El problema de las segundas opiniones es que a veces pueden no ayudarte a decidirte. Si a Alfredo le gustó, la segunda opinión de la web no está tan de acuerdo.
Danny Boyle es sin duda alguna uno de los mejores directores de cine que existen ahora mismo a nivel internacional. Eso hace que cada una de sus películas tenga una gran expectación a nivel mundial. Más si recuerdas que este mismo director se encargó de realizar peliculones como Trainspotting, 28 days later y se encargó de organizar la espectacular gala inaugural de los últimos JJOO Londres 2012.
Sin embargo, quizá estaba demasiado inmerso en esta última y por eso no se dio cuenta de que esta película no tenía un nivel tan grande como el que él parece creer que tiene. Una pena porque aunque promete, acaba por dejar muy frío.
De un inicio bueno y un desarrollo mediocre
La película se basa en una fuerte premisa: Simon (James McAvoy) se ha aliado con un criminal, Franck (Vicent Cassel), para robar un cuadro en la galeria de arte donde trabaja. Pero, tras el atraco, un golpe en la cabeza le impide recordar dónde ha escondido el cuadro, por lo que Franck decide recurrir a la hipnosis para lograr extraerle la información. Elisabeth (Rosario Dawn) será la escogida para esta tarea.
La película inicia de golpe, con acción (y un quizá exceso de voz en off). Boyle pronto nos adentra en la trama, no da ni un instante antes de que el atraco tenga lugar. Poco después de los diez minutos de película ya estamos inmersos en la trama. Queremos saber dónde ha guardado Simon el cuadro y por qué.
Pero este es el problema de la cinta. Es lo único que nos interesa del personaje de Simon, el protagonista. El interés como espectadores que tenemos por él es nulo porque no tiene nada interesante que ofrecer. Personajes como el de Franck, aún con lo superficialmente que está construido, o el de Elisabeth resultan más interesantes que el de nuestro «héroe». Simon es en esencia un niño pequeño que se deja guiar constantemente por lo que le están diciendo, bien sea por miedo o por falta de iniciativa propia. El único instante en el que tomó una decisión fue la que le ha llevado a la situación y por eso nos interesa saber por qué la tomo. Pero nada más.
La relación entre él y Elisabeth es interesante y lo sería más si el personaje interpretado por McAvoy mostrase un poco más de iniciativa y menos horchata en sangre. Él es un niño pequeño mientras que ella acaba por representar el papel de la madre protectora en la relación de transferencia psicoanalítica que se produce en las sesiones de hipnosis. Franck acaba por entrar aquí como representación de la figura paternal dentro de esta subtrama pseudo-edípica que se produce entre ellos.
A pesar de eso, según la película avanza se acaba por perder a sí misma. Comienza como una película de thriller psicológico muy interesante para ir desviándose hacía otra lleno de giros constantes sin mucha justificación previa y que acaban por, en muchos casos, no resultar creíbles.
El hecho de que el espectador no pueda estar nunca seguro de que lo que ve en la pantalla es real es una buena propuesta, pero se ha de tratar con cuidado y aquí a momentos cansa, despista en exceso a la audiencia y acaba más por sacarles de la película que por conseguir que se adentren en la mente de Simon.
Puesta en escena demasiado efectista a momentos
Danny Boyle es el señor y amo de la puesta en escena. En esta película no valorar cómo ha plasmado todos los elementos de la trama es imposible. El pulso que tiene en la dirección a la hora de crear tensión y suspense, el uso que hace de la banda sonora musical, los encuadres de cámara y movimientos extraños que hace con ella son geniales.
Sin embargo, esta vez, a ratos, se pasa de efectismo. Si bien son necesarios para producir ciertas sensaciones, en algún momento saturan en exceso y parecen estar realizados para llamar la atención del público y evitar que se fije en las lagunas del guión. Porque hay unas cuantas. Hay ciertas escenas que una vez despejada la incógnita de la trama carecen de lógica. Se debe a que se trata de una película muy engañosa y que juega con estas cuestiones que quizá en el momento no te llamen la atención, pero con sólo mirar un poco la vista atrás durante un instante acaban por aparecer con facilidad.
Me gustaría también aprovechar para hacer una pequeña crítica a algo que comienza ya a cansarme en la industria cinematográfica (mainstream principalmente, pero en general): el tratamiento que se hace del desnudo. Aquí, Boyle nos presenta un par de escenas con desnudos integrales de Rosario Dawson. Están justificados dramáticamente, pero la cuestión es que en dos momentos tiene tanto a McAvoy como a Cassel en bolas y la cámara no hace sino jugar constantemente para evitar que se les vea apenas. No creo que a estas alturas de la vida ocurra nada por enseñar un desnudo masculino también, ¿o seguiremos toda la vida mostrando el cuerpo femenino completo y tapando con objetos en primer termino la zona púbica masculina? Luego nos ponen a Fassbender en pelotas durante cinco segundos y hacemos un show de ello. Por favor, cambiemos un poquito.
Así, Trance acaba por ser un thriller que podríamos catalogar de interesante. Tiene acción y suspense. Y es lo suficientemente corto para que no canse. Pero, si como espectador te agarras a la primera parte de la película y como idea de lo que podría haber sido estás perdido, su última hora te aburrirá. Si consigues dejarte llevar en todo momento, seguro que acabas por no salir con mala impresión del cine.
Frases de Trance:
Simon: Ninguna pieza de arte cuesta una vida humana.
Elisabeth: El 5% de la población puede describirse como altamente sugestionable.
Franck: ¿Dónde está el cuadro?
Simon: (Para robar un cuadro) Ahora tienen un plan. Aunque se siguen necesitando músculos y pelotas.
Estoy completamente de acuerdo contigo en el aspecto del tratamiento del desnudo masculino en el meanstream. Se instrumentaliza mucho a la mujer. 100% de acuerdo. En cuanto a lo de que tiene un agujero, ya lo advertí en su momento, a mi eso no me supuso gran problema, porque me había entretenido tanto que se me pasó el metraje como un tiro. Me quedé con ganas de saber más.
Alfredo. Relee tu comentario porque tiene un divertido doble sentido: ¿a qué o a quién te refieres con lo del agujero? :-))