Kevin Macdonald devuelve a Jodie Foster a la primera división de Hollywood gracias a este drama carcelario que pone en tela de jucio el penal de Guantánamo.
El director escocés toma la historia real del mauritano Mohamedou Ould Slahi para levantar su nuevo proyecto. MB Traven, Rory Haines y Sohrad Noshirvani son los responsables de la adaptación de sus memorias recogidas en el libro Diario de Guantánamo. El recluso de origen musulmán fue liberado sin cargos después de pasar 14 años encarcelado.
Actuaciones merecedoras de un reconocimiento
«The mauritanian» brinda al espectador un formidable duelo de actores. Tahar Rahim lleva a cabo un excelente trabajo, tal y como hiciera en «El profeta» o «Samba«. El actor francés sabe estar a la altura de una de las grandes damas de Hollywood, hablamos de Jodie Foster. Ambos están arropados por actores de la talla de Benedict Cumberbatch, que da vida a un títere caído en desgracia, dependiente de sus superiores. y Shailene Woodley, que interpreta a Teri Duncan, la asociada de la famosa abogada defensora.
Estamos ante un thriller judicial que refleja como un hombre encarcelado fue injustamente torturado y humillado por el gobierno de los Estados Unidos. En los créditos finales del filme se recogen los documentos oficiales que atestiguan los dramáticos acontecimientos. Macdonald subraya la acción de los soldados estadounidenses, proporcionando a veces una serie de hechos inconexos, cuyo montaje se rige por escenas de cierta concatenación espontánea. Cierto ritmo interno que termina de funcionar pero que las actuaciones soportan.
Un final discursivo
Con los fatídicos acontecimientos del 11 de septiembre surge un punto de inflexión en la historia contemporánea. La importancia socio económica de estos hechos fueron objeto de análisis por parte del oscarizado realizador Michael Moore en su trabajo «Fahrenheit 9/11«. «The Mauritanian» se aparta de su estela y realiza una dramatización de unos tristes sucesos, sin entrar en el concepto de «caza de brujas», porque aquí no existen ni héroes, ni villanos. En este caso la historia se encuentra al amparo de la supremacía que ha supuesto en la sociedad americana actual los atentados del 11-S y no al revés. «World Trace Center» y «United 93» son las películas que más cerca le quedan.
Dylan Avery en «Loose Change 9/11: An American Coup» explora las teorías conspirativas surgidas al calor de estos tristes sucesos, y llega a la conclusión de que se emiten juicios de valor sobre una religión como el Islam. Esto se refleja en uno de los diálogos del personaje central, Mohamedou Ould Slahi: «Desde que llegué se me ha dicho que soy culpable». Porque según el código penal estadounidense se es inocente hasta que se demuestra lo contrario.
Más allá de si el discurso final de «The Mauritanian« ha podido convencer a los espectadores deberían de preguntarse si les ha convencido a los propios americanos, de si han llegado a perdonar a aquellos que cometieron un error en el pasado como el propio Slahi. La impostura de los ciudadanos estadounidenses da pie a poder criticar y consentir una serie de amenazas (que aún hoy en día siguen estando vigentes) perpeñado por unos medios tradicionales incompetentes y acusaciones desafinadas dentro del limbo legal de lo que se entiende por justicia en Estados Unidos.
La verdadera historia llega directa al corazón en la secuencia final en la que Rahim pone toda la carne en el asador. El espectador tan solo debe dejarse llevar por el tren de emociones planteado por Macdonald al más puro estilo Kubrick. Lo construye sobre un montaje perturbador donde tiene un papel protagonista las máscaras de payasos, que desempeñan un papel clave en los momentos de tortura.
Frases destacadas:
- Recibí 20.000 páginas de documentos censurados.
- Si defiendo a mi cliente y exijo que le den una audiencia justa, no lo defiendo sólo a él, también a usted y a mí.
- ¿Cómo pueden defender si ni siquiera saben de qué se me acusa? […] Es como pedirle a Charlie Sheen que nombre a todas sus novias.
- Leí los PMR […] privación del sueño, ahogamiento, posturas de estrés. Amenazó con llevar a la madre de Slahi a Guantánamo para que la violaran. Y todo está documentado.