Mar. Mar 19th, 2024

La cocina tiene algo que contarnos de nuevo, en este caso como testigo de la cultura hindú y francesa, así como su amor-odio. Todo lo demás es historia.

Las modas pasan pero la cocina sigue

El arte culinario es como los vaqueros, permanece impasible a los cambios generacionales y nunca cansa. Es como un hilo del que se puede tirar infinitamente y hacer todas las reinterpretaciones posibles.

Y es que, ¿a quién no le gusta comer? Bien es sabido que los alimentos son un reclamo para cualquier ocasión y el cine no iba a ser menos en subirse al carro. Prueba de ello son la infinidad de títulos (unos más mediocres que otros) que engloban esta categoría: «Como agua para chocolate» (Alfonso Arau, 1992), «American cuisine» (Jean-Yves Pitoun, 1999), «Deliciosa Martha» (Sandra Nettelbeck, 2001) o su remake «Sin reservas» (Scott Hicks, 2007), «Ratatouille» (Brad Bird y Jan Pinkava, 2007),, «Fuera de carta« (Nacho G. Velilla, 2008), «Julie y Julia» (Nora Ephron, 2009), «Bon appétit» (David Pinillos, 2010), «Chef« (Jon Favreau, 2014)… y por supuesto «Chocolat» (2000), cuyo director, Lasse Hallström, ha vuelto a repetir género en este nuevo film.

THE HUNDRED-FOOT JOURNEY

La comida son recuerdos

La comida es una gran herramienta igualadora” dice Steven Spielberg al recordar esta película que él mismo ha producido junto con Oprah Winfrey y Juliet Blake; que reconocen haber quedado embaucados por este proyecto desde que leyeron el best seller de Richard C. Morais.

La trama se presenta sencilla. Una familia de la India se traslada a Europa para asentar un restaurante de estilo hindú donde sea y, tras dar varios tumbos en Inglaterra, viajan a Francia hasta que dan con Saint- Antonin, un pintoresco pueblecito al sur del país galo. El patriarca está convencido del éxito de instaurar nuevos sabores a los sobrios paladares franceses, mientras sus hijos no lo ven nada claro, máxime porque el local que pretende comprar está a tan sólo diez metros de Le Saul Pleureur, un elegante restaurante regentado por Madame Mallory (Hellen Mirren) y galardonado con una estrella Michelín.

THE HUNDRED-FOOT JOURNEY

Francia para los franceses

La competencia hostelera entre ambos restaurantes será testigo de una lucha encarnizada donde sabor y etnia están en juego, en un país que a veces no sabe entender la diversidad cultural y diez metros pueden ser tan cercanos como lejanos, como ya vimos en «Occidente es occidente« (Andy De Emmony, 2010), con la que comparte más cosas que su intérprete, el famoso actor hindú afincado en el Reino Unido Om Puri.

“Un viaje de diez metros” sabe utilizar este poder de atracción sensorial que simplemente a través de fotogramas, genera un sinfín de aromas y sabores. La cuestión está en que a pesar de ser un tema tan agradecido y trabajado con tanta amabilidad y sentimiento como hace Hallström, queda parco en originalidad y su historia no dice nada que no hayamos visto en otras cintas anteriores, sin ir más lejos en su anterior interpretación culinaria, «Chocolat».

Según la trama avanza, flojea el argumento, algunas secuencias se explayan demasiado y otras se dejan inacabadas, y llega un momento que no sabes si el guion gira en torno a Hassan Kadam (Manish Dayal) o a la rivalidad entre Papa (Om Puri) y Madame Mallory (Hellen Mirren), que finalmente se resuelve con un desenlace tirando a pasteloso y predecible.

un viaje de diez metros (09)

Frases destacadas de «Un viaje de diez metros»:

  • Madre: «Los erizos de mar saben a vida«
  • Madre: «Cocinas para crear fantasmas«
  • Hassan: «He visto que las verduras en Inglaterra no tienen alma«
  • Papa: «Sólo los europeos aceptan el primer precio«
  • Papa: «Pedir un descuento no significa que sea pobre sino ahorrador«
  • Hassan: «La comida son recuerdos«
  • Hassan: «Un chef necesita hacerse respetar«
  • Madame Mallory: «Estoy esperando a Hassan Kadam, o la muerte, lo que venga antes«

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