Comenzamos el Nocturna 2014 con «Soulmate» protagonizada por Anna Walton y Tom Wisdom, aunque para sustos os recomendamos «Beneath» con Bonnie Dennison («Stake Land«)
Fantasmas que no son lo que parecen y un descenso a la locura atrapados en una mina de carbón. «Soulmate» y «Beneath» son dos propuestas completamente diferentes dentro del género de terror, protagonista en el Festival Nocturna 2014.
«Soulmate» y el fantasma ‘nice guy’
«Soulmate», dirigida por Axelle Carolyn, llega al festival Nocturna apenas unos días después de la masacre perpetrada por Elliot Rodgers, un tío que culpaba a las mujeres de sus inexistentes relaciones sentimentales. Mató a seis porque realmente creía que las únicas responsables de que él siguiese siendo virgen eran ellas. La película no tiene nada que ver con este episodio de violencia contra las mujeres en apariencia… pero sí en el fondo.
Esta es la historia de una joven viuda, recién recuperada de un intento de suicidio, que va a reponerse de su pérdida a una casa aislada que resulta ser la morada de un curioso fantasma. En lugar de un espíritu hostil, la mujer se encontrará con un ser con el que es posible hablar y con el que tiene mucho en común, sobre todo en el ámbito sentimental. Ambos iniciarán una extravagante relación de entendimiento mutuo que irá evolucionando poco a poco y gracias a la cual irán curando sus heridas emocionales.
Este planteamiento sirve para reflejar, una vez el metraje ha avanzado lo suficiente, cómo las relaciones sentimentales entre hombres y mujeres en nuestra sociedad tienen unos problemas estructurales difíciles de resolver que en demasiadas ocasiones se manifiestan como terrorismo machista (que a veces se muestra como un tiroteo y la mayoría de las veces no).
La luz, los bosques de Gales, los colores otoñales, el contraste entre la palidez de la protagonista y su ropa negra crean una atmósfera muy interesante para una historia de fantasmas, que al final es lo que es «Soulmate». Es una lástima que durante la parte central de la película la historia se diluya entre tanto plano de los exteriores de la casa encantada y tanto fundido a negro, fragmentando una narración que acaba por alargarse demasiado. Pero «Soulmate», como otra vuelta de tuerca para relatar el machismo en el que vivimos, bien merece un vistazo.
«Beneath», lo que pasa bajo tierra se queda bajo tierra
Es fácil hacerme botar en la butaca del cine y viendo «Beneath» salté mucho, pero los sustos puntuales son solo uno de los alicientes para acercarse de esta película de mineros atrapados en unos túneles donde empiezan a tener que lidiar con sucesos extraños. «Beneath» juega muy bien sus cartas y la más importante, el As que lleva de mano, es que es capaz de trasladar la confusión que sufren los personajes a la audiencia. ¿Sufren los protagonistas de paranoia o es que realmente hay algo extraño acechándolos en la mina? ¿Cómo puedo saber si lo que estoy viendo está ocurriendo realmente o es una alucinación de los mineros? ¿Eso ha sido el grito humano… u otra cosa? La tensión que genera con este recurso mantiene al público siempre en un estado de alerta muy satisfactorio.
Esa ambigüedad es eje principal, pero cabe destacar también el uso de la oscuridad, las sombras, la penumbra y las limitadísimas pero distintas fuentes de luz para crear un ambiente tal que intentar adivinar dónde va a llegar el siguiente susto se hace casi imposible. Muy disfrutable.