Llega a los cines una de las películas más premiadas de la última temporada en festivales, y una de las candidatas más fuertes a los próximos Oscars.
Solo tres películas en casi diez años le han bastado al anglo-irlandés Martin McDonagh, desde su sorprendente debut con «Escondidos en Brujas» (2008), para hacerse un nombre a tener muy en cuenta en el panorama cinematográfico actual, gracias especialmente a su tratamiento posmoderno de temas violentos a través de un tono corrosivamente cómico y de una estética muy potente. En su último trabajo, «Tres anuncios en las afueras», ganadora del mejor guion en el Festival de Venecia y los premios del público en Toronto y San Sebastián, y recién triunfadora en los Globos de Oro, donde obtuvo 4 de los 6 galardones a los que aspiraba (incluyendo Mejor Película de Drama), nos encontramos con un tema tan de actualidad estos días en las noticias de nuestro país (aunque por desgracia no es en absoluto algo excepcional) como el secuestro, violación y asesinato de una joven mientras volvía sola a casa, en el contexto retrógrado de una pequeña localidad estadounidense del Medio Oeste profundo. La madre de la chica, desesperada ante los nulos avances en el caso tras 7 meses, y sin otro objetivo en la vida que descubrir al culpable, alquilará tres vallas publicitarias abandonadas de una carretera perdida cercana al pueblo para tomarse la justicia por su cuenta y poner en el punto de mira la incompetencia policial y la falta de integridad periodística antes este tipo de abusos tan reiterados. Pero su cruzada no será recibida de la misma manera por los miembros de la comunidad, dando como resultado una espiral de salvajismo de insospechadas consecuencias.
Ebbing, Missouri
El título en español de la película omite algo fundamental del nombre original, «Three Billboards Outside Ebbing, Missouri», es decir, una trama muy ligada, como decíamos antes, al lugar en el que se desarrolla. La cinta, que realmente está rodada en el pueblo de montaña Sylva, ofrece un fresco costumbrista, adornado por música country y la cuidada fotografía de Ben Davis (habitual de los últimos trabajos del Universo Marvel), desquiciado pero muy realista a pesar de estar analizado por alguien de fuera (¿o quizás precisamente por ello?). McDonagh es un representante destacado del teatro británico In-Yer-Face, tendencia contemporánea cruda y explícita que busca sacudir agresiva y emocionalmente al espectador, algo que también trasladó a su filmografía. Pero en el caso que nos encontramos, aunque sigue habiendo violencia física, es en la que más se separa de ello, centrándose especialmente en el terreno de lo verbal. Así, el filme habla de familias disfuncionales, racismo, pederastia o enfermedad, enfrentándose a todo ello con diálogos mordaces, humor negro y sin ningún tipo de autocensura. Sin profundizar dramáticamente en ninguna de las cuestiones que mencionábamos, el realizador consigue ofrecer un incisivo panorama general en el que la moral tradicional se tambalea, ofreciendo un punto de vista ambigüo. Esta falta de posicionamiento muestra las dos caras del comportamiento humano, la maldad y la bondad que puede haber en cada uno, y que dependiendo de la situación pueden sacar a relucir una parte u otra.
Incorrección política
McDonagh repite con parte del equipo de actores de su anterior filme, «Siete psicópatas» (2012), como Sam Rockwell (cuyo personaje es el más complejo y el que sufre un mayor desarrollo a lo largo del relato), Woody Harrelson o Abbie Cornish, mientras que le reserva a Frances McDormand un jugosísimo papel principal, quizás podríamos arriesgarnos a decir que el que más desde «Fargo» (1996), que como aquel la actriz sabe aprovechar al máximo, habiéndole reportado también el Globo de Oro: una antiheroína comida por la culpabilidad cuyos deseos de venganza la conducen a los límites de lo irracional. Sí, hay locura en sus actos, pero ante su situación, ¿quién puede recriminárselo?
«Tres anuncios en las afueras» es una película tan ambiciosa y que tiene tan claro lo que quiere contar, que una vez que deja expuestos sus objetivos, se vuelve algo reiterativa y alargada, con personajes secundarios que hacia el final configuran secuencias superfluas, por lo que pierde parte de la fuerza que la caracteriza y que se había ganado a golpe de descaro. Sin embargo, es casi imposible no apreciar la valentía de un filme que va mucho más allá del puro ejercicio de estilo y que, como su protagonista, no se deja intimidar por las opiniones de aquellos que defienden lo políticamente correcto.
Frases destacadas
- Red Welby: Intuyo que es usted la madre de Angela Hayes.
- Sheriff Willoughby: Parece que tenemos una guerra a la vista.
- Mildred Hayes: Termine el té, padre, y salga cagando hostias de mi casa.
- Sheriff Willoughby: Si me deshiciera de todos los policías medio racistas, me quedarían tres, y esos odiarían a los maricones.
- Angela Hayes: ¡Me voy a pie, y espero que me violen por el camino!