Mar. Mar 19th, 2024

Galardonada con el Premio a Mejor Director y Mejores Efectos Especiales en el Festival de Sitges 2016, llega a nuestras pantallas uno de los éxitos de taquilla sur-coreana más potentes del pasado año que difícilmente dejará indiferente a nadie.

Ahora que hemos dejado atrás 2016, se puede decir sin contemplaciones que, bajo el punto de vista de un servidor, Corea del Sur ha sido el país que más frescura ha traído al panorama cinematográfico a lo largo de estos doce meses. Mientras que cintas como «La Doncella» (Chan-wook Park, 2016) o «El Extraño» (Hong-jin Na, 2016) han demostrado la maestría de algunos directores asiáticos para jugar con la mezcla de géneros y apoyarse en unos diseños de producción que son un regalo para la vista, «Train to Busan» es uno de los tratamientos del sub-género zombie más interesantes de los últimos años.

Seok Woo (Yoo Gong) es un divorciado hombre de negocios que, el día del cumpleaños de su hija Soo-an (Soo-an Kim), accede a acompañarla en tren hasta Busan para que pase el día con su madre. Lo que iba a ser un viaje de ida y vuelta de un par de horas se convierte en una lucha por la supervivencia cuando un infectado por un virus se cuela en uno de los vagones y provoca el caos más absoluto.

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Personajes que importan

«Train to Busan» es la primera película en imagen real de su director, Sang-ho Yeon, quien tiene a sus espaldas dos films como «The Fake» (2013) o «The King of Pigs» (2011), historias más próximas al drama humano sazonado con elementos bastante sórdidos que a temas para todos los públicos. Yeon consigue con éxito saltar de un medio a otro, sabiendo tratar con cariño y respeto a los protagonistas de la historia que tiene entre manos y que también escribe. El director sabe cuándo es necesario parar la acción para desarrollar un poco a sus personajes y que no sean simplemente víctimas potenciales para los infectados. Esa es la razón principal por la que «Train to Busan» consigue ser algo más que un efectivo blockbuster, consiguiendo hacernos empatizar y compartir la tensión y agonía de sus protagonistas. Aunque hay algún tratamiento durante el clímax que puede jugar a la contra del notable conjunto por pasarse de edulcorado, no es algo que arruine la película y es un pequeño defecto que es fácil de olvidar.

Lo interesante de «Train to Busan» es lo realmente honesta que consigue ser con el espectador. Aunque a simple vista parezca una «Guerra Mundial Z» (Marc Forster, 2013) a la coreana, ésta consigue llegar mucho más allá a pesar de contar una historia de proporciones menores pero con una cantidad de personajes más amplia. Seok Woo se ve obligado a ayudar y ser ayudado por otros pasajeros, así que colaborar se acaba convirtiendo en la clave para que sobrevivan tanto él como su hija. Y aunque prácticamente todos los personajes se basan en arquetipos, como Yong-Suk (Eui-sung Kim), un adinerado pasajero que se convierte predeciblemente en el villano de la función; hay pequeñas pinceladas que se dan a lo largo de la película que ayudan a que muchos de ellos tengan un rasgo que les haga destacar. Esto ocurre claramente con el matrimonio de Sang Hwa (Dong-seok Ma) y Sung Gyeong (Yu-mi Jung), dos personajes que a simple vista no pegarían ni con cola pero que transmiten una química en pantalla entrañable y en muchas ocasiones, especialmente en el caso de Sang Hwa, se convierten en los protagonistas de la función.

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Una necesaria vuelta de tuerca

Aunque en la película no escasean las escenas visualmente espectaculares, sobre todo en su última media hora, sorprende los pocos efectos digitales que ésta llega a tener en los compases anteriores, apoyándose muy inteligentemente en efectos prácticos y una intensísima labor física ejecutada por especialistas, demostrando así una vez más que en ciertas ocasiones se requiere credibilidad visual para provocar sensaciones en el espectador exitosamente.

El director también realizó un film de animación que funciona como precuela de «Train to Busan» llamado «Seoul Station«, una historia protagonizada por otros personajes que añade otro punto de vista a esta particular epidemia. No es realmente imprescindible verla para disfrutar de «Train to Busan«, pero es una pieza interesante si uno se queda con ganas de más, ya que con esta película es bastante fácil que eso ocurra. Si uno quiere empezar el año con buen pie y desea recuperar la fe en el ya saturado cine de zombies, «Train to Busan» es una más que buena opción.

Frases destacadas de «Train to Busan»:

  • Soo-an: Papá, sólo te preocupas de tí mismo. Por eso se fue mamá.
  • Yong-Suk: ¡Los que estamos a bordo somos los que debemos sobrevivir!
  • Seok Woo: Te llevaré con mamá, cueste lo que cueste.
  • Yong-Suk: En Busan todavía se puede entrar. ¡Hemos de ir ahí sin perder un segundo!

Trailer de «Train to Busan»:

Por Imanol De Frutos

Graduado en ESCAC y montador de profesión. Siempre hambriento de ficción.

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