Para mí es un orgullo presentaros, si aún no lo conocéis, a un joven realizador con un universo propio y que siempre tiene algo que decir. En este caso se erige en “Verbo” con toda la fuerza y contundencia que puede, para golpearnos con su palabra cinematográfica con el fin de hacernos conscientes de la sociedad en la que estamos inmersos, una vez más. Todo para que reflexionemos sobre quiénes somos, a dónde vamos y siempre desde una óptica constructiva, porque no te deja en un lodazal, al revés es un positivista nato y nos oferta una solución a la ecuación. Ese director, para el que reclamo un Goya al mejor realizador novel, es Eduardo Chapero-Jackson.
Con tres cortometrajes excelentes recopilados bajo el título de “A contraluz” por fin ha saltado al campo del largometraje para contarnos esta vez la historia de Sara, una adolescente que no comprende el mundo en el que vive. Sólo Líriko, un misterioso personaje que comunica enigmáticos mensajes, parece entenderla. Su búsqueda le arrastrará a un lugar secreto, a una gran aventura a vida o muerte que muy pocos superan. Si la conquista, Sara podrá dejar su huella en la vida.
El director madrileño podría haber optado por venderse y hacer un filme absolutamente comercial, correcto, facilón y transversal que arrastre a todos los públicos a la sala. Pero su gallardía y coraje le hacen optar por hacer algo totalmente diferente e inusual, salirse de la mediocridad, dotar de lirismo a su guión en el sentido más estricto de la palabra y dejar noqueado todo el que se somete a su experiencia cinematográfica. En este curioso largometraje encontraréis referencias literarias tan dispares como Cervantes, Homero, Dr. Seuss, Lewis Carroll, y entre las cinematográficas tenemos a Terry Gilliam, Ridley Scott, Alan Parker o Tarantino. Todas ellas usadas con criterio y amalgamadas por su marcado estilo personal que ha forjado en el campo del cortometraje, que se aprecia y consolida fotograma a fotograma, y nos oferta imágenes poderosas y contundentes que se te quedan en la retina como una marca de agua.
Para grata sorpresa de la crítica va un paso más allá en el estilo formal y mezcla estéticas como la hip-hop, anime y futuristas para hacer más poderoso su mensaje. Mensaje que a unos les trasladará a su adolescencia olvidada por una madurez llena de problemas como la hipoteca, la compra o los hijos. A ellos les servirá el visionado del filme para tener otra óptica de cómo están educando a sus hijos. A los adolescentes les cogerá desprevenidos ver un largometraje de esta talla y factura y se identificarán con Sara a toda velocidad, y les ayudará a evolucionar. Y el tercer público objetivo son una variedad particular de profesores, que aún existen, y que con sus determinadas actitudes y respuestas a determinados problemas se erigen reyes y marqueses de sus aulas y destrozan la evolución psicológica de nuestros hijos, que no dejan de ser nuestro legado y a los que debemos cuidar.
Este sólido guión principalmente versa sobre la incomunicación entre padres e hijos en la adolescencia, porque cada bando se haya inmerso en su propia realidad, lo malo es que lleva a que algunos hijos opten por una salida, que desgraciadamente es cada vez más frecuente, convirtiéndose en un grave problema sanitario y social. Como os decía al principio, Chapero Jackson lo aborda con total soltura y dota de positivismo e inteligencia al mensaje final. Este es otro de los motivos por los que se hace necesario su visionado.
Frases destacadas de «Verbo»:
- Sara: “Recorro las calles como un fantasma buscando a una persona que me interesa de verdad”
- Inés: “Ya no eres una niña, tienes que ser más realista”
- Sara: “Mi vida pasa en lugares que no entiendo”
- Profesor: “¿Dónde estas?¿En qué planeta vives?¿Lo que querías era cargarte la excursión?”
- Inés: “Estoy harta. No te importa nada. Nos matamos a trabajar y tu siempre en Babia”
- Sara: “Ha llegado el momento de rendirse”
- Lírico: “Nadie ha sabido prepararte para el dolor”
- Medussa: “Vivir es expresar lo que sientes, lo que piensas”
Calificación: 8
Chapero-Jackson cede su «Verbo» al rapero Nach para que con ayuda del músico Pascal Gaigne generen el tema central de la película.
Bueno, parece que tiene buena factura, digo yo que una puede gastar unos euracos en visionarla, ya le contare estimado Alfi que me parece.