Drama francés sobre el amor a primera vista desde un punto de vista tierno, pero realista y actualizado, sin fuegos de artificio.
Desde su ópera prima “Jeanne y el chico formidable” (1998), el amor y el sida, relatado con toques musicales que recuerdan al cine de Jacques Demy, han sido temas recurrentes en la filmografía del tándem de directores Olivier Ducastel y Jacques Martineau. A lo largo de su ya consagrada trayectoria, los realizadores franceses han combinado estos dramas románticos con la temática LGBT llegado a su cine más maduro y completo con “Theo y Hugo, París 5:59”, por otro lado insípida y libre interpretación de su título francés “Théo et Hugo dans le même bateau”.
Relatada de forma temporalmente lineal, la historia nos sitúa a las 4:27 de la madrugada en los oscuros sótanos de un club de sexo parisino donde el tímido Theo (Geoffrey Couët) no se atreve a dar el primer paso. Entre tantos cuerpos sumidos en pura pasión desenfrenada, Theo se fija en Hugo (François Nambot), con el que decide mantener una relación sexual y donde surge la química. Juntos salen del local para continuar la fiesta de forma más privada, pero un imprevisto cambiará el curso de la noche poniendo a prueba su recién inaugurada relación.
Una road movie por las calles de París
“Theo y Hugo, París 5:59” empieza fuerte con una escena de 20 minutos de sexo explícito. Incómodo para espectadores de mente cerrada que tampoco entendería cintas como “Ken Park” (Larry Clark y Edward Lachman, 2002), “Nueve canciones” (Michael Winterbottom, 2004) o “Eyes wide shut” (Stanley Kubrick,1999), esta escena esta bellamente rodada en fuertes rojos, azules y negros que recuerdan a “Solo Dios perdona” (2013) y que, al igual que en la película de Winding Refn, inunda de esencia onírica esta escena tan alejada de la vida cotidiana que contrasta fuertemente con el tono realista que caracteriza el metraje restante de la cinta.
Al tratarse de una historia contada sin elipsis temporales, es obligado vivir con los personajes esos silencios y momentos intranscendentes que abundan en nuestro día a día y que la magia del cine eliminaría a base de tijera en la sala de montaje. Como este trucaje es imposible si se quiere mantener una concordancia temporal, los directores optan, de manera acertada, por desplazar a sus personajes por las calles de París para evitar perder el ritmo de la cinta. Así, Theo y Hugo pasean su amor y sus preocupaciones por la noche parisina como Michel (Jean-Paul Belmondo) y Patricia (Jean Seberg) paseaban su idilio por los Campos Elíseos en “Al final de la escapada” (Jean-Luc Godard, 1960). “Theo y Hugo, París 5:59” se convierte en una especie de road movie sin un claro destino durante la hora restante de metraje donde las subidas y bajadas de sus sentimientos son perfectamente representados tanto por una estupenda interpretación por parte de los noveles actores que llevan con ligereza la carga de toda la película, como por una variación acorde del tempo marcado por la velocidad del viaje (tren, bicicleta, andando, corriendo…). Esta aventura nocturna sirve también para dar a conocer variopintos personajes secundarios de forma efectiva que, mediante conversaciones aparentemente banales, introducen temas tangenciales a la historia central con doble intencionalidad: hacer madurar de forma vertiginosa la relación entre Theo y Hugo y abrir la puerta al debate de temas tan actuales como la inmigración, la sanidad, la homofobia o las pensiones.
Una historia de amor verdadera
Aunque en “Theo y Hugo, París 5:59” se relata las primeras horas del amor que surge entre dos hombres, la película no trata sobre la homosexualidad. Este mismo relato podría haber sido protagonizado por dos chicas o por un chico y una chica, porque la cinta ahonda en el amor a primera vista, ese amor joven e inmaduro que supura pasión y que requiere ser pulido con el tiempo y, en sus primeros 97 minutos de vida, lo vemos madurar de forma exquisita con una elección de situaciones y diálogos magistral. Mientras Theo representa la inocencia, la ingenuidad y la utopía, Hugo tiene la experiencia, la madurez, la cautela. Al ser representada ambos personajes antagónicos por personas del mismo sexo, se evita asimismo la asignación innecesaria de dichos roles a un género en particular. De este modo los realizadores desnudan de etiquetas esteriotipadas que entorpezcan el disfrute de este idilio sincero y realista a la vez que lo universalizan.
El otro tema que planea durante todo el filme es el sida. Los directores se arriesgan a caer en el simplista tópico de que es una enfermedad exclusiva de los varones homosexuales. Sin embargo, saben tratarlo como un problema entre dos personas que no han empleado preservativo que sirve para hacer tambalear el incipiente amor entre los jóvenes. Además, también sirve para dar una visión actualizada de la enfermedad. Mientras que el sida era una enfermedad fatal hace escasos años y ha sido varias veces retratada como tal en el cine en estupendas cintas como “Philadelphia” (Jonathan Demme, 1993), “Dallas Buyers Club” (Jean-Marc Vallée, 2013) o “Antes que anochezca” (Julian Schnabel, 2000), gracias a los avances científicos, hoy en día es tratable en países desarrollados. Al haberse convertido en un drama bastante menos trágico, esta realidad ha caído en el olvido cinematográfico, pero Ducastel y Martineau, que ya lo mostraron como la enfermedad mortal que era a finales de los 90 en “Jeanne y el chico formidable”, lo rescatan en esta versión mucho menos agresiva.
“Theo y Hugo, París 5:59” es una maravillosa historia de amor realista, la que todos vivimos, no como las que nos venden desde el Hollywood más comercial. Si eres amante de las rom-com esta no es tu película, es su antítesis, y de ahí nace su genialidad. Con temática homosexual de fondo y anecdótica, los directores nos brindan un relato universal del amor loco e idealista y como madura a base de confianza y experiencias.
Frases destacadas:
- Theo: “¿Siempre follas con los ojos cerrados?”
- Hugo: “Creo que tu polla es preciosa.”
- Hugo: “Creo que es posible enamorarse de la polla de un hombre.”
- Theo: “Hemos hecho una gran contribución por la paz mundial.”
- Theo: “La noche le pertenece a las mujeres y a los maricas.”
- Theo: “Es un nuevo concepto, el sprint romántico.”
[…] hacemos las entrevistas con orgullo e ilusión, debemos confesar que la charla con el equipo de “Theo y Hugo, Paris 5:59” ha sido una de las más […]
Hola.
Yo vi ayer esta película y aunque nunca habia visto algo parecido (tanto en lo explicito del principio como en el tema del SIDA), me encantó la película. Logró sorprenderme de principio a fin.
Creo que no podria haber escrito una reseña/critica mejor que esta. Me ha parecido preciosa y constructiva. Llena de datos esenciales y de un lado sentimental que he adorado y que me ha hecho emocionarme pues en todo momento sabía de que hablabas.
Gracias por expresar todo eso. Yo me quedo sin palabras para hablar de tan intima e importante pelicula. ¡Deberia ser puesta en los institutos! XD Porque enseña muchas cosas muy serias y a la vez entrega esperanza.
Me parece impresionante que estos 2 actores tan jovenes hayan conectado tan naturalmente. Aunque me sorprendió el enfoque explicito.
Apenas he visto cine frances pero esta ha sido con diferencia la que considero especial y no porque yo crea demasiado en el amor o en algo a primera vista pero es que la historia te envuelve y es imposible no querer seguir viajando por Paris con Théo y Hugo, me encantan juntos❤. Es una historia de experiencia vital.
¡Un abrazo!