Por fin se estrena en nuestro país gracias a la nueva distribuidora Good Films la espléndida película “Stella”. Se trata de un drama escrito y realizado en el 2008 por Sylvie Verheyde, que nos transportará al París de 1977. Allí vive Stella, una joven atípica para los once años que posee. El motivo es que sus padres poseen un hostal con bar, casi todos los huéspedes proceden de los servicios sociales, así que cuando no está en el colegio vive rodeada de borrachos y desheredados de la sociedad. Ese pequeño detalle le ha forjado una personalidad muy curiosa y una forma especial de ver el mundo que la rodea. Así iremos viendo sus aventuras cotidianas, escolares y familiares que irán alternándose con sus descubrimientos vitales, sus sueños y sus encomiables deseos de vivir.
La primera advertencia es que no estamos ante un trabajo de consumo masivo, esto es para paladares selectos porque se trata de una película modesta, pequeña, carente la menor ambición. Además, la realizadora se toma su tempo para introducirnos en la acción, así que olvidaros de los timings hollywoodienses. Es una historia cotidiana, sencilla, sobre el drama vital de una niña desprotegida que pasa a ser mujer en un mundo de adultos, que podría representar y reflejar la de tantas otras mujeres: los avatares del colegio, sus primeras amigas, el trato con sus padres, su primer amor, la relación con el mundo adulto, su visión y reflexiones del entorno.
La filmografía gala está repleta de títulos relacionados con la adolescencia y las aulas, tenemos desde “los junco salvajes” a “los 400 golpes” de Truffaut, pasando por la laureada “La clase” de Cantet. No sólo la trama tiene en común con esos citados largometrajes sino la forma en que introduce la cámara en el mundo de la joven niña, como la mueve, esos planos secuencias que la siguen por el interior del hostal o esa cámara en mano para darle un aura de realismo y naturalismo a la narración. A ello debemos sumar el uso correcto de la voz en off, que a veces puede resultar un recurso cansino, pero que funciona muy bien porque hace que el espectador entre de lleno en el mundo de la pequeña.
Otra plusvalía de la cinta es que Verheyde saca lo mejor de todos los integrantes del equipo artístico, en el que obviamente destaca por méritos propios la joven actriz Léora Barbara que da vida a Stella, pero el resto de actores realizan una gran labor y le dan las réplicas oportunas y al mismo nivel, como por ejemplo el de Karole Rocher y Benjamin Biolay, que dan vida a los padres. Ambos poseen una secuencia que es tan desgarradora como conmovedora.
Los valientes que acudáis a verla podréis disfrutar también de atmósfera y ambientación resulta marcadamente retro, parisina y setentera: la decoración naturalista del bar, donde podemos ver jugar a los personajes a las máquinas del pingball, o las aulas, detalles como el marco con la imagen de Alain Delon, guiños cinéfilos como el de la emisión televisiva de «Capricho imperial» y, por supuesto, una cuidada banda sonora, conformada principalmente por canciones pop y baladas de finales de los 70: como las de Sheila, Gérard Lenorman, las del actor y cantante galo Eddy Mitchell, o la emotiva canción “Ti Amo” del italiano Umberto Tozzi, creando cálidos momentos de ternura, recuerdos y nostalgia. Por todos estos motivos os recomendamos a los amantes de dramas descarnados esta gran película, no os defraudará.
El Bimbó- Georgi Dann
Ti Amo- Umberto Tozzi
Frases destacadas de «Stella»:
- Stella: «No tengo mucho contacto con los demás«.
- Stella: «No los miro, no me hablan«.
- Stella: «Se me da bien olvidar«.
- Stella: «La música no me molesta, lo que no me deja dormir son los gritos«.
Calificación: 8
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