Tras cosechar los premios al mejor director, actriz y el especial del jurado en el Festival de Sundance y mejor película, director novel y actriz en los British Independent Film, llega esta semana a nuestras carteleras Tyrannosaur-Redención, aunque sea de manera minoritaria. En nuestro país recibirá el título de “Redención”, es una malograda idea ya que el título original hace un homenaje a un realizador norteamericano y a un título suyo muy concreto, obviamente se trata de Steven Spielberg y de “Parque Jurásico”.
Este es el drama descarnado de Joseph (interpretado por Peter Mullan), un viudo alcohólico y dominado por la violencia, encuentra la esperanza de la redención en Hannah (Olivia Colman), una trabajadora de la caridad cristiana. Joseph se burla de la fe de Hannah y de su idílica existencia. Sin embargo, pronto descubre que la vida de Hannah no tiene nada de plácida. A pesar del dolor y el caos que hay en la vida ambos, según avanza su relación, llegarán a darse cuenta de que el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros.
Paddy Considine escribe y dirige de manera sobria y contundente esta historia de amor poco convencional, donde podemos ver evolucionar a los dos personajes principales, porque uno dinamiza al otro, llevándolo de la desesperación a la catarsis, otorgándoles una humanidad inusitada. Pero no debemos olvidar que este drama gira en torno a dos personas solitarias, dolidas y heridas, y como todos sabemos son las más peligrosas en todos los sentidos, porque pierden la capacidad de ver con perspectivas las posibles salidas a sus problemas. Ahí es donde encontramos las escenas más duras, que hacen del filme de Icíar Bollaín, “Te doy mis ojos”, sea una comedia romántica. Considine hace que te revuelvas en la butaca en determinados momentos, emparentándose más con su compatriota Ken Loach, y los filmes descarnados como “Mi nombre es Joe” donde también da la casualidad que aparecía Peter Mullan, que quiero destacar sus inmensos ojos azules y como aguanta los primeros planos.
Llama mucho la atención de esta ópera prima el uso de la guitarra española en la banda sonora creada por Dan Baker y Chris Baldwin, que cobra una especial relevancia y genera acordes cargados de profunda tristeza.
Tyrannosaur-Redención es un drama desgarrador, atroz, sencillo, fuerte y conmovedor, con escenas durísimas, más si cabe que con “Tenemos que hablar de Kevin”. Narrativamente sorprende la limpieza con la que encuadra y mueve la cámara. Donde cada personaje se refugia en lo que puede, la religión o el alcohol. Además, la brutalidad psicológica de algunas secuencias ha superado a este crítico en algunos momentos. Pero lo mejor es el retrato sociológico del Reino Unido, al poner de manifiesto que independientemente donde vivas en barrios acomodados o pobres, en todos los sitios hay miserias y problemas que superar. Así la trastienda psicológica de Joseph y Hanna está llena de basura que tirar y que deshacerse para poderse liberar y ser verdaderamente libres, aunque el precio que tendrán que pagar para ello será alto.
Es ahí donde Considine juega su mejor baza, un reparto inmenso, saca lo mejor de los actores que participan en la cinta, desde Mullan y Colman, pasando por Eddie Marsan, que siempre le toca bailar con la fea, o Ned Dennehy que crea a un conmovedor Tommy. Así que esta semana os recomendamos este inmenso realista drama suburbano en el que posiblemente podréis ver de las mejores interpretaciones del año.
Frases destacadas de «Tyrannosaur-Redención»:
Hanna: “Díos te pido que toques a este señor y llegues a su corazón”
Joseph: “Gracias por el té. Rezaré por ti”
James: “Entonces, iré a hacerme una paja”
Padre de Joseph: “Iré al infierno, he hecho cosas malas”.
Joseph: “Libertad”
James: “Rezo a Díos, pero no me escucha”.
Hanna: “No quiero que me haga más daño”.
Joseph: “Nadie está seguro conmigo”.
Joseph: “Todo animal aguanta cierto grado de humillación antes de atacar”.
Calificación: 9
Esta película es un puñetazo… Un Ken Loach estilizado, un «Tenemos que hablar de Kevin» pero con sencillez, directa, sin alharacas ni ejercicios de estilo gratuitos. Contundente, te deja sin aliento, sin ánimos, con muy poco lugar para la esperanza y la armonía… Pero hay lugar. La tragicomedia de la vida, sin más.
Mi estimado 39 escalones le admiro profundamente, tengo muchas ganas de subir a mañicolandia para verle a usted ya mr lombreeze, encontar gente que admire este tipo de cine es muy, muy, muy difícil. La triste realidad es ¿cuánto durará en cartelera?
No exageremos, amigo Alfie…
Es que el cine hiperrealista no se lleva, nunca se ha llevado mucho. La gente identifica cine con evasión, con fantasía, con ficción. Hay un argumento, tonto, pero muy repetido, que dice «¿para qué tengo que ir al cine a ver las penas de otro si tengo bastante con las mías»? Excusa de mal pagador. No se dan cuenta de que el cine, como arte, espectáculo y entretenimiento, directa o indirectamente, sólo es cine si habla de nosotros, por más que se busque las vueltas para no parecerlo. A la gente le gustan cosas pero no sabe por qué les gustan. Y no quieren saberlo. La gente no quiere saber. He aquí una de las tragedias de nuestro tiempo.
PD: Yo, más que mañicolandia, prefiero hablar del Estado de Mañyland… Por cierto, ¿quiere creer que Mr. Lombreeze y un servidor nos hemos visto sólo una vez? Gran tipo, por cierto.
Me lo creo mi estimado 39 escalones, no por estar más cerca se puede ver uno más. Pero es que todos mis intentos de acudir al Estado de Mañyland se frustran. Espero que este año sea viable.