La nueva película de Keiichi Hara rezuma un imaginerío visual que contrasta con su flojeza narrativa
Una trayectoria digna de elogio
Si bien es cierto que Makoto Shinkai y Mamoru Hosoda ostentan aquello tan manido de «el sucesor de Miyazaki», un tema que abordaremos en otra entrada más adelante, si otro nombre suena como candidato a ello desde hace tiempo es Keiichi Hara. Aunque este último no haya tenido hasta ahora la repercusión en nuestro país de los dos primeros, quienes cuentan con presencia en festivales como San Sebastián, su trayectoria hasta el momento es digna de todo elogio. Y quizás sea por ello que «The Wonderland», al menos para el firmante de este texto, se viva desde cierta apatía y decepción. Y esto es así porque su nuevo largometraje de animación, parece filmado por alguien que de alguna manera se desvincula de su obra anterior, o al menos de la tendencia que esta tenía. Su nuevo filme, en lo que a la temática se refiere, nos retrotrae a animes ya vistos, aquellos donde se presenta una preadolescencia monótona que se ve truncada por la entrada fortuita dentro de un mundo mágico. Algo que nunca sucede por casualidad sino porque el protagonista de la función encarna algún valor que los seres de esa realidad paralela de fantasía necesitan para salvar un obstáculo. Una premisa con la que se vienen a la mente un sinfín de series y películas ya vistas que no vamos a citar con tal de no aburrir al lector.
Un mero entretenimiento
Valiéndose de una animación digna de toda alabanza, la historia nos presenta Akane, una estudiante poco segura de sí misma y su tía, quien se adentra junto a ella a este lugar desconocido. Acompañados de dos seres mágicos, se adentran en este lugar siendo su primera parte un tanto cargante, además de no saber explorar a conciencia la personalidad de los pesonajes durante su presentación. Destacará pues el filme enn segunda mitad, cuando se valga del imagenerío visual que despliega, apelando más a los sentimientos del espectador en las escenas de acción que en las escasas relaciones emocionales entre personajes un tanto forzadas.
Keiichi Hara, que tras dirigir distintas películas de la siempre recomendable franquicia de «Shin Chan», inició su andadura como autor con «El verano de Coo» (2007), recupera ahora el tapiz infantil que embadurnaba a ésta. Pero lo que en aquella se vivía de manera humana y sentimental, aquí tan solo se disfruta desde el mero entretenimiento. Su dos proyectos posteriores, demostraron una madurez digna de todo elogio. «Colorful» supuso un éxito a la hora de adentrarse en la sensibilidad psicológica de la adolescencia. Por su lado, con «Miss Hokusai» (2015), demostró una habilidad narrativa que desafiaba lo convencional para convertir la imagen en metáfora y estudio abrumador de la personalidad de su protagonista. Un filme sosegado que renuncia a la acción para centrarse en lo cotidiano. Es por eso complicado entender el nuevo paso de Hara con «The wonderland», suprimiendo toda la enjundia de sus guiones anteriores en pos de la aventura fantasiosa en si misma. Un tropiezo que, seguramente haga las delicias de los amantes de este subgénero dentro de la animación japonesa, pero que quizás deje con ganas de más a quienes hayan seguido la trayectoria del cineasta.
Frases destacadas:
- «Si fracasa lo pagará con su vida»
Tráiler de «The Wonderland»: