices”.
Curtis: “Cuando tomemos la máquina, vendré a buscarte para que nos dirijas”.
Wildford: “Todos somos prisioneros en este pedazo de metal”.
Wildford: “Curtis, todos tenemos un papel predeterminado. Y todos tenemos nuestro sitio, excepto tú”.
Wildford: “Irónico ¿no? ¿Cómo cruza la gente de forma espectacular la delgada línea entre la vida y la muerte?”
Estoy de acuerdo en todo.
En algunos momentos es hasta risible. Sobre todo la celebración del año nuevo, la escuela y cualquier escena de Tilda Swinton.
Sí, es cierto. Hay momentos muy delirantes como ese tiroteo en el momento de la gran curva. En cuanto al momento escuela puede que sea uno de los momentos más Gilliam de todo el metraje, y porque Mrs Swinton es un pedazo de actriz, ese papel en manos de otra hubiera sido la auténtica risa. Por cierto, ¿no te costó reconocer a Chris Evans con ese pelo teñido? Por segundos al principio me recordaba a un joven Eric Bana.
No mucho. Ya sabía lo que me iba a encontrar. La verdad es que entre la mugre y los harapos el peaso-carne de Chris Evans luce bien poco.
Y sorprendentemente hasta actúa bien. En la escena en que rememora los primeros meses en el tren aporta una gran carga dramática.
Ese papel en manos de un Tom Cruise o Brad Pitt habría quedado probablemente insulso.
Yo me partí el culo con el discurso del sombrero y el zapato de la Swinton.
Por dios Alfie, que decepción más grande me llevé cuando vi esta peli. Yo había leído comentarios sobre la influencia de Gilliam en este film y por lo que a mi respecta esa influencia no puede ser más superficial. Ni siquiera en las peores pelis del viejo Terry (Munchausen, Los hermanos Grimm) encuentras escenas tan bobas como las que encuentras en este desperdicio de celuloide. Este es un film de acción y Gilliam no es un director de películas de acción. Cada vagón parece una fase de un vídeo-juego, no me puedo imaginar nada más frívolo. Si a mi no me gusta un film como «Desafío total» (la primera versión, la segunda no la he visto) pues menos aún me va a gustar esta bobada que además resulta pretenciosa y nos intenta hacer creer que vamos a ver algo más que un film tan hollywoodense como una de Stallone.
Félix, estoy contigo (y creo que queda claro en la crítica) que la influencia de Gilliam es meramente superficial, también comparto tu opinión en que su guión está planteado como un vídeojuego. Es un filme de acción muy oriental. Pero de ahí a comparar el filme con una de Stallone es como comparar a Dios con un gorrino. Vamos, firma Snowpiercer Stallone y le subo a los altares, vamos pensaría que se la han hecho, porque no hay más bodrio más tocho que la franquicia EXPENDABLES. Que no entiendo como siguen sacando películas.