Mar. Mar 19th, 2024

Rafa Martínez debuta en el largometraje con «Sweet Home», una magnífica carta de amor al terror de los setenta y ochenta tan inteligente como pasional.

Sweet Home (1)

Reivindicando el fantástico patrio

Hablar hoy día sobre cine de terror patrio conduce inevitablemente a hablar de Filmax y su incesante apoyo a un género tan venerado por su incondicional legión de seguidores como lamentablemente ninguneado por una Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas que, independientemente de la excelente acogida por parte de crítica y público recibida por algunos estrenos, parece negarse a la evidencia de que el fantástico atesora tanta calidad y talento como el resto de filmes de naturalezas y categorías radicalmente opuestas que, año tras año, se dedican a acaparar la inmensa mayoría de premios y reconocimientos.

Además de por contentar al fan incondicional durante los ya lejanos y gloriosos años de la Fantastic Factory, en los que la productora catalana regaló al respetable placeres culpables como «Arachnid» o «Rottweiler» y apostó por las carreras de los ahora ilustres dentro del gremio Jaume Balagueró y Paco Plaza con sus apreciables segundos trabajos, Filmax se ha caracterizado por abrir la puerta a los nuevos talentos encargados de aterrorizar a medio mundo desde dentro de nuestras fronteras. A esta lista de noveles que iniciaron sus andanzas cinematográficas bajo la tutela de Julio Fernández como el propio Balagueró, —«Los sin nombre» (1999)— o Manuel Carballo —«El último justo» (2007)— hay que añadir el nombre de Rafa Martínez, cineasta que, con su estimable primer largometraje titulado «Sweet Home», se ha ganado un hueco en el corazón de este exigente devorador de cine de terror que firma estas líneas.

Cerebro y espíritu

La figura como director de Martínez podría dividirse en dos claras mitades que confluyen a la perfección y que, de forma orgánica y sin revelar en ningún momento las costuras de la cinta, se hacen visibles convirtiendo su ópera prima en un ejercicio tan notable en ejecución como salvajemente divertido. La primera de estas fracciones hace alusión al cerebro y a la inteligencia que el debutante ha proyectado sobre su obra, adaptándose a las limitaciones presupuestarias y exprimiendo hasta la última gota todas y cada una de las posibilidades que ofrece la única localización en la que se ambienta ‘Sweet Home’.

Sweet Home (1)

El destartalado edificio en el que tiene lugar la salvaje cacería humana de tristemente actual trasfondo socio-político en nuestro país a la que se ven sometidos Ali y su novio Simon funciona como un sofisticado engranaje en el que hasta la última pieza cuenta a la hora de hacer progresar la trama y la acción. Cada puerta, cada interruptor, cada cerradura; todo, absolutamente todo, está calculado milimétricamente para convertir un escenario a priori inerte en un pasaje del terror con vida propia, repleto de posibilidades y al que el director presenta con la misma importancia que a la protagonista del filme durante la inteligente secuencia de créditos, consiguiendo evocar durante el segundo acto, y siempre entre cuatro paredes, el frenetismo, la claustrofobia y la adrenalina liberada en las escaleras del ya mítico inmueble de la Rambla Catalunya a lo largo de la primera «[Rec]».

No obstante, si hay algo que convierte «Sweet Home» en la admirable pieza de género que ha resultado ser es, sin duda alguna, esa mitad de Rafa que se olvida por completo del seso y vuelca por completo toda la pasión y el espíritu que sólo un devoto del cine fantástico puede poseer.
Empezando por la nostálgica tipografía empleada para mostrar el título de la película y terminando con el inspirado tramo final repleto de colores primarios fruto de la evolución del la cinta del subgénero de la home invasion al slasher más clásico, Martínez nos conduce a través de mil y un lugares comunes en un deja-vu que, lejos de ser ser un lastre, convierte este survival en una oda a las filias fílmicas más oscuras, desenfadadas y sanguinolentas de los años setenta y ochenta que todo aficionado sabrá apreciar, y que el espectador neófito disfrutará sin tener en cuenta los puntuales altibajos y clichés de un entretenido y especialmente prometedor debut.

Sweet Home (2)

Por Víctor López G.

Sociópata altamente funcional. Ex-gordo. Ex-ESCAC. Superhéroe a tiempo parcial y cinéfilo a tiempo completo

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