El realizador francés Olivier Assayas propone en «Viaje a Sils Maria» un interesante juego de espejos protagonizado por Juliette Binoche y Kristen Stewart.
Un año después de pasar por la sección oficial del festival de Cannes, el TIFF y de obtener seis nominaciones a los César (y conseguir uno, a la mejor actriz secundaria para Kristen Stewart), finalmente, llega a nuestras pantallas «Viaje a Sils Maria«. Este es el filme más reciente del director y guionista Olivier Assayas, quien cuenta en su haber con joyas como la aclamada miniserie «Carlos» y el filme «Después de Mayo«.
«Viaje a Sils Maria» narra la historia de María Enders (Juliette Binoche), una reconocida actriz francesa que se encuentra en plena madurez laboral y personal. Saltó a la fama a los 18 años tras interpretar a Sigrid, una joven manipuladora que se enamora de Helena, una amargada ejecutiva veinte años mayor. Ahora que María se enfrenta a la cuarentena, le ofrecen colaborar en una reposición de la pieza, haciendo esta vez, el papel de Helena. Enders se encerrará en su refugio de las montañas con su asistente personal, Valentine (Kristen Stewart) para preparar el texto y tomar la mejor decisión.
El acertado casting de Assayas: Binoche y Stewart
Olivier Assayas realiza en «Viaje a Sils Maria» un retorcido ejercicio de espejos, y asemeja el texto teatral que tiene que ensayar María, con la trama del filme en sí, y a su vez, asemeja el contenido del film, su forma y su concepción a la realidad más absoluta. Empezando por el hecho que el primer trabajo en el cine de Olivier Assayas como co-guionista fue «La cita«, un melodrama que llevó a Juliette Binoche al estrellato, alrededor de 1985. Assayas vió nacer a una, entonces joven, estrella y ha decidido recogerla, unos 30 años más tarde, para contemplarla en su madurez, despedazar su interior y explorar sus miedos. Esto resulta ser todo un acto de valentía, un reto creativo tanto para el director como para la actriz protagonista, Binoche.
Juliette Binoche, reconocida actriz francesa, ha hecho una interesante carrera en Hollywood y siempre ha demostrado su valía interpretativa, arriesgandose a protagonizar intensos dramas europeos del calibre de «Camille Claudel 1915» (Bruno Dumont, 2013), «Caché» (Michael Haneke, 2005) y «Tres colores: Azul» (Krzysztof Kiéslowski, 1993). En su juventud, participó además, en filmes de Jean-Luc Godard como «Je vous salue, Marie» y en los primeros de Léos Carax. En defintiva, la actriz se ha ido labrando una reputación específica y se ha convertido en una de las damas más bellas y talentosas del cine europeo. Aún y así, esta definición también conlleva una parte más negativa, que la encasilla en aquello más dramático, maduro e intelectual. En resumen, más pretencioso.
Assayas decide escoger a su vieja amiga, Juliette Binoche para encarnar a la protagonista, María Enders, una mujer que siente verdadero orgullo de su carrera artística pero que es incapaz de aceptar su «vejez». Enders es alguien que se aferra a su juventud y tiene auténtico pánico a la madurez. Como un interesante contrapunto a la historia personal de María Enders, el director crea el personaje de Valentine, su asistente personal. Es una chica joven extremadamente responsable, concienzuda y comprensiva. En conclusión: el opuesto a Enders. Si la diferencia entre las dos mujeres resulta excitante, aún lo es más el hecho de que Assayas fiche a Kristen Stewart para que interprete a la joven. Vista, principalmente, en «Blancanieves y la leyenda del Cazador« (Rupert Sanders, 2012) y encarnando a Bella Swan en «La Saga Crepúsculo» el background de Stewart es completamente contrario al de Binoche. Podríamos llegar a decir que es más conocida por ser la ex-novia de Robert Pattinson que por sus destacables interpretaciones en «On the Road» (Walter Salles, 2012) y «The Runaways» (Floria Sigismondi, 2010). Sin embargo, en «Viaje a Sils Maria«, Stewart sorprende hasta a los más escépticos. La estadounidense ofrece una sobervia actuación como la acompañante de María en este introspectivo viaje personal que acabará convirtiéndose en un infierno para ambas.
Los repetitivo ensayos en Sils Maria
«Viaje a Sils Maria» nos muestra el trayecto que hace María Enders hacia su interior para descubrir quien es en este momento de su vida. Enders debe darse cuenta que tiene que abandonar su pasado, su Sigrid, y aceptar su Helena, su nuevo yo. Sin embargo, la actriz es un ser sumamente egoista, infantil y egocéntrico que parece despreciar todo raciocinio o conversación adulta. A medida que van pasando las escenas de los ensayos de la obra, vemos como María, incapaz de aceptar su rol de Helena, obliga a Valentine a adoptarlo en la vida real. Valentine se convierte poco a poco en la sufridora alma que está atada a una mujer manipuladora e infantil y que cambia de estado anímico a su antojo. En ese sentido, el filme está muy logrado. El texto teatral y la trama principal de la cinta se asemejan cada vez más y más, hasta que el final de la obra se hace patente de forma sublime en la historia.
Si la película de Assayas tiene puntos fuertes que la convierten en un ejercicio digno de ver, también es cierto que flaquea por algunos lados y la verdad, «Viaje a Sils Maria» se configura como un producto un tanto irregular. El extenso metraje, por ejemplo, es una de sus debilidades. También lo es el desequilibrio existente entre los tres actos del filme. El primero en el cual se le propone a María la oportunidad de hacer el papel de Helena es brillante, potente e intrigante. El segundo, en el cuál actriz y asistente ensayan la obra sin parar acaba siendo algo cargante. Los paisajes de Sils Maria, las caminatas por las montañas, las conversaciones de madrugada… todo acaba siendo repetitivo y el mensaje del filme se nos antoja como algo excesivamente subrallado. El tercer acto, con Kristen fuera de juego, resulta ser el más flojo y pesado de todos. Y es justamente este hecho el que nos demuestra que es ella, Stewart, la que ilumina la cinta del francés con más fuerza.
Un impecable juego de espejos
Se dijo que la primera actriz que le vino a la mente a Assayas para interpretar a la asistente fue Mia Wasikowska. El cambio de opinión ha sido de lo más positivo. Hasta los más reacios a Kiristen, se han dado cuenta que la actriz ha hecho un trabajo immenso. Y es más, el director juega con lo que ella representa como figura mediática a la perfección. Su personaje es todo lo que Kristen, teoricamente, detesta: Una chica amante de los blockbusters, que le encanta saber todos los cotilleos de los famosos y que vive en Internet. Al mismo tiempo, Assayas también hace que Juliette Binoche y su persona establezcan un tramposo vínculo con su personaje. María menosprecia filmes como «La saga de los juegos del hambre» y «Godzilla» (y curiosamente, Binoche apareció en ésta última). La aparición hacia la mitad del segundo acto de la joven Chloë Grace Moretz representa una nueva capa, un tercer espejo distorsionado que complementa ese collage sobre la interpretación femenina. En su caso, la responsable, tímida y elegante Moretz encarna a una especie de estrella fugaz de Hollywood, un meteorito en plena ebullición llamado Jo-Ann.
En definitiva, lo más interesante de «Viaje a Sils Maria» es el juego que Assayas nos propone entre la realidad y la ficción; es decir, nos muestra a dos (o tres) actrices consolidadas y diferentes en todos los aspectos hablando de si mismas y debatiendo sobre sus ideas. O, aún más interesante, Assayas las obligada a representar un papel que no sienten como propio, con el que se encuentran incómodas. En mi opinión, el César de Kristen Stewart está totalmente justificado.
Frases destacadas de «Viaje a Sils Maria»
- María Enders: So, what you was saying earlier was that, unlike Jo- Ann, I don’t take that kind of roles seriously.
- Valentine: What? No, I don’t know what you’re talking about!
- María Enders: That I have disdain for those characters and their cartoonish psychology, but she doesn’t. That makes her superior than me.
- Valentine: Oh, don’t get jealous. It’s not an atractive quality.
- María Enders: She thinks in her character’s ambiguities, but… I don’t. That’s why you admire what she does.
- Valentine: Yeah. You know, think that when you watch her in a movie like the one we saw tonight there is… there is no distance there.
- María Enders: It’s normal. Her culture.
- Valentine: Yes, agreed.
- María Enders: What’s wrong with my acting?
- Valentine: Nothing.
- María Enders: What do I need to do to make you admire me. Do I think too much? Or I am too classical? Or not as much «libérée» as Jo-Ann? You have to talk to me, so start talking.
- Valentine: I don’t know… you can’t be as accomplished as you are and as well-rounded as an actress as you are and still expect the privileges of youth. It doesn’t work like that.
- María Enders: Awww… So I’m allowed to not be old, as long as I don’t wanna be young? Is that it?
- Valentine: Yeah. I don’t know. I guess so. Yes, totally, well played.