La última creación del Channel 4 británico prometía traer una nueva corriente oscura y gamberra. Sin embargo, se ha quedado en agua de borrajas. ¿Por qué?
Utopia ha sufrido el conocido efecto flashforward. Mucho hype inicial, un inicio prometedor y una caída en picado. Si bien es cierto que, al tratarse de una serie de sólo séis capítulos (la «supuesta» heredera de Lost tenía 22 capítulos por temporada planeados) ha conseguido aguantar mejor. Aún así, salvando las distancias (no se puede comparar a Joseph ‘carapalo’ Finnes con Neil Maskell), Utopia ha sido el claro ejemplo de una serie que empieza con un piloto muy potente que crea una gran comunidad y fans al instante, dando mucho que hablar, y que poco a poco se va desinchando a un ritmo descomunal.
Pero, ¿pu’ qué? ¿PU’ QUÉ?
Empieza fuerte
El inicio era genial. Los colores se comían la pantalla, jugaba desde un inicio con la saturación de los tonos verdes, amarillos, etc. Creaba tensión y extrañeza. La primera secuencia de la serie era realmente espectacular. Dos personajes (con cara de pocos amigos) entran a una tienda de comics con una peculiar bolsa amarilla y hacen preguntas extrañas. Hablan sobre algo llamado Utopia y uno (Neil Maskell con el terror que produce ese hombre cuando te mira mal) no para de hacer una pregunta: Where is Jessica Hyde? (¿Dónde está Jessica Hyde?)
Parece que lo que encuentran en la tienda no termina de satisfacerles, pues les pone una máscara de gas a todos, se los carga y se van a pirar cuando se dan cuenta de que hay un niño escondido. Maskell (en la ficción Arby), con todo el terror que produce su mirada, se acerca, se aproxima al niño y sólo dice cuatro palabras: Where is Jessica Hyde? y abre la bombona del gas mortífero.
Cortamos a la siguiente escena.
Nos muestran después a nuestros protagonistas. Están en un foro sobre un supuestamente comic de culto: Utopia. Son la típica imagen de cliché: Wilson el típico hacker-paranoide que cree mil teorías sobre el gobierno controlándonos, Ian típico tío IT que es un geek pero en realidad no parece un geek y Becky, esa geek que, en realidad, está buena. Todos los personajes nos los conocemos, pero algo nos llama la atención, no sé, nos parece distinto. Sobretodo cuando nos mete al GRAN personaje de la serie: Grant, un niño barriobajero que hará las delicias de todo aquel que vea la serie.
Grant & Hyde
Los dos puntos de la serie, analizándola ya retrospectivamente, son el personaje de Grant (y por adicción el de Alice, que es un complemento de él) y el personaje de Jessica Hyde (y de igual forma el de Arby, pues es un doppelganger de ella).
Grant es el típico personaje que te dan ganas de partir la cara. Niño barriobajero, que dice palabrotas constantemente, que no hace más que meterse en problemas. Pero, está tan bien perfilado que consigue que te guste. Oliver Woollford está sublime en el personaje y sabe retratar perfectamente el punto niño del personaje. Al fin y al cabo, es un niño de 12 años, ha sufrido mucho y se ha hecho a las calles, pero en el momento en el que todo se va a traste, aunque trata de mantener la compostura, se ven las grietas típicas de las reacciones de cualquier persona de su edad. Sin duda, es el alma de la serie y es el personaje que más nos acaba interesando.
Junto a él, a mitad de temporada aparece Alice. Alice es su contraposición y complemento. Ella ha vivido la vida que, podríamos decir que él quería. Sin embargo, todo lo «bueno» del personaje de Grant lo tiene ella también. El ver a una niña dulce, niña típica de jugar con princesitas, con ojos azules y pelo rubio decir la palabra twat (una especie de insulto a lo «maricón» español), como espectadores nos enamora. Además de la increíble conexión automática que tiene con el personaje de Grant y que se ve retratada a la perfección en la pantalla. Eso sin hablar del final espectacular del capítulo 4.
Por otro lado tenemos el personaje de Jessica Hyde. A este personaje ya estamos más acostumbrados. Lo hemos visto retratado muchas más veces. Una mujer fría, que tiene que huir constantemente. Que no duda en matar o dejar abandonado a alguien si es necesario, si así logra sobrevivir. Pero, sólo en esta serie han sido capaces de hacer que el personaje de Jessica, que va a su bola durante toda la serie, nos atraiga a pesar de que esté tocando los huevos constantemente a los supuestos más protagonistas. Porque de cierta forma, según avanza la temporada, nos vamos convirtiendo más en ella. Vamos metiéndonos más en la idea del «no confíes en nadie» mientras que el resto de personajes parece anclados en necesitar crear esa confianza. Y que, justo, al final de la temporada (¿o serie?) Jessica confíe y eso le traiga problemas, es precisamente, lo que termina de hacer que nos fiemos del personaje.
El personaje de Arby funciona como contrapunto de Jessica en el sentido de que son iguales. Aunque se nos explicará el porqué según pasan los capítulos, lo atrayente de Arby es lo contrario que pasa con Jessica. No empatizamos con él, pero hasta cierto punto sentimos algo hacía él. Al inicio miedo, el tío es realmente inestable e impredecible, pero después llegamos a sentir casi pena hacía él. La evolución y cómo es un espejo fiel de Jessica consigue crear, sin palabra alguna, un personaje muy potente. De hecho, en el momento en el que se revela el pasado y por qué de su situación, el personaje deja de tener importancia. Afortunadamente, los guionistas, sabiendo esto, simplemente se deshacen de él. Buena decisión.

Grant y Jessica Hyde
Twist, twist and plot
Entonces, si tiene unos personajes tan potentes, ¿por qué no termina de funcionar? Pues por el mal de los nuevos pseudo-thrillers. Comienza a liar mucho la cosa hasta que todo se va de madre.
Todo comenzó muy bien. Tenía el punto gamberro de Misfits unido a la temática más oscura y seria de los thrillers británicos típicos de la BBC.
Cuando en el primer capítulo tenemos una trama muy interesante, con personajes como el de Arby (y su compañero con la bolsa amarilla), tras la escena del ojo de Wilson, con el final de la aparición de Jessica Hyde y con Grant perdido con el manuscrito por el mundo. Cuando tenemos todos esos elementos que nos resultan muy interesantes (y la trama de la vacuna que no sabemos a qué cuento viene) todo comienza a liarse más y más.
Esos elementos podrían haberse explotado genialmente, pero empiezan a incluir más y más cosas. Se abren más sub-tremas, conocemos más personajes cuya lealtad desconocemos. Más y más y más y más y más y más. Y empieza eso a saturarnos.
La historia nos satura, se está enrevesando demasiado (y no en el buen sentido). La foto nos satura: los flare directos a cámara comienzan a sacarte de quicio. ¡Y ahora este personaje da un giro y tiene otro motivo! ¡Y ahora este también!
Y, aunque Grant y Jessica Hyde son excelentes, los otros tres personajes principales (Ian, Becky y Wilson) permanecen planos. Se les trata de dar cierta profundidad con ciertas decisiones o pensamientos, pero se quedan muy planos.
Y la trama se sigue liando.
Y sí, los capítulos cierran con un cliffhanger increíble, cada uno de ellos. Pero, es que para lo de los cliffhanger tuve Lost. Aquí ahora lo que quería era una historia interesante que molase. Y cada capítulo que pasa esa historia se aleja más y más de mi.
Y la trama se lía aún más.
Hola Arturo,
Acabo de leer tu review luego de buscar con bastante esfuerzo críticas negativas (o mejor dicho en éste caso «no positivas») a una serie que me parece es simple hype a pesar de sus grandes méritos específicos.
Lo que más me sorprende es el aparente consenso en considerarla una especie de joya o producto rupturista o de culto por parte de la crítica y las comunidades afines.
Si bien es cierto que la puesta en escena es buena, la edición es dinámica, la música y edición de audio geniales, la fotografía potente (a pesar de lo repetido que resulta el estilo ultra-filtrado-ultra-saturado a estas alturas), me parece que ninguna conecta de buena forma con las otras y se topan con graves dificultades para terminar de dar coherencia a actuaciones regulares y un guión con interesantes premisas pero flojo y con poca sustancia.
Para resumir: los aspectos individuales del total de la producción que pueden resaltar no son capaces de llevar al total del armado a entregar la potencia arquetípica de las situaciones escenificadas. Un ejemplo simple para comparar sería la potencia visual de alguna secuencia de David Lynch, en que un escenario cotidiano y practicamente nula acción pueden resultar (gracias a los mismos aspectos que comentaba recién) aterradores y opresivos, en un sentido simbólico perturbador y primigenio… es capaz de comunicar que estamos asistiendo a algo que es mítico, que conecta con preocupaciones y temores esenciales.
La pretensión de que la frase «Where’s Jessica Hyde?», sólo por citar algo, sea una especie de mantra fundamental del horror no es lograda por éstos mismos motivos, una falta de profundidad de los caractéres para situarlos en esa esfera de solidez en la que ninguno de los buenos aspectos de producción llega a ser capaz de ubicar.
Menos aún un guión que nos pasea por una serie de eventos que van de la nada hasta la nada, todo el desarrollo de la primera temporada se resume a un desarrollo practicamente nulo de los personajes debido principalmente al vicio de desinformar al espectador para intentar mantener por un lado el aire de misterio esencial que comentaba, y por otro la secuencia de interrogantes argumentales que no llevan a ninguna parte. No porque no existan dichas interrogantes, sino porque no tienen función alguna.
En vistas del total de lo desarrollado en ésta temporada inicial, cualquier persona que se de el tiempo de hacer un rápido resumen de la trama, los personajes y sus intenciones, terminará luego de la línea de la suma con un triste «0», y probablemente buenos recuerdos de los componentes más plásticos de la producción.
Para terminar, insisto en lo extraño que me resulta la crítica general a la serie y recomendaría verla, ya que sigue siendo medianamente entretenida, visualmente estimulante, y principalmente porque es la única forma de generar una opinión crítica adecuada para poder conversar sobre ella y «echarse al hombro» el hype que ha causado.
Saludos!
Gracias por tu comentario Ivan.
Coincido contigo en muchas de las cuestiones que has apuntado y, sí, principalmente Utopia es una serie con un bonito envoltorio realizado para llamar la atención y no tanto contenido después.
Sin embargo, y además por la parte que me toma, creo que su existencia es algo muy beneficioso para la televisión británica en general. Creo que si se le considera un producto rupturista, como tu bien comentabas, no es porque sea algo nuevo que nunca se había hecho, sino porque llevábamos mucho tiempo enfrentándonos a una televisión británica bastante sobria. Los riesgos que se tomaban por parte de las cadenas eran bastantes mínimos. Channel 4 siempre ha sido una de las que más se ha arriesgado, Misfits fue también un cambio de juego en ese sentido.
Así, con Utopia, se arriesgó bastante. Dentro de un panorama televisivo lleno de grises (en cuestión de fotografía y de historia, lo cuál no quiere decir que sea malo, eh), llegó una serie que se basaba en llamar la atención mediante la saturación. Podía haber sido un desastre, pero les salió bien.
Ahora, gracias a Utopia, puede que nos enfrentemos a unos años en los que las cadenas se arriesguen un poquito más en sus productos. Dado que Utopia cuenta con una historia que es extraña y un poco bizarra, y se ha visto que el público ha respondido, puede que estén abiertos a historias un poco menos convencionales.
La bizarrada de que el primer capítulo de la segunda temporada esté situado en los años 70 y se haya realizado con un ratio 4:3 simulando 16mm es una cuestión estética, exacto, pero es muy extraño que en una cadena de tal alcance en UK te permitan hacer esas extrañas cuestiones.
No es una gran serie. Cada vez que termino de ver uno de los capítulos me da rabia, casi al nivel de la rabia que me producía Lost durante sus tres últimas temporadas. Esa sensación de «me han vuelto a engañar», pero sin embargo, a la semana siguiente, te presentabas de nuevo delante de la pantalla (no estoy comparando las dos series, eh, comparo el sentimiento que me producía ver uno de los capítulos), aunque el disfrute de Lost, por mucho que me duela, era mayor.
Sin embargo, quiero tener Utopia si eso significa que las cadenas abren un poco sus vistas a intentar producir historias un poco más extrañas. Lo dicho, por la parte que me toca, quizá un día acabe escribiendo algo en TV gracias a esta serie. O no. Nunca se sabe.
Buenas, me empezó gustando tu entrada, pero vi que cada vez le pusiste mas y mas pegas. El criterio personal és como el propio nombre indica, personal. Cada uno con su opinión, aquí no vamos a solucionar nada. Pero si es cierto que en algunos puntos no puedo estar de acuerdo contigo. La fotografía es impresionante, si al principio te gustan esos colores verdes y amarillos al final no puedes decir que cansa, es una de la esencias de la serie. O si o no! En cuanto a los personajes creo que todos los papeles se bordan, al menos de 7-8 arriba, todos. Esta claro que Arby es de 10, el pequeñin insoportable que hablas también lo es, Jessica Hyde, etc. En todas las obras hay personajes planos y redondos, los tres «nerds» (Wilson, Ian y Becky) yo no los incluiría en el mismo grupo, pues Wilson de plano no tiene nada. Aún así, que un personaje sea plano no es nada deplorable como a ti te parece. Unos evolucionan, otros no. Ahí está la gracia, y la vida misma. Hay que se transforma, hay quien es igual toda su vida, que cada cuál escoja qué prefiere… Ian es plano, pero es su firma «personal».
En conjunto veo que no te ha entusiasmado la serie, para mi es una obra de arte, con pocos «peros» a encontrar, pero para ti no fue así. Los gustos… De todos modos me gusto leer tu entrada,
un saludo!!!
Unas respuestas a tu comentario, de mi punto de vista al respecto lo que has comentado:
1. Sí, claro que todo tiene un matiz subjetivo, y nunca lo intento imponer a nadie, así que me alegra que estés en desacuerdo con parte de lo que digo, me parece muy sano.
2. La fotografía está muy cuidada y de hecho esos colores tan potentes no es algo que me emocione, cuando decía que cansaba no es porque haya cambiado es porque a veces me parecía que estaban utilizados en demasiado, que se cargaba mucho y afectaba más que aportar a nivel narrativo. Lo dicho, opinión, lo normal es que no todo el mundo opine lo mismo o que le afectase de igual forma.
3. Tu concepto de personaje plano difiere del mío. Para mí, el hecho de que un personaje no evolucione no significa que sea plano. Yo digo que un personaje es plano cuando es todo fachada pero no tiene nada abajo, cuando me parece más sólo acciones y no veo motivos, cuando podría estar él/ella como ser sustituido por un personaje que hiciese mecánicamente las mismas funciones para la trama y no afectase. En esta medida me vuelvo a remitir a lo que comenté sobre Nightcrawler, personaje muy poligonal y sin evolución -> BIEN.
En resumen, sí, no me entusiasmó y de hecho no fui capaz de terminar la segunda temporada. Pero hay mucha gente que le gusta mucho, como a ti, y lo entiendo. Para gustos están los colores y eso es lo bueno. Como dije en su momento, valoró mucho lo que significa la serie porque creo que ayuda a que series de temática más «extraña» vayan a ir apareciendo a nivel más comercial/cadenas mainstream.