Ridley Scott consigue esquivar la bala mediática con este solvente drama con una madre coraje como protagonista.
A causa de la polémica que hubo recientemente en referencia a la figura del actor Kevin Spacey, quien era una de las cabezas de cartel de la película que nos atañe hoy, Ridley Scott se vio en una encrucijada a la hora de estrenar su película. El estudio responsable tomó la decisión de eliminar todo rastro del actor en la película y sustituirlo por Christopher Plummer para evitar una posible espantada del público al ver el nombre o el rostro de Spacey. Con unas regrabaciones realizadas en tiempo récord, «Todo el dinero del mundo» ha conseguido llegar a buen puerto, aunque visto el resultado, estamos ante un film cuyo proceso de producción resulta mucho más interesante que el resultado en sí. Si bien la película es uno de los mejores trabajos recientes de su realizador, da la impresión de que, puesta en otras manos más talentosas, estaríamos ante una de las grandes cintas de la temporada.
Basado en hechos reales, la película narra el secuestro en Italia en 1973 de John Paul Getty III (Charlie Plummer) y los desesperados esfuerzos de su madre Gail (Michelle Williams) por conseguir que el abuelo del joven, el magnate del petróleo John Paul Getty Sr. (Christopher Plummer), considerado uno de los hombres más ricos del mundo, pagase el rescate.
Dinastía
El desarrollo de la cinta se divide en tres tramas paralelas que, en un momento u otro, se acaban entrecruzando. La primera de ellas se centra en Gail, interpretada por una fantástica Michelle Williams que consigue lucirse gracias a un papel discreto, contenido y con el que es fácil empatizar. Ella es la verdadera heroína de la película y la que consigue que las excesivas dos horas y doce minutos de la cinta valgan la pena. Por otro lado tenemos a Paul, cuya historia sirve para hacer avanzar la acción y a su vez mostrarnos la peculiar relación del personaje con sus secuestradores, concretamente con Cinquanta, un compasivo criminal interpretado con solvencia por Romain Duris. En tercer lugar tendríamos a Mark Wahlberg interpretando a Fletcher Chase, quien ha sido contratado por Getty Sr. para encontrar y rescatar a su nieto de la forma más económica posible. Aunque Fletcher sea quizás el personaje menos interesante de todo el conjunto, las escenas que comparte Wahlberg con Plummer y Williams son los momentos más interesantes de la película, donde la mayoría de veces seremos testigos de una implacable batalla de egos cada vez más fuera de control.
El principal problema con el que uno se topa al ver «Todo el dinero del mundo», es que durante sus primeros compases la cinta de Ridley Scott parece no tener bien claro por dónde tirar. A pesar de gastar parte de sus esfuerzos en narrarnos, a través de la voz en off de Paul, cómo su abuelo consiguió amasar tal cantidad de fortuna, esto no nos sirve realmente para conocer al personaje, sino simplemente para impresionarnos (y en ocasiones indignarnos) con su astucia y codicia. A pesar de que Christopher Plummer realiza un trabajo excepcional interpretando al patriarca de la familia Getty, su personaje parece más un simple obstáculo a superar por parte de Gail, la verdadera protagonista de esta historia, que un ser con entidad propia. El aura de misterio que rodea al personaje no está tan bien aprovechada como uno esperaría, a pesar de que recibimos varias pinceladas sobre cómo es, nunca llegamos a entender por qué es así.
La oportunidad perdida
La estética contrastada y grisácea que predomina en el film puede recordarnos al cine más propio de David Fincher; tanto, que en más de una ocasión nos dará la sensación de que si fuese el director de «Perdida» quien estuviese tras las cámaras, nos encontraríamos ante una cinta mucho más atmosférica y posiblemente fascinante. Aunque Ridley Scott consigue mantener el interés del espectador, su puesta en escena no consigue pasar de ser simplemente funcional, desaprovechando momentos puntuales que podrían haber llegado a ser realmente memorables. La mayoría de reacciones que se provocan en el espectador vienen dadas por el impecable trabajo de su reparto que de la puesta de escena de Scott, quien en más de una ocasión parece que ha dejado sueltos a sus protagonistas para que hagan lo que ellos creen más conveniente, en vez de escoger una dirección por la que tirar.
«Todo el dinero del mundo» es una cinta más que solvente con lo que plantea y una obra bastante equilibrada, pero que deja con una sensación final de que resulta una oportunidad perdida de hacer algo grande, ya que su guión da bastante pie a ello. La historia original en la que se fundamenta daba pie a algo fascinante, un auténtico retrato de la codicia del ser humano que, desgraciadamente, Ridley Scott no ha sabido explotar.
Frases destacadas de «Todo el dinero del mundo»:
- J. Paul Getty: «If you can count your money you’re not a billionaire.»
- J. Paul Getty: «When a man gets wealthy, he has to deal with the problems of freedom. All the choices he could possibly want. An abyss opens up. Well, I watched that abyss. I watched it ruin men, marriages, but most of all, it ruins the children.»
- John Paul Getty III: «We look like you, but we’re not like you.»
- J. Paul Getty: «They say you never really know someone until you have divorced them.»