«Timbuktú» entremezcla belleza y horror en un recital de poesía que nos adentra en la cotidianidad del fundamentalismo religioso contra la población de Mali.
29 de julio de 2012, Aguelhok, Mali. Una pareja de unos treinta años es lapidada a manos de un grupo de hombres llegados de otra parte de África que decían estar haciendo la yihad. Tenían dos hijos. Su crimen fue estar conviviendo sin estar casados.
Desgraciadamente este no es un hecho aislado en los países árabes y/o musulmanes, así que terminó suponiendo una gran inspiración para el cineasta de origen mauritano, Abderrahmane Sissako, que tiene la esperanza de que ningún niño o niña tenga que volver a ver morir a sus padres por amor.
Un poema africano
Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos que ejercen la yihad. En seguida sus habitantes deben achacar el modelo de conducta que estos hombres imponen en nombre del «buen islam». Nada de fumar, reír, hacer música o jugar al fútbol en la calle son las medidas más benevolentes, pues cada día, unos tribunales creados por ellos mismos lanzan unas sentencias brutales que aniquilan a la población y minan la moral. Reina el terror y por supuesto, como en todo conflicto existente en el mundo, la peor parte recae sobre las mujeres, relegadas -más todavía- a un rol utilitarista y de posesión masculina.
Sissako trabaja de forma poética, narrando a través secuencias yuxtapuestas que sólo cobran sentido cuando se observan en conjunto. A pesar del hostigamiento que aparece en cada historia, no se recrea en el dolor sino que abunda la paradoja, ya que los yihadistas muestran inseguridades y contradicciones, como fumar a pesar de prohibirlo o debatir si es mejor Messi o Zidane a la vez que pinchan los balones del pueblo, algo que provoca una de las escenas más destacables de la película, cuando los chicos de Tombuctú deciden jugar al fútbol sin pelota, ya que sin ella no hay delito.
Sin premeditación de ningún tipo, el film de Sissako ha llegado en el momento de mayor candelero mediático sobre el islamismo en occidente, que no en el resto del mundo. Incluso guarda semejanzas -salvando las distancias- con los atentados de Charlie Hebdo, al mostrar a un chico llegado de Francia que abandona el rap para abrazar el radicalismo religioso.
Por el momento Timbuktu está recibiendo una oleada de alabanzas, avaladas por la crítica de Cannes y a la espera de los Oscar 2015, donde compite como Mejor película de habla no inglesa.
Frases destacadas de «Timbuktú»
- Kidane: «¿De qué sirve huir siempre?«
- Imam: «Aquí en Tombuctú quien hace el islam lo hace con la cabeza, no con las armas«
- Satima: «Un hombre que hace daño a una mujer es impío«
- Fatou: «La selección de Francia nunca ha hecho nada«
Tiene una pinta interesante, lástima que no llegue a mi ciudad.Muy buenos contenidos, me encanta vuestro blog.
Muchas gracias Jorge Amarillas. Por curiosidad, ¿dónde resides? Intentamos informaros de lo mejor que hay en la cartelera cinematográfica. Y esta es una de las buenas películas que se estrenan este finde, aunque hay otros estrenos que están muy bien.
Muchas gracias Jorge. Es cierto que la echan en poquitos cines, quizá si gana finalmente el Oscar la amplíen a más sitios, habrá que esperar.