El cine español aprovecha un caso real para realizar una película de terror tan típica como divertida.
Mientras que al otro lado del charco las historias sobre fenómenos paranormales clásicas reales han servido para dar pie a producciones cinematográficas de terror (hay tenemos las múltiples películas que giran en torno a Amytiville o el partido que se le está sacando a los Warren en la reciente saga de «Expediente Warren»), en España, tierra de gran tradición en leyendas y misterios relacionados con los sobrenatural a lo largo de todas las épocas, ha preferido tirarse por la ficción, sin tocar los hechos que han ocurrido en todo tipo de lugares. Parece que la llegada de la película dirigida por Paco Plaza (uno de los grandes referentes del terror patrio tras su participación en la saga «REC», aunque su filmografía sea de lo más irregular) se atreve a relatar este hecho, tal vez animados los productores por los últimos trabajos de James Wan (no en vano, el título provisional de la película iba a ser el sospechosamente similar El expediente).
El expediente X de Vallecas
«Verónica» (2017) se basa en un caso ocurrido en el barrio madrileño de Vallecas a principios de los 90 en el seno de una familia después de que la hija mayor jugase al mal llamado juego de la ouija con unas amigas en el instituto. Este es el punto de partida que se respeta para acto seguido dar vía libre a los clichés del género mientras se aleja de lo acontecido en la realidad. Así pues son comunes los jump scares, que si bien no llegan a exasperar como en otras producciones, decepcionan por el contraste de algún momento de creación atmósferica bien planteado en los que se demuestra que es lo que de verdad funciona. Hay otros aspectos tópicos que no funcionan: el irrisorio personaje de la monja ciega, por ejemplo, o todo lo relacionado con un intento de crear la duda sobre la sugestión psicólogica en la protagonista, cuando en un principio queda claro que todo lo que ocurre pertenece al mundo de lo sobrenatural.
En el fondo, estos defectos no resultan especialmente dañinos, pues son características comunes en el cine de terror actual, y si bien eso no es perdonable, si es cierto que muchas veces los vemos en el cine estadounidense sin inmutarnos. Así pues, la cinta de Plaza se muestra sin tapujos desvergonzada en su imitación de un cine de terror que no pretende innovar si no dar una buena ración de todos aquellos aspectos de los que disfrutan el grueso de los fanáticos del terror. Esto hace que nos encontremos ante una película falta de prejuicios, que es simplemente lo que expone y que se ve con diversión. Esto queda patente en los sutiles toque de humor que jamás eclipsa el terror y que funcionan a la perfección.
Los 90 en nuestro país
También encuentra puntos a favor en los dos pilares sobre los que sustenta la narración: el escaso reparto, aunque sin excelencias, funciona tremendamente bien, algo que casi nunca ocurre cuando el cine español planea acercarse al mainstream internacional y menos con un elenco casi exclusivo de niños y adolescentes. Pero es sobre todo la soberbia ambientación el aspecto más destacable de la cinta, pues todos aquellos que viviesen de algún modo los 90 en nuestro país se sentirán totalmente identificados con este hogar vallecano en el que transcurre la cinta, con un diseño de producción cuidado hasta el último detalle, y que pese a las licencias, ayuda a dar veracidad al relato. Hay que sumarle a esto las numerosas referencias musicales, televisivas y demás que sobrevuelan la cinta, aunque eso sí, podrían haberse ahorrado ese cacofónico uso del sintetizador en la desfasada banda sonora. Incluso el formato de grabación nos traslada a la época, y aunque en los trailers promocionales esa estética de serie de televisión de bajo presupuesto resultase horripilante, en pantalla grande funciona bastante mejor.
En resumen, una película de género tan típica como divertida, que gustará sin ningún tipo de duda a los fans acérrimos del terror a pesar de sus defectos. Y quien sabe si a partir de ahora se aprovecharan las muy inquietantes y sugerentes historias reales que recorren nuestras fronteras para crear obras cinematográficas. El éxito de «Verónica» lo dirá.
Frases de la película
- «Aquello de lo que no te despides se queda contigo»
- «¿Hay alguien aquí con nosotras?»