Las historias más terroríficas surgen de las realidades más cercanas y «Violation» es la prueba de ello. Hoy se estrena en la plataforma digital Filmin.
El poder de un vínculo inquebrantable.
Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli proponen un film de terror sobre la perversión del cuerpo femenino, encarnado por la propia directora y guionista. Precisamente en esta clase de propuestas, donde el trabajo con la interpretación de la actriz protagonista debe ser sumamente delicado, es interesante que el cargo de directora y actriz se alinee. Es como una ofrenda, valiente y poderosa, que crea un vínculo profundo e inquebrantable. Es un vínculo que genera una honestidad sobrecogedora y que sin duda eleva la interpretación de Sims-Fewer, convirtiéndola en una de las joyas del metraje. Sin embargo, la película se entorpece terriblemente con su estructura narrativa tan rimbombante.
Una estructura fallida, pero…
Hay una apuesta decisiva por la discontinuidad temporal, que fragmenta la historia y la reconstruye mediante una oscilación brusca y hiperbólica. Se intuye la intención de aturdir e inquietar al espectador a través de la revelación paulatina e imprevisible de una realidad oscura, pero la estrategia resulta ineficaz y entorpece la narración, dejando al espectador exhausto y desencantado. No por ello es terminantemente una mala propuesta. Cuenta con una dirección de fotografía que acompaña perfectamente el estado emocional y psicológico de la protagonista, optando al inicio por una iluminación cálida e íntima y transformándola posteriormente en una gélida y distante. Resulta un recurso bastante obvio, pero funciona correctamente y marca un tono claro que evita confusiones en las grandes elipsis. El film también incluye numerosas referencias al mundo animal; un lobo que ha cazado a su presa, insectos sentenciados en una telaraña, etc. Esta metáfora remite evidentemente a la situación de Miriam respecto a Dylan y toma fuerza cuando finalmente ella la subvierte. Y es que el guión de “Violation” es sensacional en muchos momentos. Entre ellos cabe destacar el fatídico encuentro entre Miriam y Dylan. Aunque sea una escena rebanada exhaustivamente, posee un grandísimo potencial. Dylan es, en un primer momento, una figura vigorosa y triunfante, que ha ejercido su poder y violencia sobre el cuerpo de Miriam. La imagen es brillante; un auténtico manifiesto de la masculinidad allí imperante. Dylan se sienta maniatado en una silla; está desnudo, erecto y con los ojos vendados. La omnisciencia se apodera de la habitación, generando una de las escenas más siniestras y excepcionales de la película. Por primera vez, el personaje de Dylan está en desventaja respecto a Miriam, pero también respecto a los espectadores, que se sumergen en un puro y delicioso juego de suspense. Es una lástima que los directores persistan en cortar, revertir, acelerar y repetir la pieza, que se torna inevitablemente tediosa.
A pesar de haber fracasado en su estructura, el film apunta a un tema complejo con mucha sensibilidad y valdrá la pena seguir la pista a los dos directores, que ya han trabajado juntos con anterioridad.
Frase destacada:
- Miriam a Dylan: «I was asleep and you fucked me»
- Miriam a su hermana: «I didn’t want the last thing that you experienced on the world being me panicking, I wanted it to be of someone that really loved you»