Hemos visto dentro de la sección «Perlas» del Festival de San Sebastián esta propuesta de animación que llegará a las carteleras el próximo 26 de octubre.
Racismo, colonialismo y capitalismo
Angola, noviembre de 1975, es el lugar y el momento en que transcurre “Un día más con vida”, la ópera prima de Raúl de la Fuente y Damian Nenow, coproducción polaco-española, estrenada en el pasado Festival de Cannes (fuera de competición), y proyectada ahora en el Festival de cine de San Sebastián (sección Perlas). El título de la película debe su existencia al mismo de la novela del periodista y escritor polaco Ryszard Kapuściński (1932 – 2007), cuya figura da lugar a este relato autobiográfico que narra a través de sus ojos su experiencia en dicho período, la película se encuentra inspirada en dicha novela.
Los antecedentes que dan lugar a esta historia tienen que ver con el hecho de que el continente africano concentró durante un largo período de tiempo los intereses de las grandes potencias colonizadoras con el fin de explotar sus recursos naturales. Así, aquel mes de noviembre de 1975 fue crucial para Angola, ya que además de ver el inicio del fin de un conflicto iniciado desde que, en 1961, sus ciudadanos, cansados de la colonización, se propusieran combatir al imperio portugués que le invadía, por medio de la que se considera una de las guerras de la independencia más largas de la historia (1961 y 1975), también vislumbró la posibilidad de abolir el sistema racista del apartheid de Sudáfrica. Esto último, no dejó de ser una variación de los métodos de producción capitalista, porque las diferencias raciales, en realidad, siguieron persistiendo. No obstante, los hechos sucedidos aquel mes, fueron determinantes en el devenir de Angola y afectaron a un largo período de tiempo posterior desde que finalizaron. La película abarca, por tanto, estos instantes. Asistimos al momento en que este pueblo vive sus últimos días como colonia portuguesa. Sin embargo, lo que sucedió es que, una vez conseguida la emancipación con respecto a Portugal (11 de noviembre de 1975), la guerra de la independencia dio el relevo a una cruenta y larguísima guerra civil interna que había estallado poco antes del término de la anterior, con terribles consecuencias, al prolongarse hasta 2002.
Este contexto histórico -fin del colonialismo portugués y proclamación de la independencia de Angola- vino definido, además, por los apoyos externos recibidos en ambos bandos. Por una parte, las acciones de la URSS, encaminadas a dar apoyo a Angola, siendo la única que podía suministrar armamento para que pudiera defenderse de la agresión recibida de Sudáfrica. Y, por otra parte, las acciones emprendidas por Cuba, que ejerció un papel esencial para que Angola pudiese conseguir su independencia. Dos fueron las figuras relevantes. Antonio Agostinho Neto y Fidel Castro. Mientras tanto, por otro lado, EEUU seguía cooperando con Sudáfrica para suprimir las fuerzas de Cuba y Angola.
Vibrante debate sobre la función periodística
“Un día más con vida” es un producto híbrido que da una vuelta de tuerca más a las posibilidades que ofrece la imagen. El filme surge de la combinación de imágenes documentales de archivo, de imágenes actuales recogidas para la película, que se utilizan como transición entre unas secuencias y otras, sin valor narrativo y hasta de fotografías. Este material se integra junto al testimonio recogido mediante entrevistas realizadas a los personajes que vivieron los acontecimientos y a la narración realizada mediante animación.
Uno de los aspectos que sorprenden del filme, es que dado su metraje (80 minutos), haya sido capaz de concentrar los datos descritos antes, sin que el espectador se vea abrumado por la información ofrecida en cada momento y, a la vez, muestre el punto de vista personal de Ryszard Kapuściński, inmerso en todos estos acontecimientos, ya que se instaló, tres meses antes de que todo sucediera, en Luanda. Por este motivo puede considerarse que la película se abre paso a través de dos vertientes diferentes, si bien indisolubles la una de la otra. Una, la histórica, comprende los acontecimientos descritos anteriormente. Otra, la segunda, la figura de Ryszard Kapuściński, el punto de vista personal de su trabajo y sobre la vida que el personaje mantiene. Se trata de alguien lleno de arrojo y valentía, que daría su vida por ejercer bien su labor profesional, informar sobre los hechos que suceden en un conflicto armado. Es alguien que entiende la amenaza de la muerte como natural e inherente a su trabajo, sin que parezca darle mayor importancia.
Sin embargo, es aquí donde la película se hace fuerte y abre nuevos senderos, al plantear un vibrante debate sobre la función periodística. ¿Qué sucede cuando un profesional no ofrece la información que debe, dejando de cumplir su función? ¿Qué sucede cuando se renuncia a lo profesional en detrimento de lo personal? Es en este momento donde la figura del personaje se hace humano y el punto en que se retrata un verdadero profesional que entiende, no solo lo ético, sino algo más, el coste en número de vidas humanas que supone decidir una cosa u otra.
De este modo, “Un día más con vida”, se revela como la puesta en valor del trabajo de Ryszard Kapuściński, enfatizando la inacción deliberada del personaje. Un relato que reflexiona sobre la idea del silencio en la profesión periodística. Si otras películas mostraron la importancia de la denuncia, la vocación de servicio público de esta profesión, De la Fuente y Nenow, siguen manteniendo en realidad esa postura, al igual que su personaje, porque detrás de la decisión de no informar, se esconde la de salvar vidas humanas.