La industria cinematográfica ya ha exprimido hasta la arcada la saga de los vampiros, el relevo es para The Host y Stephenie Meyer amenaza con otra trilogía.
Un comienzo esperanzador
Esta adaptación de la novela de Meyer corre a cargo de un experto en ciencia ficción, Andrew Niccol. Que sea experto no quiere decir que sea talentoso, Gattaca es una buena película pero después ha ido de mal en peor. Aún así los primeros minutos de The Host retratan un futuro tan angustioso como para pensar que igual Crepusculo sólo era una broma.
Los extraterrestres se hospedan en el ser humano y controlan sus mentes y sus cuerpos. Son parásitos en forma de medusas brillantes que durante toda su vida (que puede durar miles de años) van viajando de un cuerpo a otro cruzando toda la galaxia. Volvamos a la tierra. Con todos los seres humanos enajenados bajo la orden de estos intrusos sólo unos pocos forman la resistencia. Un número insignificante. La protagonista, Melanie, interpretada por Saoirse Ronan, forma parte de esa resistencia hasta que la atrapan y colocan en su cuerpo a Wanderer. El extraterrestre no soporta las emociones y pensamientos de Melanie y aunque intenta tomar el control del cuerpo no lo consigue. Ambas consciencias terminan por coexistir y dirigirse hacia un objetivo común; Jared, el amor de Melanie.
Durante esos primeros minutos el espectador puede admirar una ciudad perfecta, impersonal, donde el blanco es demasiado frecuente. Tanta perfección concede cierta dosis de desconfianza que atrapa los sentidos mientras la protagonista se debate entre dos voces. Una especie de régimen controlador manda. Son necesarios los recuerdos de Melanie para acabar con la resistencia. Hasta aquí todo perfecto, pero en algún momento Meyer tenía que estropearlo.
Mucho amor y un poco de vergüenza ajena
No es que yo reniegue de las tramas romanticonas pero por alguna razón todas las que llevan la firma de Stephenie Meyer me provocan dolor de estómago. No conozco ninguna otra escritora que consiga retratar el amor de forma tan empalagosa. Y tan embarazosa. Desgraciadamente Andrew Niccol no consigue arreglarlo.
El trío amoros vuelve a repetirse pero esta vez al menos es la dulce Saoirse Ronan la cara bonita. Ronan, de hecho es lo mejor del filme. Ella, Diane Kruger (que siempre resplandece) y William Hurt. Lo de Hurt haciendo de John Wayne es de lo más gracioso del filme. De hecho el filme sería una gran comedia si no se tomara tan en serio a sí mismo.
Blanco impoluto y marrón piedra
Pero no todo es irrisorio en esta película. Visualmente podemos encontrar un par de contrastes interesantes entre la ciudad llena de luz donde los extraterrestres conviven plácidamente imitando las vidas humanas y la cueva húmeda y fría donde la resistencia aguarda el momento de dar la vuelta al asunto.
Poco más se puede desgranar esta película que aunque guste, porque gustará, no durará ni un par de minutos en el recuerdo. No hará honor a su título, vaya.
Frases destacadas de The Host:
Melanie: “Sabes que eso está mal”.
Wanderer: “Bésame, si me besas ella se enfadará y volverá”.
Jared: “Echo de menos todo de ella, haré lo que sea para que vuelva”.
The Seeker: “Es importante que mantengas controlado al huésped”
no sé por donde empezar contigo y esta crítica. Resulta que Dices que Andrew Niccol no es talentoso, después de Gatacca, El señor de la guerra e In time… Si eso no es dominar la ciencia ficción y más desde un punto de vista siempre muy original ¿qué es?
Te acepto que la película tiene un trío amoroso algo grimoso e inecesario, pero no es ni por mucho el eje de la película así que puede pasar sin pena ni gloria. LA película es más la huída y la aceptación del bicho que lo otro en sí. Creo que un 3 es poca nota para lo que he visto…